Manifestantes de todo el mundo tomaron las calles de Glasgow, Escocia, para marchar contra los mayores responsables del cambio climático. El evento, con tinte de carnaval, logró una diversidad enorme. También se plantó cara a las dilatadas respuestas de Naciones Unidas
Texto y fotos: José Ignacio de Alba y Arturo Contreras
GLASGOW, ESCOCIA.- Justo cuando la COP26 llega a la mitad de sus eventos, una marcha convocada por activistas y ciudadanos logró plantar cara a los gobiernos y empresas que apenas y han dado cuentas a los ciudadanos sobre el cambio climático. A pesar de que en las actividades oficiales de Naciones Unidas se congregaron a personalidades mundiales, las calles de Glasgow fueron el centro de atención.
Si a la COP26 se le ha considerado la cumbre climática más excluyente de la historia, la manifestación que se llevó a cabo este sábado por las calles de Glasgow fue una de las más diversas. Unas 100 mil personas, con una pluralidad de demandas, tomaron la ciudad.
Más que una manifestación, fue un carnaval. La música armonizó a los asistentes. Hubo tambores, gaitas, flautas, panderos, djembes, violines, bongos y flautines. También se entonaron cantos y se organizaron bailes. Los ventarrones y la llovizna helada revitalizaron durante horas a los manifestantes.
La marcha estuvo encabezada por grupos indígenas de la Amazonía, Canadá y Alaska; aquellos que están en la primera línea de los embates climáticos. En la marcha corearon: “no necesitamos su transición energética, al demonio con su reina colonizadora”. También: “fuimos testigos de la llegada de los colonizadores y seremos testigos de su salida”.
Al inicio del evento, la activista Vanessa Nakate dijo a los asistentes:
“Los mandatarios rara vez tienen el coraje para liderar. Eso provoca que ciudadanos como tú y como yo nos levantemos y demandemos acciones. Y cuando hacemos eso un número suficiente de personas, nuestros líderes se moverán”.
Vanessa Nakate
En las instalaciones oficiales de las Naciones Unidas, los asistentes a la COP, usan traje, y en su gran mayoría son hombres blancos llegados de países del primer mundo. Pero en la marcha de este jueves se congregaron sobre todo jóvenes, bloques feministas y mamás con carreolas.
Violenta Campbell es una mujer trans que asistió a la marcha con un cartel que denuncia “el dinero no se puede beber”, la mujer resume este sentimiento que se vive entre los asistentes: “en esta marcha hay más esperanza que allá adentro (COP26), al menos aquí todos podemos levantar la voz”.
Entre los manifestantes había contingentes de veganos, ligas estudiantiles marxistas, socialistas y anarquistas. Hubo tibetanos, animalistas, antifascistas, pro palestinos, free Hong Kong, pro refugiados climáticos, órdenes religiosas. Un solo bloque reunió a varios ciudadanos que viven en islas del Pacífico y que están a punto de desaparecer. Un activista de las Islas Salomón, asegura en entrevista” en el lugar que hemos habitado ya no existirá más, debido al cambio climático y la subida del nivel del mar. Eso nadie quiere saberlo o no quieren darse por enterados”.
En el largo contingente también hubo sindicatos, indígenas latinoamericanos, mientras en una pancarta se lee “Justicia para Samir”, también un grupo de mexicanos exclamó “Samir no murió, el Estado lo mató”. En la marcha también había pueblos de áfrica golpeados por las sequías extremas.
La marcha la cerró un grupo de ciudadanos en bicicletas con la leyenda “esta máquina salva al planeta”. Sobre todo había ciudadanos, amas de casa, gente con carriolas, personas de la tercera edad disfrazadas.
Una veintena de científicos se encadenó sobre uno de los principales puentes que atraviesan el Río Clyde, los manifestantes que obstruyeron una de las más importantes arterias de la ciudad fueron detenidos por la policía escocesa. El colectivo de Scientist Rebellion aseguró que esta forma de desobediencia pacífica ayuda a llamar la atención del mundo sobre la urgencia de tomar acciones sobre el cambio climático.
Cuando la marcha se acercó al centro de Glasgow, pasó por algunos de los corporativos que protagonizan despojos en varios países, como Scottish Power .
Cuando Rosa Marina Flores Cruz pasaba frente al edificio dijo:
“Estamos frente a las oficinas de Iberdrola, de la filial Scottish Power, solo decir que son unos cínicos y unos hipócritas porque se encuentran financiando la COP26, dicen que están haciendo acciones para salvar el planeta, pero son acciones falsas. Son acciones de green wash que solo están lavándose las manos con nuestras tierras, con nuestros territorios. Usando un discurso de energías renovables a partir del despojo, de la destrucción, del asesinato y la persecución de pueblos indígenas en México”.
Rosa Marina Flores Cruz
Daya Bai, una manifestante originaria de la India, asegura que el mundo no debe poner demasiada esperanza en la COP. Ella está segura que las organizaciones ciudadanas y las acciones individuales son la salida:
“Si el mundo espera que la COP solucione sus problemas estamos perdidos”
Alrededor del mundo se realizaron manifestaciones parecidas, un centenar de eventos se llevaron a cabo en países como Francia, Filipinas, Turquía, Canadá, Kenia, Suiza, Holanda y Australia.
Al final del evento de Glasgow se convocó a crear una cumbre mundial de pueblos indígenas para discutir sobre el cambio climático y dejar la cumbre organizada por Naciones Unidas.
Un integrante indígena de la Amazonía dijo al cerrar el evento:
“Hemos venido a decir aquí a nuestros políticos no sacar más petróleo, no, nos están matando, nuestra agua, nuestra vida. ¿Ustedes a quién le creen?¿a los líderes o a nosotros, los verdaderos guardianes de la selva?”.
Indígena de la Amazonía
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