4 abril, 2020
La abogada asume el cargo en una ciudad con Alerta de Violencia de Género y en un país donde son asesinadas al menos 10 mujeres cada día. Ella lo ve de este modo: alguien tiene que asumir el compromiso.
Texto: Vania Pigeonut
Foto: María Ruiz
El día que Ernestina Godoy, fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, anunció a la nueva fiscal contra Feminicidios, Sayuri Herrera estaba marchando. Fue el 8 de marzo, un día simbólico no sólo por ser Internacional de la Mujer, sino porque era la primera marcha de colosal magnitud bajo la consigna: ¡No más feminicidios!
Sayuri Herrera Román asume como fiscal para investigar el delito de feminicidio con una sola certeza: la impunidad es casi del 100 por ciento. La abogada es comprometida con su trabajo, y ha llevado casos relevantes y de compromiso social. Por ejemplo, fue coadyuvante de la familia en el caso del feminicidio de Lesvy Berlín Rivera Osorio.
Acepta el cargo y lo ve de este modo: las madres, hermanas, familia, amigos exigen verdad y justicia para sus mujeres asesinadas y alguien tiene que asumir el compromiso.
Sayuri tiene 37 años, pero su trayectoria es amplia. Logró la reclasificación y la sentencia del asesinato de Lesvy Berlín, a 45 años de prisión. Ha sido abogada de víctimas de violencia y acoso sexual en las universidades; ha acompañado y visibilizado y acompañado casos de otras violencias feminicidas, como lo ocurrido a Aída Mulato, víctima de violación sexual y quien enfrenta un un proceso de violencia institucional por denunciarlo.
Es defensora de mujeres vivas y de quienes ya no pudieron defenderse. Lo mismo se mueve en Ciudad Universitaria, que en municipios de la periferia o estados del interior del país; por ejemplo, cuando tuvo que trasladarse a Tlaxcala para defender a Marissa Mendoza, quien fue pareja de Julio César Modragón Fontes, uno de los estudiantes asesinados –fue desollado– durante la noche de la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa.
Ha brindado apoyo a mujeres organizadas de diferentes facultades de su alma mater, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en su exigencia de que la violencia de género sea castigada. Sayuri es una abogada abiertamente feminista y que en toda su trayectoria lo que más ha hecho es luchar con consignas y la ley.
Hasta antes de saberse la fiscal contra los feminicidios trabajaba en el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF). Asumir este cargo significa al mismo tiempo, dice, que se concrete un compromiso de 2019 del gobierno capitalino: la creación de la Fiscalía Especializada para la Investigación del Delito de Feminicidio.
Asume en este contexto de pandemia por el Coronavirus (Covid–19), en una ciudad con Alerta de Violencia de Género y en un país donde son asesinadas al menos 10 mujeres cada día. La abogada y psicóloga, quien también tiene dos maestrías –una en Derecho y otra en Derechos Humanos– cuenta a Pie de Página cómo se siente al asumir este cargo.
–Llegas con el compromiso de que es un logro compartido. ¿Cómo te sientes al asumir?
–No hay un diagnóstico sobre lo que voy a recibir. Era la agencia de feminicidio que está adscrita a la Fiscalía de homicidio. De esa agencia hay un pequeño informe sobre quiénes son las personas que están trabajando allí y el número de carpetas que se me van a entregar. Son 455 carpetas y lo que tengo son números.
Son 12 personas en total: nueve ministerios públicos y tres oficiales secretarios que les están ayudando.
–¿De qué período son las 455 carpetas?
–Hay algunas que son anteriores al sistema de justicia actual. La mayoría son del nuevo sistema de justicia que en Ciudad de México se implementa en 2016. De cuatro años para acá.
–Para combatir los feminicidios, ¿que es lo más urgente?
– Un diagnóstico de las carpetas de investigación. Respecto de qué diligencias se han hecho y qué diligencias, no. Tener los datos de cómo se fueron cometiendo estos feminicidios. Hay algunas investigaciones que se han hecho de carácter nacional e internacional, de Naciones Unidas (Estudio mundial: Asesinatos de mujeres y niñas por motivos de género), relacionados al género y sobre éstos; cuántos de estos asesinatos fueron cometidos por las parejas.
