31 agosto, 2020
El subsecretario de Agricultura, Miguel García-Winder, dice que la suspensión inmediata agroquímicos como el glifosato podría generar un desabasto en la producción agrícola. Los objetivos de la dependencia, asegura en entrevista, son incrementar la productividad, practicar una agricultura sustentable y colocar en el centro a los pequeños productores
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Presidencia
Si se termina con el uso de glifosato se podría causar un problema en la producción y en el abasto alimentario del país. La idea es ir reduciendo su uso paulatinamente mientras se encuentran alternativas menos nocivas. Así lo advierte, en entrevista, el subsecretario de Agricultura Miguel García-Winder.
Las nuevas prácticas que busca impulsar la dependencia, señala, deben desplazar prácticas de agricultura intensiva, como el uso de algunos agroquímicos que representan severos riesgos para la salud, como el glifosato, un herbicida asociado con cáncer.
“Cuando llegamos ya se tenía un grupo de plaguicidas en general que se estaba utilizando, si lo suspendemos de inmediato podemos causar una disminución importante en la producción. Lo que se ha acordado es encontrar una manera paulatina de ir disminuyendo estos plaguicidas, o particularmente el glifosato, e ir proponiendo que se lleven un proceso de desarrollo de nuevos y menos nocivos tipos de productos”, argumenta.
Explica que en el siglo pasado el insecticida que se consideraba mejor era el DDT. “Y se utilizó mucho», dice.
«Después vimos que era uno de los peores productos que se han hecho. Al final del día el conocimiento y la ciencia van avanzando para cambiar la forma en las que producimos. Se tomaron y se han tomado decisiones, pero hoy, con el conocimiento que tenemos, vemos que se hicieron mal”.
“Estamos en un proceso de transformación de la agricultura y cada día estamos más conscientes de una madre tierra que cuidar. En el tema de fertilizantes y de plaguicidas, buscamos una transición a usar compuestos más basados en la naturaleza”, suaviza.
Asegura también que México no es el único país con esta discusión. La Unión Europea tiene un proceso de 4 a 5 años, «pero acá, un poco, las posiciones de algunas gentes son muy exacerbadas».
«Hay que dejar que vayamos poco a poco avanzando de manera más extensa en todos los sentidos. Lo que nos va a tocar vivir no es una solución de blanco y negro, sino de procesos”.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural está en un proceso de conversión bastante complicado, según explica el subsecretario. Lo que se busca, dice, es “cambiar el discurso de las políticas de agricultura”, y de paso, cambiar la cara al campo mexicano.
“Ha sido un proceso de transformación bastante complicado, porque estamos saliéndonos de un esquema en el prácticamente se daban recursos sin tener una visión clara de hacia dónde íbamos”, explica, en entrevista telefónica.
Esta transformación no significa dejar de atender a nadie, acota. “Como Secretaría estamos poniendo los objetivos para toda la agricultura. Tenemos que atender a todos. Lo que sucede es que los incentivos, los recursos, van orientados a los pequeños productores”.
En los últimos 30 años los productores industriales de alimentos como Maseca y Bimbo recibieron grandes apoyos del gobierno, en detrimento de los productores de pequeña. Ahora, la punta de lanza del desarrollo agrícola en México parecen ser los programas que promueven técnicas agroecológicas.
“Con los grandes (productores) vamos a trabajar en los mismos temas, pero de diferente forma. Por ejemplo, en algunas zonas hemos empezado a dialogar con los secretarios de Agricultura de los estados para hacer programas para transformar esos sistemas de producción”.
Las políticas de la Secretaría, dice García-Winder, van encaminadas en tres ejes: revertir la reducción en la productividad agrícola, pasar a una agricultura sustentable y disminuir la brecha social.
“Lo primero es revertir la reducción en la productividad en la agricultura. No la producción, sino la productividad. Tenemos que disminuir esa tendencia y acelerar la productividad. Dos, que la agricultura sea sustentable, porque es una de las actividades más amenazadas por el cambio climático, la primera que sufre por su dependencia con la madre naturaleza, pero también es una actividad que amenaza al clima. Somos responsables de una muy buena parte de la emisión de gases de efecto invernadero y usa el 70 por ciento del agua dulce disponible. Por otro lado es atender primero a los pobres”, dice citando el mantra de los programas sociales de la administración.
El cambio atraviesa por el uso de nuevas técnicas de producción. Algunos ejemplos: la agricultura de conservación y la ecoagricultura que cuidan y reducen la pérdida suelo por causa de actividades agrícolas. También por nuevas maneras de eficientar el uso del agua que echen mano de sistemas de captación e incluso que validen técnicas autóctonas, hechas en el campo nacional.
Según explica el subsecretario García-Winder, el tercer objetivo de la secretaría, el de primero los pobres, es de la mayor importancia y al mismo tiempo, de la mayor complejidad.
“La agricultura primaria solo considera lo que se produce en el campo, pero esas actividades son la base para los sistemas alimentarios de la industria, de los supermercados, de transportistas y que llegan a sistemas crediticios”.
En esta cadena, el eslabón primario, el productor, es el que menos recibe. Según el secretario, por cada peso que se vende en la cadena vertebral de los alimentos, los productores reciben como dos o tres centavos.
Las soluciones a esto cruzan primero por la organización, y como ejemplo pone a la industria de la leche que logró asociar a los distintos productores para lograr tratos más justos con los intermediarios industriales.
“Una de estas formas es la de cooperativas, pero no necesariamente es la mejor, depende del sistema económico del país. Con la asociación los productores pueden ofrecer insumos más baratos y tener mayor poder de negociación”.
Otra opción, reconoce, es acotar la relación entre el consumidor y el productor, como el desarrollo de mercados locales o de clubes de consumo. También cita la agricultura por contrato que se contrapone a la de compra y venta de maíz, en la que el productor y el comprador acuerdan por adelantado las condiciones de la producción.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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