La luz de esperanza que las madres y padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero el 26 de septiembre de 2014, se apagó
X: @kausirenio
El presidente Andrés Manuel López Obrador echó a la basura la esperanza que las madres y padres de los 43 normalistas, y las organizaciones sociales que los acompañan, depositaron en él. En un hecho inédito, López Obrador reiteró que el Ejército mexicano no tuvo participación en la desaparición de los estudiantes en la noche de Iguala el 26 y 27 de septiembre de 2014.
En su conferencia matutina, exculpó a Enrique Peña Nieto, al general secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda y al Ejército México de los hechos de Iguala, y lanzó una ofensiva en con del Grupo Interdisciplinarios de Expertos Independientes (GIEI), al señalar que sus investigaciones son conjeturas sin pruebas y que hubo manipulación de intermediarios, esto, en alusión a los abogados de los padres.
Ante la acusación del presidente López Obrador, el GIEI contestó lo siguiente: que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se negó entregar información. Por su parte el comité del 68 le aclararon al presidente que los delitos de lesa humanidad no prescriben: “Fue el Estado, fue el Ejército”.
Por su parte, las organizaciones de derechos humanos que acompaña a las madres y padres de los normalistas de Ayotzinapa, como El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan y Fundar, publicaron un documento en el que manifiestan su desacuerdo por la afirmación del presidente
En el comunicado señalaron que las afirmaciones presidenciales contra los padres y las madres de los normalistas atentan contra la dignidad de las víctimas. Porque en reiteradas ocasiones le han dicho al presidente que no son manipulados por nadie. Lo único que buscan es conocer el caso de sus hijos, y ejercer sus derechos con dignidad.
“Que rechazamos los dichos presidenciales contra las y los integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), quienes a lo largo del período en que colaboraron con el Estado mexicano realizaron aportes fundamentales para el esclarecimiento, conduciéndose siempre sobre la base de la evidencia, dejando un notable precedente de asistencia técnica internacional para la investigación de graves violaciones de derechos humanos, así reconocido en México y a nivel internacional.
“Que lamentamos también los ataques contra la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONUDH). Las instancias internacionales no han callado ante la crisis de derechos humanos de México y no lo han hecho en este caso. Respecto de Ayotzinapa, sin la CIDH no habría GIEI y sin el informe de la ONUDH Doble Injusticia no se habría documentado a profundidad la práctica de la tortura en la investigación».
En el comunicado cuestionaron las descalificaciones en contra del extitular de la Unidad Especializada para la Investigación y Litigación del Caso Ayotzinapa (UEILCA), Omar Gómez Trejo.
“Su gestión, sin estar exenta de áreas de oportunidad, fue determinante para avanzar acusaciones que hoy el gobierno presenta como avances y es una infamia atribuirle responsabilidad en el entorpecimiento de la indagatoria. Es el actual titular de esa Unidad quien está entorpeciendo el caso, pues en su carencia de legitimidad y conocimiento del mismo está desmantelando al equipo que logró esos avances, poniendo en riesgo los pasos dados”.
Condenaron las descalificaciones en contra de las organizaciones civiles de derechos humanos: “No somos intermediarios ni administramos el dolor. La confianza sostenida de los padres y las madres nos afianza en nuestra labor, más allá de toda descalificación”.
Ahora bien, el presidente López Obrador dice que la Sedena ya entregó todos los documentos a la comisión que investiga el caso Ayotzinapa, pero el ejecutivo federal miente, ya que hasta ahora el Ejército no ha entregado todos los documentos y elementos informativos que tienen en su poder.
En los expedientes que las familias solicitaron por escrito en una solicitud que le entregaron a AMLO se identificaron los documentos pendientes, a cambio de la petición, recibieron un oficio del secretario de la Defensa Nacional en el que niega la existencia de los documentos, perpetuando así la opacidad.
El Ejercito mexicano durante décadas ha mentido en reiteradas ocasiones para ocultar sus archivos, así como lo hizo en la Guerra Sucia y en la masacres de la plaza de las Tres Culturas. En el caso Ayotzinapa no han entregado documentos del espionaje durante el 2014 que realizó el Centro Regional de Fusión de Inteligencia de Iguala (CRFI).
Tampoco ha entregado la bitácora de los militares infiltrados en la Normal Rural de Ayotzinapa desde 1970 hasta el 26 de septiembre de 2014. Este archivo es de vital importancia, porque permitiría saber el móvil que tuvo el Ejército para atacar a los normalistas. Porque no es creíble, como nos quieren hacer creer, que fue una agresión de civiles armados.
Por la forma en cómo se diseñó el operativo policiaco-militar se puede concluir que fue un ataque político y contrainsurgente. Las responsabilidades del Ejército en el caso son irrebatibles, y no hacen parte de un señalamiento dogmático: elementos de los batallones 27 y 41 estaban vinculados con Guerreros Unidos.
La exoneración y férrea defensa del Ejército por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador y de los medios comunicación es la reconstrucción de misma narrativa de cuando se construyó la “verdad histórica”. La diferencia es que ahora los periodistas que cuestionaban al anterior régimen se dicen satisfecho con el último informe que presentó el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas.
Con estos antecedentes, no se puede defender un informe que está plagado de desinformación que criminaliza a las víctimas. En su campaña electoral en 2018, AMLO prometió verdad y justicia para las madres y padres de los muchachos normalistas. Sin embargo, no cumplió.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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