Te resulta súper clara una estadística que tiene ese informe de Naciones Unidas, de la oficina para las drogas y el delito, donde te dice cuántos son los victimarios que eran pareja de estas mujeres, y cuántos eran familiares, y no necesariamente familiares y cómo eso se relaciona con los feminicidios que están ocurriendo en los hogares. Donde nosotras encontramos los cuerpos de las mujeres [es] en los hogares. Estudios que te puedan hablar de manera más detallada sobre cómo se están dando las incidencias de feminicidio en la Ciudad de México, y quiénes. Hace falta ese estudio. En ese (ONU), del 100 por ciento de asesinatos de mujeres, 34 por ciento los cometen las parejas en el mundo. Y 24 por ciento otros miembros de las familias. Te da el hilo conductor del problema a nivel mundial.
Necesitamos datos exactos de cuántas carpetas son de cada año, tener los datos sobre el estatus que guarda cada una de las carpetas. Cuáles están en investigación complementaria, cuáles no; hay órdenes de aprehensión o no las hay. Esa información que es más fina no la tengo.
Es un diagnóstico que tiene que ir en dos sentidos: sobre las características que tienen los feminicidios ocurren en la Ciudad de México, la incidencia, de quiénes y sobre quiénes. Quiénes son las víctimas, quiénes son los feminicidas. Cuáles son los mecanismos que están ocupando, dónde se están cometiendo esos feminicidios. Cuáles son las características de las mujeres: si tienen hijos o no, qué personas les sobreviven, dónde están esos hijos.
Lo otro: sobre el propio funcionamiento de la Fiscalía. Hay propuestas de cómo se debe conformar, de cuál debe ser la estructura, estas propuestas deben de partir de diagnósticos sólidos, eso no lo tenemos. Será importante tomarnos un tiempo muy concreto pero de mucho trabajo muy intenso para tener ese diagnóstico y poder definir de manera certera, cuál debe ser la estructura y la integración de la Fiscalía. Cuántos ministerios públicos realmente se están necesitando.
–¿Cuánto tiempo se llevará este diagnóstico?
–Tendríamos que hacer un diagnóstico que no nos llevara más de un mes, mes y medio. Máximo dos. Tenemos que construir este diagnóstico, definir una estructura. De esa estructura que te va a decir cómo se debe integrar la Fiscalía, se tiene que definir los perfiles de esas personas que van a conformar esa estructura. Vamos a hacer el llamado para la selección de este personal, emitir esa convocatoria, para que se pueda seleccionar a las personas que cumplen con el perfil, que tienen la vocación, el interés de participar y ser parte de la Fiscalía para la investigación de feminicidio. Eso significa que pueden participar en la convocatoria, incluso quienes están formando parte de la agencia.
–¿Actualmente cómo está capacitado el personal, cuáles son los requisitos con los que tu equipo debe contar?
–Es importante que el perfil se construya con la participación de varias especialistas en género, derechos humanos y defensa de derecho de las mujeres.
Una ministerio público que trabaje en feminicidios, una perita que trabaje en feminicidios, una policía de investigación que trabaje en feminicidio. He adelantado cuáles serían los requisitos: uno de ellos es el conocimiento del nuevo sistema de justicia penal. Aunque parezca increíble, es cierto, una persona no conocía el nuevo de justicia penal; conocimientos de lo que es la perspectiva de género, la perspectiva de derechos humanos y perspectiva psicosocial.
La perspectiva de género es muy importante. Estos estudios que me referí de ONU donde te está diciendo que, de los asesinatos a nivel mundial, el 58 por ciento ocurre en el hogar, a manos de familiares o parejas, es algo que tendrían que tener presentes las personas que trabajan en las agencias de investigación de feminicidio. Porque estos análisis de contexto, estas estadísticas a nivel global, incluso regional, te dan luz de cuáles deben ser las líneas de investigación. Además, ya estableció la Suprema Corte de Justicia de la Nación que debes de iniciar todas las investigaciones como feminicidio y no como homicidio culposo, accidentes o suicidios.
