El autor de Operación Masacre, Rodolfo Walsh, tuvo momentos de oficio que hoy siguen alumbrando. Hay un breve episodio, que hoy me gusta traer a la memoria. Cuando Walsh viajó a Palestina para denunciar el colonialismo de Israel. Sus reportajes, publicados en 1974, siguen funcionando para entender la barbarie que comete Occidente
José Ignacio De Alba / X: @ignaciodealba
Después de publicar Operación Masacre, Rodolfo Walsh no se fosilizó como escritor consagrado. El periodista se convirtió en un militante activo, el periodista encaró la realidad de una forma radical. Conforme la situación política de argentina se pudría, él se insertó en la línea dura del peronismo; se volvió un miembro del grupo guerrillero Montoneros.
Esta etapa de la vida de Walsh no es tan reconocida, hay pocos historiadores que se preocupan por relatar este periodo. Pienso que no es fortuito, es preferible un intelectual octogenario guardián de la cultura canónica, a un intelectual que solivianta conciencias. El propio Walsh reflexionó sobre este tema:
“El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra”.
Dentro de Montoneros, Walsh ayudó a publicar el periódico Noticias, el diario estuvo dedicado a temas políticos y se distribuía entre sectores obreros. Walsh se preocupó porque hubiera una continua cobertura de temas policiacos. Según él, la nota roja no es un tema menor ni marginal, sino un retrato fidedigno de lo que ocurre en la epidermis de un país enfermo.
Fue precisamente en este periodo, cuando Walsh viajó a Palestina para atestiguar la violencia cometida por Israel. El periodista se dedicó a entrevistar a los líderes de la resistencia palestina y a caminar entre las ruinas de las aldeas bombardeadas por la aviación israelí.
En apenas unos días, Walsh, logró retratar con una simpleza magistral la problemática en la región. Aún hoy, estos textos pueden ser utilizados para introducirse en el tema. Los reportajes escritos en Palestina son sus últimos textos, antes de adentrarse definitivamente en la clandestinidad de la guerrilla.
Para Walsh la guerra de Israel es un tema de colonialismo moderno, sus reportajes hacen un recorrido histórico sobre el territorio. Su conclusión es que todos los nacionalismos europeos se construyeron gracias al capital financiero judio, pero con el paso del tiempo estos se convirtieron en competidores molestos al naciente capitalismo local. En el siglo XX surge en los paises un chovinismo antisemita.
“La idea del Estado Judío surgió a fines del siglo pasado, como el último proyecto de un estado europeo cuando ya no existía en Europa lugar para un nuevo estado”, dice el escritor.
Walsh explica que el sionismo ha pretendido extraer su origen en un pasado
milenario, cuando en realidad es producto de la última fase del capitalismo.
Reino Unido y Estados Unidos respaldaron al sionismo desde el inicio de la ocupación de territorios palestinos. Bajo una mentalidad colonial se ha perseguido y expulsado a los árabes de su propio territorio.
“Israel es Occidente y en Occidente la mentira circula como verdad hasta el día en que se vuelve militarmente insostenible”, la vigencia de esta frase me sobrecoge.
En 1946 en la región habitaban 1.200.000 árabes y 600.000 judíos. Los palestinos poseían el 94 % de la tierra y los judíos el 6 %. Hoy el escenario está totalmente revertido, después de octubre de 2023 prácticmante todo el territorio palestino se encuentra en poder de Israel y su población asediada en un ataque de una brutalidad sin precedentes en el siglo XXI.
Walsh se explica: “el Estado mismo de Israel fue la obra de organizaciones terroristas”.
El pueblo Palestino ha encontrado en la lucha armada la identidad negada durante los años de ocupación. El terror es una herramienta que han utilizado todas las revoluciones y todas las reacciones, explica Walsh.
En sus reportajes concluye: “el objetivo del terrorismo palestino es recuperar la patria de que fueron despojados los palestinos. En la más discutible de sus operaciones, queda ese resto de la legitimidad. El terrorismo israelí se propuso dominar un pueblo, conderlo a la miseria y al exilio. En la más razonable de sus represalias, aparece ese pecado original”.
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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