Texto: Vania Pigeonutt. Fotos: Cortesía de José Manuel Arias / Asociación Ecológica de Santo Tomás
Los pescadores y pobladores de los municipios pesqueros de Tabasco viven entre el desempleo, la pobreza y la inseguridad. La economía no sólo no crece, sino que se contrae año con año. Con Pemex a la baja, viven al día de lo que extraen en aguas costeras, y no tienen a quién vender
FRONTERA CENTLA, TABASCO.- Manuel Hernández Pliego, de 62 años de edad, de los cuales lleva 40 navegando en altamar, muestra unos cinco kilos de jureles, pescados que saca de la orilla del puerto de Frontera. El señor es de mediana estatura, tez morena y manos agrietadas por su trabajo de pescador combinado con la siembra, siente como nunca la falta de peces: ganará con la venta de su producto 50 pesos si le compran, de lo contrario, como casi todos sus días, comerá pescado frito con ensalada junto a su esposa.
Frontera, Centla, donde nació, es un poblado con puerto cuya franja de barcos se ve desde las orillas. El mar convive con el río Usumacinta, y desde que Petróleos Mexicanos (Pemex) amplió sus operaciones—calculan que desde 2003—, las opciones de pesca son acotadas. Los marineros independientes como Manuel echan sus redes, pero sin poder adentrarse al mar. Les está prohibido por razones de “seguridad” para las plataformas, desde hace un par de décadas.
—El gobierno les da a los que tienen; a nosotros nos hacen a un lado: a ellos, barcos, dinero, para gasolina; tienen su clínica, pero a nosotros nada. ¡Estamos tronadísimos! Lo mismo que pasa en otros lugares, ya el pescadito no abastece, todos salen a buscar, y agarran, a veces no agarran. Y así se la llevan.
El sol quema a 36 grados a la sombra. Hay embarcaciones medianas que se pierden a la vista por las estructuras metálicas de la paraestatal. De donde sale Manuel a mostrar su mercancía, se ven lonas viejas de Pemex cubriendo barcos chicos de madera derruida, botellas de plástico, zapatos viejos y basura flotando en el agua.
Por primera vez en Tabasco, la izquierda ganó a la izquierda. El efecto del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, no falló en su tierra natal. Adán Augusto López, candidato a gobernador por Juntos Haremos Historia, sucederá a Arturo Núñez Jiménez, quien desde el PRD arrebató al PRI la gubernatura en 2012.
Pero el reto transicional no es sencillo: el primer objetivo es erradicar el desempleo. Y es que, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) siete de cada 10 tabasqueños subsisten de un empleo informal, es el tercer estado con mayor pobreza laboral. Además, es necesario empujar el crecimiento económico, porque éste en lugar de aumentar decrece en promedio 3.1 por ciento anual; y, finalmente, bajar la incidencia delictiva que alcanzó niveles históricos.
De acuerdo a la organización México, ¿Cómo vamos? Tabasco debería generar 22 mil 300 empleos anuales, pero entre 2013 y 2017, el 15 por ciento de éstos desaparecieron. La informalidad laboral creció tres puntos en la administración de Núñez.
La Batalla de Centla fue de las primera victorias para los españoles. Comandados por Hernán Cortés, los conquistadores a caballo derrotaron a los chontales. En Centla, la plaza está a sólo unos metros del puerto. Ahí hay una iglesia de dos torres; y a un costado, un mercado donde se ofertan frutas y verduras de la región, como las yukas, los mangos, los tamarindos; también hay quesos y miel.
Desde hace cuatro años, con la caída constante del precio del petróleo, las subregiones de Pantano y Ríos que abarcan los municipios de Balancán, Centla, Emiliano Zapata, Jonuta, Macuspana y Tenosique –seis de los 17 municipios que conforman Tabasco– también sufrieron una caída en su economía dedicada principalmente a la pesca.
Los pescadores y preparadores de pescado, que trabajan en las mismas orillas del puerto salando y quitando escamas del alimento rico en hierro son quienes padecen los resabios de la caída del precio del petróleo.
Miguel Hernández de la Cruz, de 74 años, es un vendedor de yukas, miel, pozol (masa para una bebida refrescante a base de maíz) y tamarindo. Hasta la una de la tarde de un día con sol ardiente había vendido un pozol, una miel y un paquete de tamarindo que da a 10 pesos. A veces no saca su inversión diaria. Se conforma con llevarse 300 pesos a la semana libres, para poder comer y cubrir pasajes.
“¡Ni para arriba ni pa’ abajo! No avanzamos. Como vendemos poco no tenemos para invertir, nos administramos poco a poco”, dice Miguel, cuya batalla ganada es librarla todos los días.
José Manuel Arias, de la organización ecológica Santo Tomás AC, asegura que desde hace 15 años los municipios pesqueros han tenido problemas debido a los desarrollos de Pemex y su caída. Como ejemplo, dice, el estudio que realizó en compañía de la organización FUNDAR AC, titulado “Los donativos y donaciones de Pemex a Tabasco”, reveló que de los millones generados por la paraestatal no había beneficios para las comunidades.