–¿En tanto están los diagnósticos cómo seguirán trabajando?
– Los feminicidios que ocurren día a día no pueden esperar a que tengamos lista una Fiscalía. Hay que ir trabajando en el día a día, con quienes ya integran esta agencia. Es importante que contemos con un equipo de apoyo para poder hacer el diagnóstico y dónde están los puntos en los que se hace un embudo y que genera retraso con las investigaciones, pérdida de tiempo, pérdida de evidencia.
–¿Cuál es tu plan de trabajo?
–Propusimos cuatro ejes sobre los cuales habría que trabajar. Primero: acompañamiento psicosocial a las familias en las audiencias; trato digno para las víctimas, [lo que] está muy relacionado a que las personas que trabajan en la Fiscalía también reciban un trato digno.
Esto implica que no tengan una sobrecarga de trabajo, que se respeten sus horarios, que haya contención psicológica y acompañamiento para quienes trabajan en la Fiscalía. Tener contacto con estos casos, con las personas, con las familias, de manera constante todos los días, en situaciones en las que estamos viendo un nivel de saña, odio, sobre todo hacia las mujeres, no es fácil de procesar para nadie.
El trato digno para las víctimas, para lo que resulta indispensable tener un área de acompañamiento psicosocial y protección a la víctima. Conformada por psicólogas, trabajadoras sociales y podría ser incluso por pedagogas, pensando que están algunos niños, que de manera frecuentemente acompañan a sus familias, a las abuelas, a la realización de diligencias.
Esta área de acompañamiento psicosocial debe dar aspectos adicionales que deben ser garantizados. Como la terapia psicológica genérica. Asegurarse de que las familias tengan medidas de ayuda social. Como las medidas alimentarias: de educación, de trabajo y protección.
Ese trato digno a víctimas implica tener espacios dignos para recibirlas y trabajar. Esos espacios dignos van muy de la mano con la definición de la estructura de la Fiscalía.
El segundo eje es el diseño institucional y fortalecimiento de capacidades. Es el proceso de selección y capacitación. Para que cuando ese personal entre, sepamos cuántas carpetas hay y a quiénes van a ser distribuidas, a este nuevo equipo, que ya debe venir con un súper perfil, seleccionado y capacitado. Capacitados y capacitadas por expertas en investigación de feminicidio, en materia de género y derechos de las mujeres. Involucrará también diseñar ese programa de capacitación y tener a las expertas que lo puedan impartir y dar seguimiento.
El tercero es el acceso a la justicia y combate a la impunidad: que después de estos dos primeros ejes, que son las bases, podamos comenzar a tener el diagnóstico preciso, del universo de casos de feminicidio: clasificación, estatus jurídico, implementar estrategias diferenciadas y graduales para la integración y judicialización de los casos, pero lo primero son las bases para abatir el rezago, abatir la impunidad.
El cuarto eje es el derecho a la verdad: la vocación transformadora que debe tener la Fiscalía, como parte de este derecho a la verdad, no sólo de las víctimas sino de la ciudadanía, en la Ciudad de México. Es importante transparentar qué fue lo que encontramos. Sé que es algo complejo, no tan grato, pero es importante si vamos a tener un punto de inflexión sobre ser transparentes.
El derecho a la verdad está relacionado con el acceso información . Será importante que podamos transparentar los procesos y cifras.
Se debe trabajar muy de la mano con la sociedad civil y las madres, me parece que es importante consultarlas, consultar también a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), porque parte también del surgimiento de la Fiscalía es una manera de resolver o de dar respuesta o cumplimiento a las recomendaciones que en materia de feminicidio ha emitido la CNDH. La Fiscalía es autónoma. Es un logro del movimiento feminista. Comenzaremos por las cifras.
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