23 enero, 2019
Textos: Daniela Rea. Fotos: Mónica González
La Cuarta Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas acudió a escuelas de Escucha para que familiares de los ausentes compartieran su testimonio con la niñez en Guerrero
Huitzuco, Guerrero.- “¿Quién tiene 8 años de edad? Levante la mano”, dijo Melchor Soto a un grupo de 120 niños y niñas con su familia convocados en una plaza de Escuchapa, Guerrero, para recibir a los integrantes de la Cuarta Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas.
Dos niñas se pusieron de pie. “Así como ellas era mi hija cuando se la llevaron”, dijo Melchor. En seguida preguntó quién tenía 17 años de edad. “Esta es la edad que ahorita tendría mi hija”.
Melchor Soto no llevaba la lona impresa con la fotografía de su hija Lisset Soto. No había considerado la posibilidad de hablar ante los niños y adolescentes escolares, porque es un hombre reservado, pero al final se animó. Sabía que debía encontrar una forma de compartir el dolor de haber perdido a su hija, pero que tenía que ser sensible a su público. Así que antes de preguntarles sobre la edad, bromeó con su nombre de Rey Mago y les contó cómo es el lugar del que venía.
“Baja California Sur es un lugar que está lejos, al que se puede llegar en barco o en avión y está rodeado de mar”.
Después les habló de su hija y les dijo que en estos años ha conocido otra familia, de la que ha aprendido mucho y ahora, en lugar de meterse a llorar a su cama por el dolor de no encontrar a Lisset, hace algo para cambiar a México, para que haya paz.
“Cuídense mucho niñas y niños”, les dijo a manera de despedida, “y si supieran algo, de donde pudiéramos encontrar a nuestros familiares, hay un buzón detrás”.
Melchor, que pertenece al colectivo “Sin ellos no”, fue uno de los cuatro familiares de personas desaparecidas que compartieron su historia ante estudiantes y padres de familia, como parte de los ejes de la Brigada: buscar a los desaparecidos no solo en los campos, sino también en la comunidad. Buscar convocando a las personas, buscar sensibilizando para que alguien que sepa, que tenga una pista de dónde puede hacer fosas clandestinas, les dé información.
Airam López, de 29 años, que busca a su esposo Fidel Alexander Gill Acosta, también compartió con los estudiantes.
“Yo les dije que mi esposo fue desaparecido y que lo estoy buscando. No les dije nada de levantados ni de fosas clandestinas, ni de muertos, porque son niños y hay que ser sensibles con ellos, pero también irlos concientizando”, dijo después del encuentro.
Ella tiene un hijo de 10 años de edad, que tenía 2 años cuando su papá fue desaparecido.
Airam llegó desde Sinaloa, donde es parte del colectivo Las Rastreadoras del Fuerte.
“Me sentí aceptada, me sentí comprendida, que entendían mi problema, que lo que les transmitía les iba a ayudar para siempre, como un aprendizaje. Ellos estaban muy receptivos, saben lo que es una desaparición, porque lo viven en su estado”, dijo.
Fabiola Cota Jaquez, de 32 años, busca a su hermano Sergio, que tiene 36 años. Ella también compartió su testimonio con los estudiantes. Para ella, lo más importante es comenzar a concientizar desde temprana edad para prevenir futuras desapariciones. Fabiola también es integrante del colectivo Las Rastreadoras del Fuerte. La idea del encuentro con estudiantes de escuelas les pareció trascendente, por lo que Airam y Fabiola quieren llevar esta experiencia a Sinaloa para replicarla allá.
“Es muy importante involucrar a la comunidad no sólo en la búsqueda, sino desde antes, desde que sean conscientes de lo que significa una desaparición de personas”, dijo Airam después del encuentro.
Al parecer el ejercicio de convocar a los niños, para que a su vez llevaran el mensaje a los padres, funcionó. Unos niños escribieron cartas y mensajes de apoyo para los familiares y algunas personas asistentes al encuentro se acercaron al finalizar para compartir de manera anónima algunos puntos de búsqueda de fosas clandestinas. Esos puntos se suman a la lista de los lugares que los familiares rastrearán para recuperar a los ausentes.
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“Este trabajo forma parte del proyecto Pie de Página, realizado por la Red de Periodistas de a Pie. Conoce más del proyecto aquí: https://piedepagina.mx«.
Reportera. Autora del libro “Nadie les pidió perdón”; y coautora del libro La Tropa. Por qué mata un soldado”. Dirigió el documental “No sucumbió la eternidad”. Escribe sobre el impacto social de la violencia y los cuidados. Quería ser marinera.
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