Una muestra de cómo el sistema beneficia o compensa a personas cishetero, mientras indirectamente perjudica a personas de las disidencias sexogenéricas. Lo que hizo este trío de actores hetero es en parte como entrar a un cuarto oscuro homosexual con una lámpara encendida

Por Évolet Aceves / @EvoletAceves

En el metrobús se suben un par de payasitos, uno en la entrada, la otra a la mitad. Ambos van vestidos con ropas coloridas y caras pintadas. Cuánto tiempo sin ver payasitos en el transporte público. Comienzan a decir a manera de diálogo entre ellos sus bromas estudiadas, ¿cuánto les tomará aprenderse los guiones? Es comedia callejera y no improvisada.

Rara vez los payasitos me hacen reír, sobre todo porque a menudo las mujeres, los jotitos, las vestidas, somos carne de cañón de muchos de ellos, y claro, a quién le va a gustar que se burlen de uno en frente de todos. Pero éste no fue el caso. Qué difícil ha de ser armar los diálogos a sabiendas de que allá afuera hay un público un poco más consciente.

Sólo veía a la señora sentada frente a mí que hacía esfuerzos por no mostrar la sonrisa que le provocaban las bromas de los payasitos. Inevitablemente salió de mí una carcajada ante la broma de uno de ellos, no recuerdo con exactitud lo que dijo, pero sé que terminó con “ahora que la Luna Bella está de moda”, no pude más que recordar ese tremendo squirt, vaya que resultó educativo al menos para mí, no sabía que aquella hazaña, ese Salto del Agua, era posible.

Me refiero a la grabación pornográfica que hace unas semanas se difundió en redes, en donde aparece Verónica Meléndez, una joven que se hace llamar Mujer Luna Bella, junto a Jorge Luis López (Sr. Indomable) y Juan Carlos Salcido (El Tigre) en la línea 5 (Pantitlán-Politécnico) del metro de la Ciudad de México, video en el que los tres actores porno tienen relaciones sexuales dentro de un vagón en movimiento.

A decir del comunicado emitido por la cuenta oficial del Metro de la Ciudad de México, los pasajeros del vagón eran actores también, extras, digamos. Jorge Luis López, quien también forma parte del cuerpo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, fue restituido temporalmente de su cargo a consecuencia del video difundido en X. Incluso el Sr. Indomable, el afectado, convocó a una marcha pacífica en la Glorieta de los Insurgentes, dignificando el trabajo como creador de contenido para adultos.

Lo que es un hecho es que los tres protagonistas resultaron beneficiados monetariamente. Alcanzaron una audiencia aún mayor, y el mismo Sr. Indomable está por comenzar su gira de espectáculos eróticos para adultos. 

A todo esto, me surge la pegunta, ¿dónde queda el cruising entre hombres gays, quienes eran fieles a ese vagón del metro donde podían liberar sus tensiones sexuales con otros desconocidos en el mismo canal? Hay hombres de clóset que no pueden tener intimidad con otros hombres, más que ahí.

Hay hombres para los que un vagón es su refugio, uno que no pueden experimentar fuera de ese bloque metálico subterráneo. Una cápsula sexual pública que acaricia su intimidad.

Una vez más, una muestra de cómo el sistema beneficia o compensa a personas cishetero, mientras indirectamente perjudica a las personas de las disidencias sexogenéricas. Lo que hizo este trío de actores hetero es en parte como entrar a un cuarto oscuro homosexual con una lámpara encendida. La gentrificación del cruising en el metro pone en riesgo a los usuarios disidentes habituales, eso es lo que ellos no ven ni entienden, porque sus relaciones sexoafectivas cuentan con la aprobación de una sociedad cisheteronormada; las de los usuarios del cruising no.

A raíz de este video, la vigilancia ha incrementado por parte de los policías del metro, y al menos así seguirá mientras se enfríe el asunto del video, ¿o será que el éxito de Luna Bella, Sr. Indomable y El Tigre, erradique el sexo clandestino entre hombres en el metro? No lo creo.

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