«Quiero apostarle a la organización colectiva para hacerle frente a estas violencias»

10 noviembre, 2022

Exposición de Félix Márquez.

Como un conjuro contra el olvido, apuesta a la memoria y exigencia de justicia, el fotoperiodista Félix Marquez muestra quiénes eran sus compañeros asesinados en el ejercicio periodístico a través de la muestra Vestigios. Desde una residencia donde busca sanar mentalmente, platica sobre la importancia de la colectividad

Texto: Vania Pigeonutt

Fotos: Cortesía Félix Márquez

BERLÍN, ALEMANIA.- En una hoja de libreta la reportera Yolanda Ordaz escribió traducida la canción “One of my turns” de Pink Floyd. En la fotografía, que forma parte de la exhibición Vestigios del periodista veracruzano Félix Márquez, se aprecian sus pequeñas letras en pluma negra. Después de titularla “Una de mis crisis”, dice: “Día tras día, el amor se vuelve gris… Como la piel de un moribundo… y noche tras noche fingimos que todo anda bien”.

En otra imagen capturada por Félix está el megáfono icónico del periodista comunitario Moisés Sánchez Cerezo. Un objeto regresa a la memoria sus días en las calles de Medellín de Bravo, un municipio de Veracruz donde circulaba el periódico La Unión, la voz de Medellín que evidenciaba los abusos de las autoridades, sobre todo municipales, hecho, literal, del puño y letra de Moisés y cuyo objetivo era la denuncia social: no dejar pasar los actos de corrupción, antes de ser asesinado.

Megafono. foto Félix Márquez.

Félix Márquez nació en 1988 en Veracruz. Es un fotógrafo independiente y periodista visual desde hace 15 años, radicado en México. Está en Europa, como parte de una residencia en Países Bajos del programa Shelter City de la organización holandesa Justice & Peace, que protege y apoya a defensores de derechos humanos de todo el mundo.

Márquez, especializado en cubrir la guerra contra el narcotráfico en México, la migración, los derechos humanos y la niñez en América Latina, vino a Alemania invitado por la sección de Reporteros Sin Fronteras (RSF) de este país a exhibir Vestigios, un proyecto financiado por Quinto Elemento Data Lab y Artículo 19 que es un conjuro contra olvido y apuesta a la memoria, a exigir justicia mostrando las vidas de sus compañeros. Resignifica con sus objetos, cámaras fotográficas, gafetes de prensa, entre otros, el periodismo a nivel local.

En estos días Félix reflexiona sobre México, un país que tan sólo en 2022 recuenta 15 periodistas asesinados, tres en Veracruz, el estado más mortífero para la prensa de acuerdo a varias organizaciones, incluida RSF, el Comité de Protección a Periodistas y Artículo 19, por mencionar algunas, desde el año 2000. Al menos 34 periodistas han sido asesinados en este periodo y cinco desaparecidos. De ese número 18 durante el gobierno del encarcelado ex gobernador Javier Duarte.

Una de las fotografías que se exponen en Foto: Félix Márquez.

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Pie de Página platicó con Félix, quien explica la importancia de hablar de los casos de los colegas asesinados, sobre todo en un contexto de polarización, impunidad, precariedad laboral y condiciones de salud mental difíciles para seguir ejerciendo periodismo en un país de muertos y desaparecidos.

Durante la exhibición hablabas de la importancia de resignificar la vida de tus compañeros asesinados, porque como periodista de Veracruz, muchos de ellos eran tus amigos. En Vestigios, como en tu página dice hay un catálogo de objetos recuperados por las familias de siete periodistas asesinados durante la última década en el estado de Veracruz, ¿nos puedes explicar más al respecto?

—La serie fotográfica explora y documenta la identidad y la vida de sus propietarios, periodistas y fotoperiodistas, seis hombres y una mujer, desde la intimidad de sus prendas hasta sus herramientas de trabajo, como una forma tangible de conocer quiénes eran.

