Textos: Daniela Rea
Imágenes: Marina Azahua
Después de dos semanas, la Cuarta Brigada de Búsqueda de Personas Desaparecidas concluyó trabajos en Guerrero. Las familias encontraron, ahora las autoridades deben identificar
Siete cuerpos, más de cien restos humanos (se desconoce a cuántos cuerpos pertenecen) y otras evidencias como ropa, carteras, dentadura, y pertenencias personales fueron recuperados por familiares de todo el país que llegaron a varios parajes de Guerrero a buscar a las personas desaparecidas, agrupados en la Cuarta Brigada Nacional de Búsqueda.
Durante dos semanas, alrededor de 170 familiares y 60 solidarios, rastrearon cerros, pozos, cuevas y parcelas donde podrían haber entierros clandestinos.
La mayor parte de los hallazgos, informó la Brigada en un comunicado, fueron encontrados en zonas de alto riesgo donde no se había buscado antes; otros restos humanos se encontraron en áreas que ya habían sido procesadas por las autoridades sin que se realizara una revisión a fondo.
María Argüelles, Rufina Abaroa Rodríguez y Reyna, de Guerrero, Jalapa y Poza Rica, encontraron uno de los cuerpos en un pozo. Con las manos y con un palito comenzaron a sacar la basura que se acumuló en su interior. Con el palo picaron tierra y sintieron que estaba suave, es decir, que no era tierra virgen. Ahí comenzaron a buscar y sacaron zapatos, piedras, carteras, calcetines y un cuerpo.
Otro cuerpo fue encontrado en una cueva, a casi tres horas de caminata a pie.
«Yo sentí la tierra blanda y brinqué porque dije: ‘a lo mejor estoy encima de un muerto’, y un compañero empezó a cavar y encontramos huesos, como que lo cortaron porque no tenía cabeza ni de las piernas para abajo», relató Maria Argüello, que busca a su padre y esposo desaparecidos durante la Guerra Sucia.
«Yo pienso muchas cosas porque tenemos muchos familiares desaparecidos en Atoyac, como 350, de todo: niños mujeres hombres. Nosotros pensamos que a lo mejor los llevan vivos y los hacen cavar su propia fosa», agregó Maria.
«Sentí dolor, impotencia, cómo hacen esas criaturas… mi hijo tiene siete años desaparecido… ayer escarbé y me puse a llorar como loca, siento feo, siento impotencia», dijo Reyna.
«Las familias demostraron que las autoridades no hicieron bien su trabajo, ellos ya habían exhumado en algunas zonas y al volver encontramos restos humanos», dijo Mario Vergara en entrevista.
Familiares en distintos estados del país —a la Brigada llegaron de 19 entidades— han desarrollado en los últimos años distintas técnicas de búsqueda ciudadana que ha dado resultados en la búsqueda de restos humanos. Sin embargo, afirmó Vergara, este es trabajo que la autoridades deberían hacer y aún tienen pendiente identificar lo restos que las familias han recuperado.
Al terminar las actividades de la brigada, dieron una conferencia de prensa en Huitzuco. Ahí, Guadalupe Narciso del Frente Guerrero por Nuestros Desaparecidos, dijo sobre los cuerpos recuperados: “estas familias aún cuando no somos nosotros, van a tener esta tranquilidad en sus hogares”. Guadalupe se sumó a la exigencia de que el Estado se comprometa en la búsqueda de personas desaparecidas.
María Herrera, que busca a sus cuatro hijos desaparecidos, dos de ellos en Guerrero, dijo en la conferencia que la Brigada es una exigencia a los gobiernos para encontrar la verdad.
“Este proceso se tiene que cuidar porque es un esfuerzo de las familias, y es una manera de desenterrar la verdad. La verdad no se encuentra tras su escritorio. La verdad allí está enterrada, enterrada en los cerros, enterrada en los llanos, enterrada en los barrancos. Allí es donde van a encontrar ellos la verdad, si es que la quieren dar a conocer.”
A lo largo de estas dos semanas los integrantes de la Brigada agradecieron —en escuelas e iglesias— a la sociedad civil la confianza para acercarse a dar pistas donde pudieran haber entierros clandestinos. Los puntos encontrados fueron precisamente referencias que distintas personas hicieron llegar de manera anónima.
«Gracias a la sociedad que ha perdido el miedo, estamos encontrando a nuestros familiares», dijo Vergara.
La construcción de diálogo con las comunidades no sólo ayuda a encontrar personas, sino también es parte de la reconstrucción del tejido social, que es otro objetivo de la Brigada.
«Cada vez más la sociedad civil entiende que las personas desaparecidas nos faltan a todos y todas y que estar unidos en la exigencia al gobierno de encontrarles e identificarles es indispensable para la construcción paz y evitar que esta tragedia», señalaron los organizadores en un comunicado.
En la organización estuvieron Marabunta, Reverdecer, Uniendo Cristales, el Frente Guerrero por Nuestros Desaparecidos, los Centros de Derechos Humanos Minerva Bello y Tlachinollan, y el Centro Morelos, que llamó a organizar otra brigada de búsqueda en Guerrero.
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“Este trabajo forma parte del proyecto Pie de Página, realizado por la Red de Periodistas de a Pie. Conoce más del proyecto aquí: https://piedepagina.mx«.
Reportera. Autora del libro “Nadie les pidió perdón”; y coautora del libro La Tropa. Por qué mata un soldado”. Dirigió el documental “No sucumbió la eternidad”. Escribe sobre el impacto social de la violencia y los cuidados. Quería ser marinera.
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