Revoltoso nos permite cuestionar el nacionalismo, y también resignificarlo para que sirva para nombrar las violencias, para exigir justicia y proteger tanto la biodiversidad como la pluriculturalidad; para resistir ante los extranjeros pero también, ante las mismas autoridades mexicanas que nos oprimen
Texto: Andi Pastrana
Foto: Tomada de la película
CIUDAD DE MÉXICO. – Revoltoso es un cortometraje stop-motion dirigido por los hermanos Arturo y Roy Ambriz, contextualizado en la época de la Revolución mexicana que, en estas fechas de patriotismo, nos permite cuestionar y reflexionar sobre las luchas que encaminaron a nuestro país.
La cinta se sitúa en 1913 en una hacienda dirigida por Don Gonzalo, amigo de Porfirio Díaz. El hombre es el reflejo de una mentalidad que permea hasta hoy en día en distintos sectores; es una persona que prioriza el progreso ante todo, sin importarle que para alcanzarlo deba explotar a los trabajadores.
La Revolución es uno de los eventos de mayor relevancia para nuestra historia porque, a diferencia de otros sucesos, como la Independencia, este momento no fue protagonizado por burgueses como se tenía acostumbrado en la historia global sino que pasó como una muestra de la lucha campesina. En este caso el que habla es el pueblo olvidado, el que vive poniendo el cuerpo por las comodidades de unos pocos. La revuelta surge desde el hartazgo y la reivindicación de su dignidad, como dicen, se va a arrepentir de tratar mejor a sus cerdos que a sus trabajadores.
No obstante, a pesar de que estos hechos ocurrieron hace ya más de un siglo, podemos cuestionarnos qué tanto han cambiado realmente las cosas en la actualidad.
El personaje de Don Gonzalo es un papel que interpretan muchos en nuestra realidad. Alguien que solo se preocupa por las apariencias, por mostrar una imagen de belleza aspirando a los estereotipos europeos que nos han planteado lo que es bien visto y lo que no. A él no le importan las condiciones de sus trabajadores, más bien da prioridad a que su hacienda se vea bien, cuidando cada detalle para que Don Porfirio note la elegancia con la que cuida el lugar.
Bajo esta lógica se ha regido la burguesía, solo que hoy lo hace desde un pensamiento neoliberal, que es más agresivo pero en fundamento es el mismo.
Es la idea de que el valor de una región depende de su desarrollo, siendo este medido bajo ciertos parámetros. Principalmente, para juzgar qué lugar tiene autoridad sobre el otro se habla de los ámbitos económicos y tecnológicos. Lo mismo pasa entre países como entre personas, se asume que quien tenga mayor capital tiene derecho a hacer lo que sea sobre los otros.
Es así como se generan estas relaciones de poder entre jefes y trabajadores, cosa que se ha intentado modificar con las revoluciones obreras y campesinas. Sin embargo, con el sistema económico actual estas actitudes de explotación más bien se han vuelto cada vez más salvajes.
Seguimos conmemorando la Revolución por ser un evento emblemático de la lucha del pueblo, pero hay que recordar que mucho de lo que se exigió en ese momento hoy se sigue reclamando. La lucha por la defensa del territorio y los derechos de los trabajadores sigue vigente hoy en día, si lo analizamos, son varias las similitudes entre las condiciones laborales de Revoltoso con las que tenemos hoy en día.
Todo esto, en nombre del ya mencionado desarrollo, el cual aspira a cumplir un estándar de vida. ¿Pero qué tanto vale la pena el progreso, si es a costa de la dignidad de los otros? Además, hay que analizar el impacto de este sistema y entender para quiénes es conveniente verdaderamente. Dentro de esta lógica, el progreso es destruir la biodiversidad por construir megaproyectos, desplazar a gente de sus casas por poner más centros comerciales o sobreexplotar los recursos en nombre de una industria.
Es necesario cambiar el discurso y hablar de otro tipo de desarrollo, uno donde entren los pueblos, la flora, la fauna y la cultura. Uno que no se base en la invasión, el saqueo ni la imposición, un desarrollo comunitario.
Asimismo, en esta conversación entra también el movimiento de Independencia, pues este es un país fundado a partir de la colonización. Este mes se conmemora que hace más de dos siglos nos separamos de los que en nombre del avance europeo, vinieron a borrar y a robar lo que había. De esa forma dejamos de ser una colonia española para empezar a consolidarnos en el México que somos; a pesar de ello, el concepto de México igualmente se ha sostenido sobre la opresión de las comunidades, pues quedaron al poder quienes resultaron del mestizaje y se siguió el esquema que se estaba estableciendo por los otros países.
Formamos nuestra propia nación, pero eso no nos libró de seguir detrás de los ideales externos. Eso mismo fue uno de los detonantes para que cien años después se organizara una revolución, pues el afán de afrancesarnos de Porfirio Díaz implicó la explotación de la gente, tal como lo muestra la cinta con Don Gonzalo.
Por ello, tenemos mucho que cuestionar cuando se grita viva México, porque si lo pensamos, nos hemos regido desde la colonización, solo que esta se ha ido modificando con el tiempo y los avances tecnológicos le han dado otros nombres. En mi opinión, es difícil hablar de una independencia en un mundo globalizado dado que celebramos la autonomía, pero seguimos dependiendo de las empresas extranjeras a las cuales nos les importa terminar con nuestra diversidad al igual que de la relación con los gobiernos de ciertos países.
Se ha formado un orgullo ciego por pertenecer a esta nación, pero creo que el nacionalismo debe ser para defender y reivindicar la dignidad. En lugar de defender al país en sí, pienso que el enfoque debe ir más hacia la gente que es oprimida por la misma nación.
Que el nacionalismo sirva para nombrar las violencias, para exigir justicia y proteger tanto la biodiversidad como la pluriculturalidad; para resistir ante los extranjeros pero también, ante las mismas autoridades mexicanas que nos oprimen.
No es lo mismo un viva México gritado por un presidente desde la impunidad de un palacio que uno exclamado por el pueblo haciéndose escuchar.
Revoltoso está disponible en Youtube.
Me gusta escribir lo que pienso y siempre busco formas de cambiar el mundo; siempre analizo y observo mi entorno y no puedo estar en un lugar por mucho tiempo
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