Los detalles y particularidades de cada objeto personal, retratados desde la fotografía forense, permiten un acercamiento directo y personal a la memoria viva de esos colegas. Un ejercicio que combina la introspección a partir de la investigación periodística autorizada y acompañada por las familias que atesoran

Foto: Félix Márquez

Félix puntualiza que la base principal de su proyecto es “reivindicar la identidad de los compañeros y las compañeras asesinadas de Veracruz, en este caso son seis periodistas, hombres y una mujer periodista: Miguel Ángel López Velazco, conocido como Milo Vela, su hijo Misael López Solana, un fotoperiodista, ambos de Notiver; Yolanda Ordaz de la Cruz, también periodista de Notiver; Gabriel Huge y Guillermo Luna Varela “El mariachi”, fotógrafos ambos colaborando para Notiver en su tiempo; Moisés Sánchez Cerezo, periodista comunitario de Medellín de Bravo, fundador del periódico La Unión y Gregorio Jiménez de la Cruz, periodista de Coatzacoalcos”.

Dice que todos ellos con la particularidad, a excepción de Moisés Sánchez, tuvieron participación en periodismo de nota roja, principalmente para Notiver, uno de los medios más atacados durante los últimos 20 años. Para Félix, una parte fundamental del proyecto es resignificar la vida de la compañera y de los compañeros a través de sus objetos, cuáles eran sus gustos personales, por ejemplo Guillermo, cómo era su gusto para vestir, qué música escuchaba, eso se muestra a través de las gafas, los lentes de sol que siempre usaba. 

Pero también en el mismo ejemplo de Guillermo, que era un periodista muy joven, las condiciones en las que él trabajaba. Como con una cámara bastante obsoleta sin el botón disparador, él tenía que ingeniárselas para trabajar en esas condiciones. Vestigios habla también de las condiciones en las que es asesinado un periodista local: en la precariedad laboral, sin seguro social, sin un trabajo estable, sin casa propia y combinando varias actividades para poder ser periodista.

“Así lo vemos con los otros seis, donde podemos observar con su material de trabajo, cómo sus credenciales de prensa, sus libretas, sus fotografías de archivo, donde la familia me presta su álbum familiar y yo puedo recopilar unas imágenes de ahí, justo con este fin de conocer quiénes eran los periodistas asesinados en Veracruz, más allá de las cifras, más allá del conteo brutal que siempre hacemos. Ahora van hasta el momento de esta entrevista 156 periodistas asesinados en México, pero pocas veces los proyectos o las historias que se cuentan en los medios de comunicación hacen énfasis en quiénes eran”.

—¿A ti mismo te ha tocado participar en la exigencia de justicia de tus compañeros asesinados?

—Desde que mis compañeros y yo, esta generación con la que he tenido lazos muy fuertes más allá de los profesionales, nunca nos imaginamos que íbamos a empezar a trabajar, íbamos a estudiar para cubrir los asesinatos de nuestros colegas y cómo siempre nos cuestionábamos quién va a ser el siguiente: puede ser mi amigo, mi compañero o puedo ser yo en algún momento. Entonces crecimos cubriendo estos asesinatos, seguimos cubriéndolos. En mayo en la ciudad de Minatitlán, es algo que nunca deja de sorprender, porque siempre nos ponemos en los zapatos, porque en realidad uno no tiene seguro su futuro en estas condiciones. No hay garantías de seguridad, pero también con condiciones laborales bastante precarias, con problemas emocionales muy graves, que implican costos bastantes fuertes para la salud, que es algo de lo cual la gente en Berlín, en el lugar donde sea expuesto Vestigios, en internet, vean estas condiciones también. 

—¿Cuál es tu historia, Félix?

—Este año ha sido un año particularmente complicado por temas profesionales, de seguridad y también temas personales. A invitación de una colega mexicana que conocía el programa me dijo: “Félix, tú necesitas irte”, porque participé en el Tribunal de los pueblos para condenar el asesinato de periodistas en este caso de Miguel Ángel López Velazco y después de mi intervención se me acercó y me dijo: “tú tienes que aplicar a este proyecto, porque necesitas sanar, necesitas trabajar en ti, necesitas descansar y la verdad que estos meses que he estado acá, tenía razón, lo estoy trabajando. El tema de salud mental creo que es para mí muy importante, a veces veo esta oportunidad como un viaje para recuperar mi salud. Entonces, creo que es importante que estos programas existan en este lado del mundo.

