8 septiembre, 2019
Madres y familiares de mujeres víctimas de feminicidio y desaparición marcharon en la Ciudad de México para exigir una vez más lo que no les han brindado las autoridades: justicia
Texto y fotos: María Ruiz
Este domingo familiares de víctimas de feminicidio y mujeres desaparecidas marcharon de la Victoria Alada al Zócalo para recordar que por cada una de las personas que se manifestaron hoy falta una mujer.
“El silencio de hoy es un silencio para que las autoridades escuchen, para que la sociedad escuche y deje de ser omisa, para dimensionar la violencia que vivimos en la ciudad”, dice el comunicado leído frente a Palacio Nacional.
Araceli Osorio, madre de Lesvy Berlín Osorio, explicó que su pliego petitorio son las mismas consignas que marcha con marcha gritan en las calles, por la falta de resultados y la abundancia de omisiones en cada uno de sus casos:
“Decidimos también que no hubiera un pliego de exigencias porque creemos que las consignas que venimos coreando desde hace tiempo son en sí un pliego de exigencias. Esta vez tomamos seis consignas”, explicó Osorio.
Las voces de las familias resonaron en la plaza: ¡No estamos todas, nos faltan ellas!; ¡Ni una más, ni una más, ni una desaparecida más!; ¡Ni una menos, ni una menos, todas vivas nos queremos!; ¡No más violencia contra las mujeres!; ¡Porque vivas, vivas estamos, vivas nos queremos! y ¡Alerta ya, alerta que sirva!
Alrededor de 10 madres dieron su testimonio y marcharon junto a unas 250 personas. Frente al lugar donde despacha el presidente, recordaron las historias que arrebataron los sueños de sus hijas, de sus hermanas, de sus amigas, de las madres de sus nietos.
El asesinato de Fernanda lo quisieron hacer pasar por suicidio. Desde entonces su familia buscó justicia y ayuda, su madre denuncia que por pedir justicia el 27 de mayo del 2017 asesinaron a sus otros dos hijos. «Yo no sé qué pensar del gobierno, yo solamente quiero justicia para mis tres hijos y mis nietos que quedaron en la orfandad. Ya estoy harta de que digan que me quede callada y le exijo a la fiscal de feminicidios del Estado de México que se ponga a trabajar y no me callen más».
Celene fue asesinada en su trabajo. Lleva un año seis meses sin justicia, el ministerio público sigue pidiendo pruebas a pesar de que fue asesinada a plena luz del día en el Nine West de la plaza comercial Reforma 222. Su madre denuncia que al presunto feminicida le dan muchos amparos: “Yo ya me cansé de verlo, de no decirle nada porque lo ‘ofendo’. Nosotras no hicimos nada, traemos nosotras roto el corazón, rota el alma, yo no sé cómo vivo yo. A mi hija yo la extraño todos los días”. También denuncia que se ha acercado a la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y a la procuradora Ernestina Godoy, pero su caso sigue estancado.
Riahna tenía siete años cuando fue abusada sexualmente, ahora tiene nueve. Su madre denuncia que el abusador no ha sido consignado a las autoridades a pesar de que le prometieron que estaría preso en octubre.
Serymar fue asesinada por su pareja hace dos años, quien el pasado noviembre fue sentenciado en Coahuila a 46 años de prisión, la pena más larga en la historia de ese estado: “Yo no quiero sentencias históricas, yo quiero que se dignifique su memoria porque aparte de que la asesinó, trató de ensuciarla”. Al evidenciar su dolor, explica la hermana de la joven, busca que sirva para ninguna otra mujer vuelva a vivir violencia.
Marichuy fue asesinada por uno de sus profesores en la universidad; su madre denuncia que sigue libre y aún trabaja como maestro. Enojada, exige que no se antepongan los intereses económicos a la vida de las mujeres y que se active la alerta de género en la Ciudad de México.
