«¿Quién nos va a pagar las medicinas y las consultas?» Agua contaminada y confianza rota en la Benito Juárez

10 abril, 2024

Vecinos de la alcaldía Benito realizan por segundo día consecutivo el cierre de la Avenida Xoco e Insurgentes para exigir la atención de las autoridades y jefe de Gobierno, Martí Batres por el olor a químicos en agua que han reportado desde hace un par de semanas. Foto: Andrea Murcia / Cuartoscuro

Un incidente que contaminó las fuentes de agua de más de 9 colonias de la alcaldía Benito Juárez puso de cabeza al gobierno de la Ciudad y rompió la confianza con los vecinos de la zona que mantienen cerrada la avenida insurgentes en búsqueda de respuestas. Ahora lo exigen con un plantón indefinido sobre la avenida más grande de la ciudad

Texto : Arturo Contreras Camero

CIUDAD DE MÉXICO.- “¡El agua no tiene color! ¡El agua no tiene color!”, grita medio centenar de vecinos de la Benito Juárez en la intersección de avenida Insurgentes y Ohio. Ninguno confía en los políticos de la ciudad ni en sus explicaciones sobre por qué desde hace dos semanas el agua en sus casas huele a aceite y les saca ronchas.

Desde los últimos días de marzo vecinos de las colonias Extremadura, San Borja, San Juan, Nápoles, Narvarte, Del Valle Centro y Norte, Tlacoquemécatl, Nochebuena y Nonoalco empezaron a reportar un olor a insecticida, aceite o gasolina en el agua que llegaba a sus casas.

Esta semana, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, empezó a arrojar explicaciones sobre la condición del agua. Los vecinos consideraron las respuestas contradictorias, por lo que cerraron la avenida Insurgentes, una de las principales de la ciudad. Ahí permanecerán toda la noche y los días que sean necesarios hasta tener una respuesta satisfactoria de las autoridades.

“Esto es un acto de soberbia del jefe de Gobierno”, asegura Alicia Campos, vecina de la colonia Nápoles, después de que las autoridades la citaran a una reunión de diálogo a la que no llegaron.

“Si no lo es, lo invitamos aquí a la pijamada, porque de aquí no nos vamos a quitar. Nada de quítame el bloqueo y te recibo, porque nos querían dar atolazo con el dedo”.

Mientras los vecinos se organizan para mantener el plantón sobre Insurgentes, las preguntas quedan en el aire: ¿Qué ocasionó la contaminación, cuáles son las consecuencias y cómo se puede solucionar?

No hay respuestas.

Vecinos plantados

El bloqueo en Insurgentes empezó a las 11:30 de la mañana, pero los vecinos no lo levantarán hasta tener respuestas claras. Ante esta estrategia, un funcionario de concertación ciudadana sugirió una reunión entre vecinos y el director del Sistema de Aguas de la Ciudad, Rafael Carmona. La reunión sería en las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, en la misma colonia Del Valle.

El funcionario, sin embargo, nunca llegó. A esa misma hora se encontraba en una conferencia de prensa junto al jefe de Gobierno, Martí Batres, en la sede el gobierno central, a kilómetros del lugar pactado.

Hablaron sobre el problema que aqueja a los vecinos de la Benito Juárez.

Vecinos cierran vialidades, en protesta por la falta de información confiable por parte de la autoridades capitalinas. Foto: Andrea Murcia / Cuartoscuro

La versión del Gobierno

“Desde el primer momento que se recibieron reportes se hizo la atención. El tema se trató en el gabinete de seguridad”, explicaba el jefe de Gobierno frente a las cámaras de los medios mientras los vecinos los esperaban.

Según el jefe de Gobierno, el primer reporte de agua contaminada llegó al gobierno el 31 de marzo, y desde entonces mandaron brigadas a algunos de los lugares reportados para hacer verificaciones en sitio. En total, han detectado más de 4 mil reportes en las colonias mencionadas.

El problema es real.

Posteriormente, se desplegó una mesa de trabajo amplia para detectar el origen de la contaminación del agua. Se identificaron las fuentes de suministro de esas colonias, incluyendo plantas de rebombeo del sistema Cutzamala, pozos locales y pozos cercanos que abastecen la zona. También fuentes de contaminación probable, como gasolineras.

Después de los análisis de las autoridades, el martes 10 abril el jefe de gobierno aseguró que la contaminación provenía de un derrame de hidrocarburos hecho en la colonia Alfonso XIII, a 6 kilómetros de la zona afectada. Según las primeras declaraciones del Gobierno, la contaminación provino de un sabotaje a dicho pozo, en la que se vertió un barril de hidrocarburos, pero esa versión ha dejado de circular.

Lo que no ha desaparecido es el agua aceitosa, y las dudas de los vecinos.

«La gente de Sacmex nos decía que no era cierto»

“La verdad es que yo no creo que un solo barril de hidrocarburos, diesel o aceite o lo que sea, pueda contaminar tanta agua para tanta gente”, dice Cristina Montemayor, otra de las vecinas afectadas.

“Primero no nos creyeron con los primeros reportes. La gente de Sacmex nos decía que no era cierto. Después nos dijeron que era un caso de histeria colectiva. Incluso nos dijeron que era nuestra culpa por tener las cisternas sucias”, relata la vecina sobre las primeras respuestas de las autoridades.

A pesar de que el gobierno empezó a tener reportes desde el 31 de marzo, hay vecinas, como Elvira Smeke, que detectaron el olor desde días antes.

“Fue antes de la semana santa. Mi hermano llegó el 27 (de marzo) y ese día lavé unas fresas, las olí y pensé: ay, cómo le están poniendo pesticida a las fresas. Después me di cuenta que era el agua que olía a convento (a madres)”, dijo la señora Smeke.

A pesar de que hay reportes amplios del mismo tipo de contaminación en el agua de estas colonias, hay vecinos que en una misma calle reportan sí tener la afectación y otros que su agua sale limpia y sin olores.

Vivir con agua sucia

Alrededor del plantón que bloquea el paso en Insurgentes y Ohio, los vecinos comparten sus experiencias. Por las banquetas cruzan oficinistas y trabajadores molestos por el cierre del transporte público.

“Yo creo que nos vamos a convertir en una colonia de vaqueros, porque nos bañamos a medias”, dice una entre bromas. Otros se quejan del sarpullido que les ha producido bañarse con esta agua. Los que peores historias tienen son quienes la bebieron y se dieron cuenta que todos en su casa, desde el perro a los hijos, empezaban a tener episodios terribles de diarrea y náuseas.

Quienes no pueden vivir sin asearse aseguran que han tenido que usar garrafones de agua embotellada y purificada para bañarse. “Pero por eso el agua también está subiendo. Ayer fuimos a comprar dos garrafones de 10 litros y fueron 120 pesos”, se queja otra vecina del plantón.

Los vecinos, molestos, cuestionan:

“¿Quién va a limpiar nuestras cisternas? ¿Quién nos va a pagar las medicinas y las consultas? ¿Quién nos va a pagar el gasto de pedir pipas y garrafones?”.

Antes de organizar la pernocta en plena calle, los vecinos no descartan hacer más cierres en otros puntos así como iniciar procesos legales en contra de quien resulte responsable por las afectaciones que han sufrido.

El gobierno, hasta el cierre de esta edición, no les ha respondido.

Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.