San Salvador Cuauhtenco, vivir sin agua en la capital de México

31 diciembre, 2021

En la Ciudad de México, Milpa Alta es la alcaldía con mayor número de hogares sin acceso al agua entubada; y el pueblo de San Salvador Cuauhtenco es donde más se sufre. Los habitantes acusan que funcionarios lucran con el agua pública mediante pipas privadas

Texto: Cuauhtémoc Osorno Córdova*

Foto: Saúl López / Cuartoscuro y Especial

CIUDAD DE MÉXICO.- En Ciudad de México, 29 mil 4 viviendas carecen de una conexión al servicio público de agua entubada. La mayoría de estas personas están concentrdas en la alcaldía Milpa Alta, en específico en el pueblo de San Salvador Cuauhtenco.

En toda la ciudad, 98.9% de los hogares disponen de tuberías para recibir agua. Sin embargo, mientras que en las alcaldías Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo la infraestructura alcanza prácticamente el 100% de los hogares, en Milpa Alta cubre el 89 por ciento.

A pesar de que Milpa Alta es la alcaldía menos poblada de la Ciudad (con 152 mil 685 habitantes), es la demarcación con más viviendas que no cuentan con agua entubada (4 mil 107 domicilios). Eso es más de lo triple que Iztapalapa (con mil 278), que por el contrario, es la alcaldía más habitada. Milpa Alta concentra el 14% de todos los hogares sin una conexión al servicio público de toda la capital. En esta demarcación hay un promedio de casi 4 personas viviendo en cada domicilio. En otras palabras: cerca de 16 mil milpaltenses tienen severas complicaciones para garantizar su derecho humano al agua.

Milpa Alta pertenece a la llamada “Zona C”, área de gestión del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex). Dicha área se concesionó en 1993 al grupo Tecnología y Servicios del Agua S.A de C.V. (Tecsa), integrado por la empresa nacional minera Peñoles y la trasnacional francesa Suez. Una de las responsabilidades de Tecsa era la instalación de nuevas conexiones de agua potable y alcantarillado, estando obligada a “otorgar los servicios al público con calidad, prontitud y calidez”, establece uno de los contratos. Tecsa dejó de operar en mayo pasado, ya que el gobierno de Claudia Sheinbaum retiró la concesión por políticas de austeridad, y para controlar los adeudos de grandes empresas consumidoras del bien hídrico en la capital.  

El pueblo con menos agua potable en CDMX

Pero, ¿qué pasa en San Salvador Cuauhtenco?

El pueblo de San Salvador Cuauhtenco está ubicado al oeste de Milpa Alta y colinda con Xochimilco. Es la localidad con el menor acceso a infraestructura para recibir agua de toda la capital mexicana; de los 4 mil 233 hogares existentes, 645 no disponen de agua entubada. En el pueblo hay un promedio de 3.98 personas en cada vivienda, por lo que cerca de 2 mil 500 habitantes viven sin este servicio. Se abastecen principalmente con pipas particulares que sin regulaciones lucran con un derecho humano fundamental. 

Área del pueblo de San Salvador Cuauhtenco, situado aproximadamente a una hora en transporte público desde el centro de la alcaldía de Milpa Alta. Fuente: Google Maps.

Doña Rosalba vive desde hace tres décadas en San Salvador y es una de las personas que no cuenta con una conexión a la red de tuberías administradas por el Sacmex. Supuestamente su familia debería recibir cuatro tambos de agua de las pipas del gobierno de la capital cada ocho días, pero no es así.

“Pasan meses y no hay reparto. Llamo a la alcaldía y la respuesta es que no hay agua en el pozo; que no hay pipas, que están descompuestas, que ‘mañana se la envío’ y nunca llega”.

Doña Rosalba

Ella gasta normalmente mil pesos al mes para el suministro de agua mediante pipas privadas. Muchas veces los volúmenes solo sirven para lavar ropa y trastes, ya que el líquido no se puede beber; y la señora Rosalba se ve obligada a comprar agua embotellada. 

Su vivienda no está dentro del “casco urbano” de San Salvador, área definida legalmente para fines domiciliares. Está en predios agrícolas heredados por sus abuelos. Por esta razón, no ha podido recibir infraestructura de la red pública del Sacmex; pero tampoco ha logrado ser beneficiaria del programa Cosecha de Lluvia de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema).

“Por eso nos vemos restringidos de los servicios públicos, a nosotros no nos dieron cabida al programa”.