La madre de Pamela denunció la omisión de las autoridades en la búsqueda de su hija: “Mi hija es desaparecida el 5 de noviembre del 2017 en el Ajusco km 13. Las autoridades no han querido enfrentar a la delincuencia organizada que tiene a mi hija Pamela Gallardo. Porque las procuradurías quieren tapar que la delincuencia organizada existe, que siguen robándose a nuestras hijas para trata de personas y lo quieren tapar, que Pamela está en una violencia. Pido que me apoyen para encontrar a Pamela en vida, no que la busquen muerta, como hacen estas procuradurías. En la Ciudad de México siguen desapareciendo las mujeres”.
La madre de Zyanya denunció que quisieron hacer pasar por suicidio el feminicidio: “Mi hija era una joven que tenía metas, sueños y luchaba por llevarlos a cabo. Exigimos a la Fiscalía de Puebla que investigara. Encontraron una carta póstuma, un peritaje señala que quisieron simular la letra de mi hija. Como mamás tenemos un común denominador: no es suficiente el dolor de haber perdido a nuestras hijas, luchamos contra la negligencia de las autoridades, contra la omisión de las mismas, contra la flojera de investigar. Es más fácil decir que fue un suicidio que subir las tasas de feminicidio. El amor hacia ella es lo que nos mantiene firmes. Ésta es la historia de mi hija, como un de tantas, que quieren aparentar un suicidio, cuando era una joven que lo que más amaba era la vida”.
Mariela Vanessa desapareció hace un año ocho meses, salió una mañana y no regresó. El día de hoy su hermana y su madre marcharon para exigir una búsqueda: “desde un principio que denunciamos, no hubo búsqueda. Simplemente es como una mujer desaparecida más, porque para ellos no es importante buscarlas, que regresen a su casa. No son solidarios en su trabajo. Hay que estar exigiendo que se hagan las diligencias pero para nosotras es difícil, no solo luchamos con nuestro dolor sino también con las autoridades porque muchas veces no nos hacen caso”.
Mayra fue asesinada cuando tenía 20 años de edad en la alcaldía de Tlalpan. Su madre busca que el feminicida sea sentenciado. “Yo voy a luchar hasta el último momento para darle a mi hija verdad, justicia y que todo el mundo sepa lo que está pasando en el país, porque las autoridades se hacen omisas”. Este mes tendrá una audiencia y pide se juzgue con perspectiva de género.
La madre de Maricarmen contó que su hija tiene un año desaparecida y que ubica perfectamente al responsable: “Desde el 26 de agosto fue extraída de la casa de mi hermano. Yo conozco a la persona que lo hizo, le di la información a la procuraduría y no me han hecho caso. He dado todos los datos y no lo detienen pero yo seguiré luchando hasta que lo agarren”.
Al finalizar la participación de las familias, Araceli Osorio, madre de Lesvy Berlín, pidió no las dejen solas. También recordó que el día de hoy no están todas las mujeres que exigen justicia y que muchas se manifiestan de formas distintas por lo que pidió al gobierno no criminalice a nadie.
«Esa digna rabia tiene razón y esa razón es la omisión», expresó.
Recordó que hay quienes tampoco asistieron porque sus tiempos se complican o sus ánimos y su salud ya no dan para exigir y denunciar:
«Frente a nosotras hay muchísimas familias que desafortunadamente no tienen la posibilidad de hablar. Compañeras que están cuidando a sus nietos o que han enfermado en los procesos o que de alguna manera han dejado de creer que podemos hacer algo pero nosotras estamos aquí por todas.
“Y juntas y juntos vamos a dejar de contar números para contar vidas. Hoy estamos contando las vidas de las que nos duelen, pero ojalá mañana contemos las de cada una de ustedes que han logrado sus objetivos, que tiene un proyecto de vida y que va a poder concluirlo. Mientras tanto, vamos a seguir saliendo a las calles, a seguir exigiendo, a dar propuestas porque nosotras no nos podemos cansar”.
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