Foto: Félix Márquez

—¿En tu exhibición decías que la sociedad ha abandonado a los periodistas?

Definitivamente siento que este abandono de la sociedad ha significado un plus para que se sigan cometiendo crímenes, pero como bien tú lo dices la sociedad está atravesando por los mismos problemas que atravesamos nosotros: violencia, desde la estructural, la marginación, las condiciones laborales, la falta de oportunidades de salud, pero creo que la sociedad misma no se ha dado cuenta desde que se asesina a un periodista, la sociedad misma dice: “seguro andaba en malos pasos”, “eso le pasa por chismoso”, creo que no sólo es que no se ha dado cuenta sino que le resta importancia a los asesinatos contra periodistas. Cuando se asesina a un periodista, el objetivo final es que esa sociedad, esa persona, no se entere de lo que este periodista cubre.

—¿Somos los mismos periodistas que a través de nuestras propias redes hacemos frente a esta impunidad, exigimos justicia?

—Acá nos tenemos nosotras y nosotros únicamente, las autoridades nos han abandonado, las autoridades han propiciado esta violencia. La sociedad nos ha dejado solos, solas, creo que entonces si volteamos para atrás no tenemos a nadie, pero si volteamos al lado, podemos ver a nuestros compañeros, a nuestras compañeras y es allí donde debemos poner énfasis en trabajar de manera colectiva, en organizarnos, no sólo en protestar, también en capacitarnos, echarle la mano, el uno al otro, eso es parte de recuperar lo que se nos ha querido arrancar a través de la violencia, también es una parte de hacerle frente al miedo, a la censura, de hacerle frente a esta violencia que nos ataca. Entonces las experiencias en las redes, en los propios compañeros, compañeras que se organizan, que autogestionan festivales, como en Veracruz, Mirar Distinto, o las redes que se siguen tejiendo, como Frontline Freelance México o como Articulación de Periodistas, las Red de Periodistas de a Pie, es con lo que me quedo, y con lo que yo quiero seguir trabajando, apostarle a la organización colectiva para hacerle frente a estas violencias.

—También decías que en Veracruz ya pasaron a otro nivel y que las familias de periodistas se organizaron. ¿Cómo has vivido este proceso de acompañamiento tú?

—Fue muy emotivo ver que las últimas veces que vi a estas familias particularmente son las familias que están en Vestigios, se organizaron y están hablando después de muchos años, después de 10 años de vivir en el duelo, de vivir en el olvido, de vivir en la impunidad por los crímenes de sus familiares y ahora están organizándose y están trabajando en temas emocionales, pero también están saliendo a protestar por casos de los que nunca se había protestado. Si yo puedo decir que los periodistas hemos sido olvidados por la sociedad, este grupo de familiares no sólo están sufriendo el abandono de la sociedad, también están sufriendo el abandono de los propios compañeros y compañeras y también el abandono de las organizaciones de protección a periodistas, salvo alguna persona que ha estado presente en todo momento, pero de ahí en fuera nunca se habían atrevido a hablar porque nunca habían sentido ese respaldo. Pero ahora que se tienen las mamás, las hermanas, los familiares, los tíos, creo que tuvieron este valor para salir, para organizarse, hacer un poco de justicia en sus casos, a través de la memoria que también es súper importante. 

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Yesenia Mollinedo y Johana García fueron las dos últimas periodistas asesinadas en Veracruz el pasado 9 de mayo. Le anteceden una larga lista: Regina Martínez, de la Revista Proceso, Rubén Espinosa, colaborador de Cuartoscuro; Esteban Rodríguez Rodríguez, exfotógrafo de Diario AZ Veracruz, e Irasema Becerra y todos los nombres contenidos en el proyecto Vestigios, como lo puntualiza Félix y Norma Trujillo en el texto de la página: la mayoría en el “sexenio de la muerte”, de Duarte.

A través de algunos conceptos Márquez quiere resignificar estos asesinatos, traer al presente la esperanza del futuro, porque eso lo mantiene firme para seguir haciendo periodismo.