Como la vivienda de doña Rosalba, existen otros cientos de domicilios que se ubican fuera del casco urbano de San Salvador. Se registran al menos 14 zonas alrededor del pueblo definidas como ‘asentamientos irregulares’, que enfrentan las mismas condiciones de exclusión y desigualdad. 

Límite oficial del pueblo de San Salvador Cuauhtenco, observándose 14 puntos con asentamientos irregulares ubicados en suelo de conservación, donde no se brindan los servicios públicos de agua entubada y alcantarillado. Fuente: SEDUVI.

“La alcaldía en estos años fue en retroceso. El alcalde no realizó ninguna obra relevante y no supimos en qué se gastó la mayor parte del presupuesto. El gobierno no quiere invertir en nada. Pero cuando hay votaciones ahí sí existimos”, reclama Rosalba.

El negocio de las pipas de agua

En los más recientes comicios en su alcaldía, relata, los partidos PRI y Verde Ecologista le prometieron componer los caminos y regalarle un tinaco. El resto de candidatos ni siquiera se acercó a su colonia.

Aunado al uso político de la vulnerable realidad de la señora Rosalba, ella investigó que personal de la alcaldía de Milpa Alta ha tenido gran parte del negocio de la venta de agua por pipas privadas en San Salvador Cuauhtenco.

Otras personas entrevistadas confirman esa situación.  

Fernando, de 29 años, sí tiene una conexión de agua entubada en su hogar, localizado dentro de los límites oficiales del pueblo. Pero desde hace 6 años dejó de haber suficiente agua para su familia. Complementa su abasto con pipas particulares, por lo que paga un promedio de mil 100 pesos al mes, incluido el recibo del Sacmex.

El joven atribuye la falta de agua en su casa al crecimiento de la población en San Salvador; ya que se han fraccionado y vendido los terrenos a precios bajos. Milpa Alta es la tercera alcaldía con la mayor tasa de crecimiento anual de viviendas individuales en la Ciudad de México, de acuerdo al censo 2020 del INEGI.

Fernando explica que por la desactualización del ordenamiento territorial y la reforma en la ley agraria no se ha podido ampliar el casco urbano. Las personas que viven fuera de los límites oficiales –como doña Rosalba– son quienes sufren los mayores problemas del acceso al agua; y son los principales consumidores de las pipas privadas.

Ejemplo de un hogar fuera del casco urbano, sin servicio de alcantarillado ni agua entubada.

Fernando acusa que las pipas en San Salvador Cuauhtenco son vendidas por familiares de funcionarios de la alcaldía de Milpa Alta; incluso que toman el agua de manera ilegal de las redes públicas.

“Es algo que los del pueblo hemos visto y nadie hace nada. Se hacen las denuncias en SACMEX y no hacen nada. No es posible que hay desabasto de agua en el pueblo y esta gente vende el agua como si nada”.

Fernando, habitante de San Salvador Cuauhtenco.

La comunidad vive cotidianamente la injustica e impunidad ante la privatización de facto del agua; aun cuando la Constitución Política de la Ciudad de México remarca que “la gestión del agua será pública y sin fines de lucro” (Art.9).

Fernando tampoco pudo acceder al programa de Cosecha de Lluvia de la Sedema. Hace un año lo solicitó; pero no cumplió con los requisitos de la altura de la loza, lo cual volvió inviable la instalación del captador pluvial. 

En la periferia de la periferia

De acuerdo con los padrones del programa Sistemas de Captación de Agua de Lluvia de los años 2019, 2020 y los reportes de hasta febrero del 2021, se han instalado un total de 20 mil 193 sistemas de cosecha pluvial en Ciudad de México. Pero de estas solo 151 han sido en San Salvador Cuauhtenco. Esto quiere decir que ni el 1% de los captadores se han destinado a esta comunidad con graves problemas de acceso a la infraestructura hídrica. Esto conlleva a cuestionar la eficacia de la implementación de los criterios prioritarios de selección para entregar el programa.

Otra habitante de San Salvador, quien pide se resguarde su identidad y a quien nos referiremos como “C”, tampoco cuenta con agua entubada en su domicilio. La mujer de 36 años de edad construyó su hogar en el terreno que le heredó su abuelo, sin acceso a los servicios públicos. Su familia se abastece en parte con pipas privadas y gastan 300 pesos al mes; destaca que la persona que les vende el líquido vive en el centro del pueblo y tiene una cisterna donde almacena los volúmenes.

La alcaldía de Milpa Alta ha informado que por falta de pipas, solo puede proveer el líquido de este modo a menos de la mitad de la población que vive en los asentamientos irregulares. Lo hace con viajes  semanales, quincenales, de cada 20 días o mensualmente. 

