Este se presume como el “primer pueblo libre de América”. Esta epopeya, apenas conocida y aún estudiada, logró que una comunidad de esclavos “cimarrones” fundara una pequeña comunidad libre, mucho antes de la Independencia de México
@ignaciodealba
Durante el reinado de Carlos V se entregaron las primeras concesiones para introducir esclavos a América. Desde 1518 miles de personas eran traídas al “nuevo mundo”, sobre todo, desde los puertos de Angola y Senegal.
El escritor Carlos Fuentes aseguró en “El Espejo Enterrado” que “ninguna de las culturas del Nuevo Mundo nació en medio de tanto sufrimiento y dolor como la de los hombres, mujeres y niños negros que llegaron al Nuevo Mundo en los barcos de la esclavitud”.
Miles fueron capturados en África. Muchos prefirieron el suicidio antes de ser embarcados. A su salida eran desnudados, herrados en el pecho y encadenados en parejas. Una vez en los barcos eran hacinados en los sótanos.
Miles murieron a causa de la desnutrición y las condiciones insalubres. Existen relatos de cómo los celadores de los barcos les daban de comer carne de otros presos muertos durante el viaje. Muchos de los prisioneros estrangulaban a sus iguales para poder ganar un poco de espacio y comida en las mazmorras marítimas.
No eran raros los motines durante el viaje. Prosper Mérimée, relató en una novela -basada en hechos reales- en el que una revuelta de esclavos logró quitarle el control del barco a la tripulación. Los rebeldes no pudieron controlar la embarcación y murieron a la deriva.
Contrario a lo que se piensa la mayoría de los esclavos trabajaron como servidumbre en las casas de la Nueva España. Para 1560 solo en la Ciudad de México había 10 mil negros y sólo 4 mil blancos. La servidumbre era un símbolo de estatus.
La Ciudad de México fue un centro importante para la llegada de personas africanas, no solo para trabajar en la ciudad, sino para ser distribuidas a distintas regiones de la Nueva España. Niños, mujeres y hombres de distintas regiones del continente africano fueron esclavizados en haciendas agrícolas y ganaderas, en obrajes y talleres artesanales, así como en el servicio doméstico de casas, conventos y hospitales.
En la Ciudad hay un recuerdo apenas vago de su paso por la llamada “república de blancos”. Hace algunos años se instaló una placa en la Plaza de Santo Domingo que rememora que en ese lugar como “sitio de memoria de la esclavitud”, cerca de ahí se instalaron en vecindades cientos de familias arrancadas de África.
Los negros mantuvieron siempre rebeliones contra sus amos. La concentración de poblaciones afrodescendientes en la ciudad provocó una serie de motines que obligaron a los blancos a refugiarse en sus palacetes. En la Ciudad de México dos motines, 1624 y 1696, provocaron que centenares de negros fueran degollados en la Plaza Mayor.
Los negros y mulatos fueron marginados a las costas, cerca del centro ponían en riesgo el proyecto colonial. En Veracruz aún se recuerda al líder negro Gaspar Yanga, quien encabezó una rebelión tan extendida que obligó al gobierno virreinal a negociar concesiones con los rebeldes. A los sobrevivientes del movimiento libertario se les permitió fundar el pueblo de Yanga, a principios del siglo XVII.
Los hechos han quedado rodeados de mitos y medias verdades. Se relata que Gaspar Yanga conocido también como Yanga o Nyanga fue el líder de la rebelión. Se decía que Yanga era miembro de la familia real de Gabón y se convirtió en cabecilla de una banda de esclavos rebeldes cerca de Veracruz en 1570.
Logrando escapar de la opresión él y su gente construyeron una pequeña colonia libre en las montañas. Por más de 30 años la colonia sobrevivió gracias a la captura de caravanas que pasaban por Veracruz. Sin embargo, en 1609 el gobierno colonial de España se ensañó en retomar el control del territorio.
Los españoles iniciaron una la larga batalla que solo desgastó a ambos bandos. A pesar de los avances de las fuerzas virreinales los afrodescendientes se refugiaron en las serranías, en territorios casi inaccesibles. Incapaz de ganar definitivamente la batalla, el gobierno colonial accedió a negociar. Los términos de Yanga y sus seguidores fueron aceptados.
Finalmente, el pueblo de Yanga sería oficialmente establecido y permanece hasta nuestros días con el nombre de San Lorenzo de los Negros, muy cerca a Córdoba. Aún hoy la localidad se presume como “el primer pueblo libre de América”.
Aún se celebra el 10 de agosto el Carnaval de la Negritud, Fiesta Patronal de San Lorenzo con desfile de carros alegóricos, comparsas y bailes populares. En México hay comunidades afrodescendientes muy vivas en Oaxaca, Veracruz y Guerrero.
Cinco décadas después de la Independencia de México, Yanga fue nombrado héroe de México gracias a la labor del liberal Vicente Riva Palacio, nieto del presidente mexicano afrodescendiente, Vicente Guerrero.
En total se estima que a México arribaron cerca de 250,000 personas de África. Fue hasta 1811 que las Cortes de Cádiz declararon abolida la esclavitud.
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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