Memoria: En México la única forma de obtener justicia es a través de la memoria. No creo que la justicia vaya a venir de los propios verdugos, no creo que esto suceda al menos en este momento. Creo que la única manera de que los casos continúen presentes, la única forma de que las historias de mis compañeros continúen conociéndose es a través de la memoria, es a través de los actos, de las protestas, de las exhibiciones, del simple hecho de hablar con tus colegas, con la gente en Berlín que probablemente tan lejos no se enteren de primera mano, venir acá y platicar ya es un acto de memoria. O que estas personas que acudieron a la exhibición o que acudieron a la protesta en la plaza Regina en Xalapa puedan llevar el mensaje a sus familias, a sus vecinos, a sus conocidos, ya estamos tejiendo la memoria. 

Duelo: Es una sensación muy profunda, muy personal, cuando te exprimen, te sientes exprimido, sientes el dolor, como el dolor en su máxima expresión y que es un proceso que tarda, que no es tan sencillo sanar.

Pérdida: El vacío, esa sensación que te deja cuando la persona ya no está en este plano. 

Solidaridad: Es una palabra que particularmente me gusta, es algo que todos deberíamos utilizar con las causas, las personas que nos atraviesan, con las que sentimos esta empatía. Para mí es un punto de partida la solidaridad, para buscar nuevas soluciones.

Dolor: Es algo muy amplio, que a veces se refleja en lo profundo de tu ser, en tu alma, en tu espíritu, pero que también se transmite a tu cuerpo de manera directa y que puede causar cosas bastante diversas, pero también muchas veces bastante difíciles de procesar.

Resignificación: Es una manera de volver a lo esencial, a lo que se pierde cuando no se cuenta cómo es, que olvidamos qué hacer y que cuando nos damos cuenta es una solución.

Periodismo: Es una herramienta para conectar con las historias que nos afectan de alguna manera, para bien o para mal y se puede usar, es una navaja de dos filos, la podemos usar para progresar cambiando un poco el sentido de la dirección de las cosas o también puede ser utilizada por el poder para cambiar el sentido de las cosas a su favor, es muy importante que podamos ejercerlo lo más cercano a nuestras ideas.

Experiencia: Es lo que tu vives, lo que te hace pensar, reflexionar, lo que te deja una huella en tu espíritu y en tu corazón.

Amistad: Una herramienta que te lleva a un bienestar y que se debe de dar incondicionalmente y que en este caso trato de hacerlo casi siempre.

Colectividad: Va de la mano a la amistad, es una herramienta para tejer solidaridad, tejer amistad, resignificación y enfrentar palabras anteriores como el dolor, la pérdida y otras cosas que nos aquejan, es una gran herramienta que debemos utilizarla cada vez más.

Sociedad: Un conjunto de personas que difieren de opiniones que no siempre se comprometen, es una forma de regular a las personas encasillándolas en un grupo como si fuera un único pensamiento, que no termina siendo así y es por eso que muchas veces no lo entendemos, regida por valores, tradiciones, normas, que se plantean desde un control.

Gobierno: Le caracteriza el poder para decidir sobre la sociedad, sobre la vida y las circunstancias de las personas, se pueden contrarrestar las malas prácticas del gobierno con la colectividad.

Salud mental: algo invisibilizado en el periodismo, deberíamos poner más atención a eso. Puede derivar a un sinfín de cosas tanto positivas como negativas, si tiene una buena salud mental puede solucionar problemas con eficacia, si no tienes buena salud mental, se priva de todo esto.

Vestigios: Es la oportunidad de reconocer nuestro pasado y en dado momento encontrar un camino que te lleve a un punto donde podamos encontrar un bien común, tanto en la historia como en la perspectiva que nosotros tenemos de la situación, para mí los vestigios es algo que nos ha marcado, que nos va a marcar toda la vida. Es donde tenemos que encontrar el camino correcto, hacia dónde como individuos y como sociedad en conjunto tenemos que llegar. Más allá de las formalidades, de los controles del poder, más allá de las normas, costumbres y tradiciones hacia dónde uno quiere llegar emocional, espiritual y físicamente, eso tiene que ver con la memoria y la memoria ayuda en conjunto a encontrar este camino.

Fotógrafo independiente, enfocado en la cobertura de la violencia en México, los conflictos sociales, la infancia y los derechos humanos en Latinoamérica. Colaborador de diversos medios y plataformas nacionales e internacionales.