Para su segundo documental, la directora mexicana Juliana Fanjul aborda la historia de Carmen Aristegui, tras su despido de la radio nacional en 2015 por hacer público el asunto de la Casa Blanca del ex presidente Peña Nieto. Silencio Radio está en los cines desde el 20 de enero.
Texto: Richard Godin
Fotos: Duilio Rodríguez
CIUDAD DE MÉXICO.- Es la última función de prensa de Silencio Radio, una película de Juliana Fanjul, y antes de su estreno, todas las miradas están puestas en Carmen Aristegui. Y no por nada. Desde hace varios años, la periodista considerada incorruptible tiene un aura casi mística en la profesión. La mayoría de las preguntas son para ella y los periodistas escuchan atentamente su opinión sobre el mundo político y los medios de comunicación del país. Abierta al debate, Carmen Aristegui lo da todo, explicando, por ejemplo, su visión de la falta de procedimientos judiciales de Peña Nieto :
«Nadie tiene información de un pacto formal entre los dos personajes (entre López Obrador y Enrique Peña Nieto) pero hay una decisión de dejar a Peña Nieto fuera del alcance de cualquier cosa que le incomode. En términos estrictos de llamar a rendir cuentas, eso no ha sucedido en México», acusa.
Para Aristegui, este hecho es algo inexplicable si se analiza a la luz del poder que puede tener el presidente de la república después de arrasar las elecciones de 2018.
«Mi interpretación de esa votación masiva a favor del presidente actual tiene que ver con llamar a rendir cuentas a los que dañaron al país», continúa, «recuerdo una entrevista que me concedió AMLO, justamente cuando ganó la presidencia, donde me dijo que era mejor no desestabilizar, era mejor no provocar ningún desequilibrio político si se procesaba judicialmente a un ex presidente de la República».
Y remata afirmando que «en la actualidad, la pregunta es: ¿qué evaluación final le podemos dar a una gestión como la del presidente López Obrador ? Y un capítulo importante será si el actual presidente hará algo para llevar a Peña Nieto a juicio».
Carmen Aristegui es la heroína del nuevo documental de Juliana Fanjul (aunque aclara que es una película sobre su historia, no sobre su vida). Ella siguió a la periodista mexicana durante cuatro años (de 2015 a 2019); mientras ésta libraba una lucha contra la censura en los medios tras su despido de MVS.
La directora del documental recuerda que este hecho la dejo privada, como a millones de radioescuchas, de escuchar una voz que admira. En ese entonces Fanjul vivía en Suiza y decidió reaccionar a este hecho.
Durante estos años, se vio sorprendida por el número de acciones legales que la periodista emprendió para ganar el derecho a hacer su trabajo. Silencio Radio es el producto final de este exitoso intento de denunciar la injerencia política y la violencia contra los periodistas. Una enorme carga emocional de interés público.
«Al final, no sé si ganamos o no porque nos estábamos defendiendo; y el tribunal no hizo otra cosa que decir que efectivamente era ilegal romper el contrato que tenía con MVS. Pero la consecuencia práctica fue que no admitió las alegaciones por nuestra cuenta«, dice Carmen Aristegui.
Desde el principio, el documental establece la pesada atmósfera que pesa sobre el mundo periodístico. Las primeras imágenes son de una manifestación en mayo de 2017; tras el asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas, fundador del periódico Ríodoce y una importante voz del contrapoder. Carmen Aristegui acudió al lugar de los hechos y se manifestó en contra de un sistema asesino. « Este país está matando a los periodistas
La periodista está familiarizada con esta violencia. Hace dos años fue despedida de MVS tras investigar y dar a conocer el asunto de la Casa Blanca de Peña Nieto. Un auténtico terremoto político, por el cual Carmen Aristegui sufrió una serie de consecuencias. No importó que su programa entre las 6 y las 10 de la mañana fuera uno de los más escuchados de la emisora. « La principal voz de contrapoder desaparece del mundo mediático », continúa el documental.
Cuando la directora conoce a Carmen Aristegui, ésta intenta recuperarse mientras ningún otro medio la contrata. En ese momento, si Aristegui quería seguir con su vida profesional, tenía que arreglárselas sola con sus propios fondos.
El documental sigue la increíble perseverancia de la periodista que dio origen a su propio medio Aristegui Noticias. También muestra la batalla legal (implacable acción legal debería decirse) que la periodista enfrenta con gran abnegación. « La historia termina en censura », continúa el filme.
Privada de sus derechos en México en su litigio con MVS, la periodista decidió alertar a la comunidad internacional de los peligros de la censura. Dio entrevistas en los medios de comunicación internacionales, e interpuso un recurso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La película muestra poca violencia en sus imágenes, pero la sugiere. En primer lugar, a través de la música de fondo que acompaña las imágenes de un México asfixiado por una paz definida como mafiosa. En segundo, a través de la voz en off de la directora; cuyo tono, en conjunto con una serie palabras poderosas y referencias poéticas, llevan al documental a otra dimensión. Cada vez que Fanjul habla, es un golpe adicional. En una escena, confiesa que han entrado a su departamento en México y que la ha seguido un coche sin matrícula.
«Probablemente esto es lo que le pasa a cualquiera que se acerque a Carmen Aristegui«, dice.