“Sólo nos proporcionan una pipa de agua a veces cada 15 días o cada mes y pues no alcanza”, declara C.

Vista desde algunas viviendas sin agua entubada en San Salvador Cuauhtenco.

La habitante explica que en las colonias sin tuberías del Sacmex, la alcaldía trata de llevar agua en pipas cada determinado tiempo; pero se le ha dado un uso político. 

“Hay una vecina que le suministraban agua el día miércoles; pero ahora en las elecciones le dijeron que tenía que ir al cierre de campaña de la candidata; [la cual es] apoyada por gente de la alcaldía que es del partido Morena. La vecina, por negarse, hasta el día de hoy no le han llevado agua. Ya estuvo llamando al área correspondiente para solicitar el apoyo de la pipa de agua y no le dan solución”.

C capta agua pluvial, pero como su hogar está fuera del casco urbano, tampoco pudo acceder al programa Cosecha de Lluvia. Construyó un sistema propio con canaletas, un tubo y unos tambos. En su experiencia, ella declara que en general los programas públicos se le brindan a la gente allegada al alcalde. 

El señor Francisco de 58 años, al igual que Fernando, sí cuenta con una conexión en su domicilio a las tuberías públicas del Sacmex. El líquido que recibe, además de oler frecuentemente a exceso de cloro, es insuficiente para su familia; ya que solo le llega cada dos o tres días. Además de recurrir al consumo de agua embotellada, compra a los piperos particulares por lo menos dos veces a la semana. Él calcula gastar mensualmente el 25% de los ingresos económicos de su hogar para garantizar agua a su familia, cuando lo recomendable a nivel internacional es un gasto no mayor al 3%. En su casa se desconoce del programa de Cosecha de Lluvia de la Sedema, donde cabe destacar que el pueblo de San Salvador Cuauhtenco entra en la modalidad de subsidio total, lo que quiere decir que no tiene ningún costo para quien solicita este programa gubernamental.

Por último, Francisco declara que el agua que llega por pipas privadas a la comunidad de San Salvador viene de los pozos administrados por el Sacmex, pero extraída clandestinamente.

“Se la roban de Milpa Alta o de San Francisco Tlalnepantla, Xochimilco. Hay personas que almacenan el agua y la venden; por ejemplo en San Francisco: dan 100 pesos y les dejan cargar sus pipas cerca de Monte Sur”, un club campestre localizado en Xochimilco. 

Desigualdad: más agua para quienes más tienen

De acuerdo al Sacmex, el mayor consumo de agua domiciliar corresponde a las colonias con mayores recursos económicos, catalogadas con un Índice de Desarrollo Alto. Ahí, cada hogar tiene un acceso de entre 2 mil a 4 mil litros de agua más al mes, que las viviendas de clase baja y populares, como lo es el pueblo de San Salvador Cuauhtenco. 

Comparación de consumo por recibo por alcaldía en 2009 y 2017 en metros cúbicos, donde Milpa Alta es la de menor consumo, pero las cifras pueden reflejar la falta de acceso al líquido entubado.

Del mismo modo, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) también ha evidenciado la inequidad en el acceso al agua. Esta institución comunicó a Leo Heller, entonces relator especial sobre los derechos humanos al agua y al saneamiento de la Organización de las Naciones Unidas, que en zonas populares de la capital mexicana se ha registrado un acceso de 28 y 67 litros diarios por persona (por debajo de los 100 litros óptimos recomendados por la Organización Mundial de la Salud). Mientras, en colonias con mayores recursos económicos, hay consumos superiores a los 800 y 1000 litros. De su lado, el Sacmex ha informado que con los 11 pozos disponibles en Milpa Alta solo pueden suministrar 67 litros al día a cada habitante; y será hasta el 2023 cuando se destinen recursos para rehabilitarlos. 

Retomando al SCITEL del INEGI, este permite conocer que a nivel Ciudad de México el 1.1% de las viviendas habitadas no cuentan con acceso a las redes hídricas, mientras que para el caso de Milpa Alta la estadística es de 10.9%; pero destaca el pueblo de San Salvador Cuauhtenco, que es de 15.9%. Lo interesante del caso es que a pesar de que Milpa Alta sufre graves problemas de abastecimiento, resultó ser la antepenúltima demarcación con menos denuncias (16 en total) por falta de cumplimiento del derecho humano al agua y saneamiento ante la CDHCM, dentro del periodo 2012-2019. La alcaldía presentó solo 1.4 denuncias por cada 100 mil habitantes; por lo que resulta primordial difundir el conocimiento del derecho humano en mención entre la población más vulnerable; así como las formas de defenderlo con las autoridades correspondientes. 