De 1995 a 2006 Pemex dio más de 3 mil millones de pesos a Tabasco a través de la Comisión Interinstitucional para el Medio Ambiente y el Desarrollo Social (Cimades), pero nada de este dinero llegó a los pescadores, asegura Arias. El recurso fue manejado por los ayuntamientos, y se destinó casi para gastos propios.
«(Enrique Peña Nieto) se comprometió a abrir a la pesca en el mar, en el Golfo de México, que es una situación que inició en el año 2003 a raíz de los ataques a las torres gemelas. Con este argumento de que cualquier terrorista disfrazado de pescador, podía llegar a una plataforma, colocar una bomba y hacer un desastre, la Secretaría de Marina, la Secretaría de Pesca y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes vedaron, cerraron 17 mil kilómetros cuadrados en el mar a los pescadores de la costa de Tabasco, Campeche y Veracruz», explica el activista.
Por eso es que Santiago Hernández, un pescador de 43 años de edad con 25 años de experiencia, advirtió que no votaría. Ya no les cree. Mucho menos porque sólo ha visto beneficios para los que aún trabajan en Pemex. El 5 de junio pasado el gobernador electo, Adán Augusto López aseguró en Chilapa, Centla, que “si no sacamos adelante a la gente que está en la pobreza, en la marginación, este país va a terminar por explotar”.
Pero Santiago ha escuchado algo similar más de una vez y sigue batallando con su red.
El viernes 27 de julio pasado, desde las 10 de la mañana, unos 100 pescadores y sus familiares de Centla, Tabasco y Campechito, Campeche, bloquearon la carretera Villahermosa–Ciudad del Carmen en la colonia Barra de San Pedro, Centla. El motivo: la inseguridad. Quemaron llantas sobre la vía en ambos sentidos. Dijeron que sufren robos en altamar. Desesperados, exigieron a la Secretaría de Marina y la Secretaría de Gobierno del estado garantizarles seguridad.
Julia Arrivillaga Hernández, directora de Análisis y Estadística del Observatorio Ciudadano Tabasco, insiste: “la seguridad es un factor primordial para que se den buenos resultados y mientras no exista seguridad no creo que se puedan detonar los proyectos económicos como se tienen pensados”.
En su informe de 2017, la organización destaca el crecimiento de seis de los 10 delitos analizados. Desde los últimos 21 años Tabasco, pese a no ser uno de los estados con las mayores tasas de violencia, registra las más elevadas tasas por homicidio culposo, robo a negocio y vehículo; la segunda mayor por extorsión, la tercera en homicidio doloso y robo a casa.
La organización –que está a días de dar a conocer su informe semestral sobre los delitos que analizan sobre las cifras del Secretariado Ejecutivo de la Secretaría de Gobernación– busca reunirse con las nuevas autoridades para que empleen como una herramienta de resolución de problemas, o para focalizar sus estrategias, los análisis que han elaborado.
“El problema es delicado y dadas las condiciones de seguridad que estamos viviendo los ciudadanos de Tabasco, no hay tiempo para curvas de aprendizaje. El futuro gobernante debe ser rápido”, considera Julia Arrivillaga.
En su opinión hay un gran porcentaje de jóvenes participando en robos, la explicación que le dan las estadísticas analizadas, la lleva a un pensamiento básico: entre menos empleo hay, más incidencia de robos se registran. “En el municipio de Paraíso da un crecimiento en cuanto a delincuencia y homicidios muy importante”.
En Huimanguillo, recuerda, la gente se alzó contra la delincuencia: “traen una problemática de homicidios y secuestros”. Y así, cada municipio tiene un problema que resolver.
Para Víctor Manuel Sámano, un periodista decano de Tabasco, la reforma energética no ha beneficiado en nada, y si no se cambia el timón de la ruta, la situación podría empeorar. Él prevé “un escenario muy complejo, porque desde mediados de los años noventa han venido cayendo los niveles de extracción de petróleo. En los ochenta se ubicaban en 1 millón de barriles diarios y hoy hablamos de 500 mil barriles diarios. En 2007, para aplicarse en 2008, hubo una redistribución fiscal, Tabasco dejó de recibir entre tres y 5 mil millones de pesos anualmente: desde entonces son 20 mil millones de pesos que no se han recibido, porque cambiaron los criterios, en lugar de otorgarles a los petroleros, se aplicó un criterio nacional, de acuerdo a su población, porcentaje que benefició a estados como el de México”.
Manuel Hernández tuvo la suerte –así le llama– de que le compraran los 50 pesos de sus jureles. “Es mi salario. Antes había mucho pescado, salías a las 11 de la mañana con tu carguita buena”. Como Santiago tampoco espera nada, más que seguir saliendo todos los días a que la suerte le siga favoreciendo, no le apuesta a otra cosa.
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