Sobre todo, nos habla del México liderado por Peña Nieto y el PRI, que ha gobernado el país durante más de 70 años. En aquél entonces, la desinformación permanente ocultaba la verdad al pueblo. Esta estrategia se apoyaba en los medios de comunicación que bombardeaban al pueblo con consignas pre-fabricadas; asmismo con desfiles militares y fiestas grandilocuentes ajenas a la realidad marcada por un silencio total sobre los actos de corrupción y violencia que Carmen Aristegui, visiblemente vacunada contra el miedo, denunció y combatió con fuerza.
En el documental esto es visible. Pues cada vez que se denuncia un asunto, le sigue la puesta en escena de las autoridades y los medios de comunicación para negarlo; para tapar el más mínimo escándalo y demostrar su poder. Es una afirmación escalofriante y tristemente cierta que sigue vigente hoy en día, como explica Juliana Fanjul: «Partido de Televisa o la Televisa del partido«.
«Tenemos a un presidente señalando con nombre y apellido a los periodistas que no le gustan. Pero tiene una relación espléndida con los concesionarios y dueños de las maquinarias mediáticas de México», advierte Carmen Aristegui en sus comentarios.
Y añade que, sumado a este fenómeno, actualmente hay grupos de periodistas y medios de comunicación que «más que hacer crítica, están en una suerte de campaña, que no es lo mismo».
Pese a esto, la periodista también reconoce que actualmente «hay una campaña para denostar al Presidente de la República. Hay que hacer una defensa muy fuerte de la crítica pero tampoco somos ingenuos y podemos observar también que en la realidad mediática hay una franja que tiene que ver más bien con una estrategia directa de denostación ».
«Hay una diferenciación muy notable de lo que el Presidente de la República tiene respecto a los medios de comunicación. Vemos que tiene una diferencia amplísima a figuras como Emilio Azcárraga, como Ricardo Salinas Pliego, y eso es un factor interesante de observar porque una transformación profunda en mi opinión del Estado mexicano y de la democracia mexicana tiene que cruzar precisamente para replantear la relación poder político con medios de comunicación».
Carmen Aristegui
Silencio Radio no es sólo la historia de «México ante los periodistas asesinados«. También es un maravilloso documental sobre el mundo del periodismo independiente y la importante labor de los periodistas para evitar que los crímenes caigan en el olvido. Si el programa pasa de la radio nacional a Internet, «era su espacio, nuestro espacio«, dice Juliana Fanjul.
Con su nuevo medio online, el equipo de Carmen Aristegui sigue denunciando el caos político (el plagio de casi un tercio de la tesis de Peña Nieto, los vínculos entre el gobernador de Jalisco y los cárteles de narcotráfico). La película expone parte del trabajo de un periódico en internet, su importancia ganada gracias a su independencia, pero también la otra cara de la moneda con una exposición muy fuerte de la violencia sin un cortafuegos importante de una institución poderosa. Pocos meses después de la creación de los medios de comunicación, el asesinato de Javier Valdez Cárdenas expone los riesgos del periodismo.
« Somos un capítulo de muchos capítulos que lamentablemente ilustran la complicación que ha tenido México para sus periodistas. Desde luego, absolutamente nada puede compararse con el asesinato y hay que poner por delante como lo principal la exigencia de justicia por cada uno de los asesinatos que han ocurrido y llamar la atención de la sociedad de que no podamos permitir que se elimine fisicamente a alguien por informar. Este país tiene casos como el de Javier Valdez en la película que dicen que en México, matan periodistas. No nos podemos acostumbrar. Cuando vemos el grado de impunidad que prevalece en México, debemos sospechar que algo puede pasar. Si matan a un periodista y no pasa nada, es una invitación a seguir haciéndolo », dice la periodista.
La oficina sufre un robo de advertencia (los hombres que parecen ser militares sólo roban un ordenador). « Después, estaban en guera », dice la directora. El miedo y la presión hacen que algunos abandonen, pero también que otros, como Carmen, sientan que su lucha es justa. Su hijo ya no vive en México, pero sigue recibiendo muchos mensajes anónimos (más tarde nos enteramos de que éstos incluyen el programa espía Pegasus).
Su nombre le ha valido el reconocimiento nacional e internacional, pero a Carmen Aristegui nunca se le ha subido a la cabeza. Es una mujer sencilla, sonriente, seria en su trabajo y segura de sus convicciones. Por eso inspira tanta simpatía y admiración. No es una imagen como la de muchos políticos, es realmente ella. La película termina con la elección de AMLO en 2018. Un cambio político que permite a Carmen recuperar su lugar en la radio nacional. Una victoria que no impide que la periodista siga trabajando con talento, convicción e independencia.
« La batalla que hemos dado como grupo es una batalla correcta. Es decir, la decisión de seguir adelante en los espacios en que se podía desarrollar nuestro trabajo, aunque estén cerradas las puertas de la radio y la televisión en México. Podríamos haber parado y hacer otras cosas. Con los años, no nos equivocamos en insistir porque la batalla judicial es también una batalla social que no se acaba. Y este documental contribuye a decir de nuevo lo complicado que es ser periodista. Lo esencial es seguir haciendo nuestra tarea, seguir haciendo periodismo y dar la batalla para defender la libertad de expresión ».
Carmen Aristegui
Silencio Radio es una maravillosa película que, como canta Lila Downs en los créditos finales, debe ser «dedicada a todas las compañeras y hermanos periodistas en la línea del fuego».
Editor y fotógrafo documental, retrato, multimedia y vídeo. Dos veces ganador del Premio Nacional de Fotografía Rostros de la Discriminación.
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