Diversos motivos, un solo origen

Estas injusticias hídricas suceden en parte por el origen del líquido (pozos, trasvases, ríos); por la calidad y disponibilidad de infraestructura; por la concentración o dispersión de los hogares en las alcaldías, entre otros factores técnicos, legales, presupuestales, políticos e históricos. Pero por otra parte, la realidad que enfrentan los 29 mil hogares sin el servicio de agua entubada en la Ciudad de México muestra la desigualdad que existe en el acceso real al líquido en los territorios; y esto en mayor medida se relaciona con las condiciones socioeconómicas de las personas, lo cual es algo discriminatorio en materia de derechos humanos. Al no existir un servicio público con igualdad, los sectores más marginados son los que pagan las consecuencias sociales y económicas, haciendo más complicado salir de sus círculos de pobreza.

Igualmente, este contexto refleja la incapacidad del Estado para garantizar otro derecho humano esencial como lo es el relacionado a la vivienda digna; y esto ha conllevado a ocupar zonas “no autorizadas” o “ilegales”. La Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México informó que Milpa Alta es la tercera alcaldía con mayor superficie de Asentamientos Humanos Irregulares. Algunas causas son la falta de una política integral de vivienda, incompatibilidad en los instrumentos de ordenación, insuficientes medidas para el tratamiento de estos asentamientos y por la especulación del suelo. El actual sistema normativo de las instituciones públicas pueden perpetuar condiciones de discriminación e inequidad. 

Específicamente sobre el programa de Cosecha de Lluvia, los problemas que sufren las poblaciones como en San Salvador son conocidos por la Sedema desde el primer año de implementación del programa, en 2019. En un documento de evaluación interna, se aclara que “hay una población considerable en situación de vulnerabilidad y escasez de agua que no puede participar, dado que habita en suelo de conservación o no cuenta con la documentación oficial requerida”.

Para cambiar esta condición, se podría recurrir a un juicio de amparo ante el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México para lograr el acceso al programa a todas las personas excluidas.

Si en verdad el actual gobierno capitalino promueve una “Ciudad de Derechos”, tanto la Sedema como la alcaldía de Milpa Alta podrían encargarse del referido proceso jurídico, con participación activa de las comunidades marginadas. El agua al ser un servicio público y también un derecho humano, se necesita garantizar con empoderamiento ciudadano. 

Propuestas

Es prácticamente en vano generar denuncias por corrupción y venta ilegal del agua en el Sacmex o en las alcaldías. Estas instituciones carecen de protocolos y personal capacitado para atender este tipo de delitos; además de que funcionarios públicos pueden estar inmiscuidos, como lo han declarado habitantes del pueblo de San Salvador. Los ministerios públicos fiscalías estatales Anticorrupción podrían apoyar, pero la vinculación de la corrupción con el sector del agua es aún un tema nuevo para las autoridades mexicanas. Además, la tipificación sobre estos delitos en las leyes locales sigue en espera de mejores propuestas.

Participación comunitaria

Algo que se requiere son espacios accesibles de participación comunitaria para entender y atender la problemática en conjunto con las instituciones públicas a nivel local. Las comunidades tienen información valiosa para resolver sus problemas hídricos. La falta de comunicación y cercanía entre autoridades y la ciudadanía es notoria, por lo que el cambio del paradigma en la administración pública debe incluir el enfoque participativo territorial, lo que invita a promover la multidisciplina. 

Existe la necesidad de la movilización colectiva ciudadana para que las comunidades puedan cambiar sus contextos. Este proceso conlleva diálogo, escucha, organización, vinculación institucional, generación de acuerdos y seguimiento a los planes de trabajo; por lo que deberá ser impulsado con enfoque multicultural, intergeneracional y con equidad de género para hacerlo inclusivo.    

Rendición de cuentas

Otro elemento indispensable es impulsar mayor transparencia, rendición de cuentas y fiscalización; especialmente en los proyectos de inversión en agua y saneamiento, manejo de pipas públicas, así como la información relacionada a las deudas que tienen las empresas con el Sacmex (que fue uno de los motivos por el cual el actual gobierno capitalino retiró la concesión a las empresas encargadas años atrás). Si los enormes adeudos son liquidados, habrá mayor presupuesto para fortalecer las acciones para garantizar el derecho humano al agua y al saneamiento. A la par, se tiene que fortalecer la supervisión por parte del Sacmex para combatir tanto las fugas por deterioro de la infraestructura, como por las tomas clandestinas de agua en la red o en los pozos, promoviendo la cultura de la denuncia ciudadana en la materia. Actualmente ya existe tecnología para detectar en automático fugas en las redes. 

También es de suma relevancia combatir el uso político del agua especialmente con las pipas del gobierno. Para esto sería fundamental establecer un sistema transparente y culturalmente aceptable, donde haya un calendario de distribución equitativa, considerando zonas prioritarias. De acuerdo a los informes disponibles de la alcaldía de Milpa Alta sobre la entrega gubernamental de agua por pipas, en 2017 el pueblo de San Salvador Cuauhtenco recibió un promedio de 187 viajes al mes, para el año 2018 186, en 2019 un total de 207, 186 en 2020 y 220 para el 2021. Del SACMEX, no se encontraron datos disponibles. Asimismo, las pipas particulares deberían formalizarse; contar con un registro por alcaldía, pueblo y barrio; con precios delimitados, calidad estandarizada y origen de la fuente de los volúmenes que transportan. En esto podrían participar la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios y la Procuraduría Federal del Consumidor. Las apps pueden ser útiles para el control social de las pipas, donde las personas jóvenes pueden tener un rol muy importante en su diseño y uso. 

El acarreo del agua es un problema de género

Por su parte, el Módulo de Hogares y Medio Ambiente (MOHOMA) 2017 del INEGI muestra que en México, el 33.6% de la población en localidades con más de 2 mil 500 habitantes (como San Salvador Cuauhtenco) que no cuenta con servicio de agua de la red pública se abastece por medio de pipas; en estos casos las mujeres dedican cuatro veces más de tiempo que los hombres para su acarreo.

Por otra parte, el MOHOMA informa que el promedio a nivel nacional del gasto mensual de las viviendas que se abastecen con agua de pipa es de 367.90 pesos; sin embargo, de acuerdo a lo reportado en esta investigación, se superan los mil pesos, rebasando el 3% de los recursos familiares recomendados a nivel internacional para garantizar el derecho humano al agua y al saneamiento. Esto implica un incumplimiento relacionado a la asequibilidad del servicio. De igual forma, en el MAHOMA se comunica que el pago mensual en agua embotellada en comunidades con más de 2 mil 500 habitantes en México es de 210 pesos mensualmente. 

Ante el contexto global de covid-19, Milpa Alta fue en gran parte la alcaldía con el mayor registro de contagios por cada 100 mil habitantes de Ciudad de México. Estuvo dentro de los 10 primeros municipios a nivel nacional, de acuerdo a datos de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud. El acceso al agua en la demarcación es vital para evitar la propagación del virus: permite el lavado de manos y la limpieza del hogar, artículos, alimentos, etcétera. Pero al mismo tiempo, es crucial destacar otros factores que influyeron en Milpa Alta durante la pandemia, como la pobreza y la desigualdad existente, irregularidades en obras hídricas, el escepticismo y la falta de cuidados, así como su exposición en centros masivos como la central de abastos, debido su la vocación agrícola. 

Debido a los altos contagios en San Salvador Cuauhtenco, fue uno de los pueblos con atención prioritaria por parte de las autoridades de gobierno. Algunas de las personas entrevistadas y sus familiares se contagiaron del coronavirus, y todavía sufren secuelas; pero continúan con sus actividades laborales, ya que la necesidad económica es más grande que la posibilidad de recuperarse adecuadamente en sus hogares. Esta situación también muestra que todavía hace falta mucho por hacer en materia de los derechos humanos relacionados a un empleo digno y a los servicios de salud en la Ciudad de México. 

La crisis del agua no solo es cuestión de su disponibilidad y calidad en las cuencas, también se puede traducir en crisis técnica, institucional, política e intrínsecamente de la propia democracia. Los complejos problemas hídricos no solo son una cuestión de infraestructura sino que se vinculan diversos factores como se ha descrito. Muchos de estos problemas están relacionados con la falta de gobernanza e integridad del sector. Para solucionarlos integralmente se requiere la participación de múltiples actores y disciplinas, incluyendo a las comunidades locales que sin duda conocen mucho sobre su situación. Lo que más se requiere es el cambio de paradigma en la gestión del líquido esencial. Continuar con una visión simplista y técnica basada en costo-beneficio no ayudará de mucho.

#JusticiaHídricaparaSanSalvadorCuauhtenco

*Investigador y columnista en Política hídrica, derecho humano al agua y saneamiento.

Portal periodístico independiente, conformado por una red de periodistas nacionales e internacionales expertos en temas sociales y de derechos humanos.