El 2021 cierra con el sonido de los tambores de guerra, y con el llamado del presidente a la movilización y radicalización de sus simpatizantes. No es buen augurio para lo que viene
@chamanesco
El 2021 será recordado como un año de quiebre en la política mexicana.
Entre los saldos más importantes del año que concluye destacan un nuevo mapa político nacional, una reconfiguración de fuerzas en el Poder Legislativo, un equipo de gobierno renovado y un presidente que entra a la segunda mitad de su sexenio confrontando a todo aquel que considere adversario.
La pandemia de COVID-19 y la incontrolable acción de industrias criminales hacen que México siga siendo un país de muertos. Y las políticas que deberían alentar el desarrollo y combatir la pobreza aún no logran el objetivo de reducir la desigualdad.
Pese a la pandemia, México celebró las elecciones “más grandes de la historia” el pasado 6 de junio, con una participación del 52 por ciento de la Lista Nominal de Electores. Es decir, 48.8 millones de personas ejercieron su voto, lo que convirtió a estos comicios en los de más alta participación, tratándose de elecciones intermedias, en lo que va del siglo XXI.
Esos comicios generaron una renovación de los poderes públicos a nivel local y federal.
El mapa de estados gobernados por partido político se modificó sustancialmente, consolidando el avance territorial de MORENA y sus aliados, que ganaron 12 de 15 gubernaturas en disputa, y hoy suman 18 estados afines a la denominada “cuarta transformación”:
Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Colima, Guerrero, Michoacán, Morelos, Nayarit, Puebla, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz, Zacatecas y San Luis Potosí (donde MORENA se hizo a un lado para que ganara Ricardo Gallardo, del PVEM).
De esa reconfiguración del mapa político nacional emanó, también, un número inédito de gobernadoras. Gracias a los acuerdos de paridad impulsados por las autoridades electorales, ahora habrá siete mujeres al frente de sus entidades: Campeche, Colima, Chihuahua, Guerrero, Nayarit, Tlaxcala y la Ciudad de México, que desde 2018 es gobernada por Claudia Sheinbaum.
En el nuevo mapa político estatal, Movimiento Ciudadano logró hacerse de la gubernatura de Nuevo León, que suma al bastión con el que ya contaba en Jalisco.
El PAN pudo mantener Chihuahua y Querétaro, pero redujo su presencia territorial a ocho entidades; el PRI fue el principal damnificado en las elecciones, al perder siete gubernaturas y quedar reducido a una fuerza de cuatro estados (Coahuila, Hidalgo, Estado de México y Oaxaca), y el PRD fue borrado del mapa.
Además, MORENA y sus aliados del PT y PVEM mantuvieron la mayoría en 19 Congresos estatales, lo que les permite, entre otras cosas, aprobar cualquier reforma constitucional emanada del Congreso de la Unión.
El avance del lopezobradorismo se topó, sin embargo, con la coalición de los tres partidos tradicionales a nivel federal, lo que hizo que perdieran la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
Hoy, en esa Cámara hay 202 legisladores de MORENA, 43 del PVEM y 33 del PT, que juntos conforman una mayoría absoluta de 278 diputados, suficiente para aprobar presupuestos y leyes secundarias, pero no reformas constitucionales.
La oposición cuenta con un bloque de 113 diputados del PAN, 71 del PRI y 15 del PRD (199, aglutinados en la alianza legislativa Va por México), y 23 diputados de MC, que han decidido jugar por su cuenta.
La nueva composición de la Cámara de Diputados retrasó los planes de Andrés Manuel López Obrador de aprobar la reforma constitucional en materia energética antes de que acabara este año, lo que probablemente retrase también la segunda reforma de su lista: la político-electoral, que el gobierno quiere promover en el segundo semestre del 2022.
En el 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador se vio obligado a reconfigurar su equipo de gobierno.
Irma Eréndira Sandoval dejó la Secretaría de la Función Pública, como resultado de las tensiones internas de MORENA por la gubernatura de Guerrero. Fue sustituida por el subsecretario Roberto Salcedo, un perfil técnico formado en los anteriores sexenios.
Arturo Herrera dejó la Secretaría de Hacienda, supuestamente porque se iría al Banco de México. Fue sustituido por Rogelio Ramírez de la O, durante años asesor de López Obrador en materia económica; pero de último momento, quien llego a Banxico no fue Herrera, sino Victoria Rodríguez Ceja, quien se desempeñaba como subsecretaria de Egresos de la SHCP desde diciembre de 2018.
Olga Sánchez Cordero dejó la Secretaría de Gobernación para regresar al Senado de la República, donde de inmediato fue votada como presidenta de la Mesa Directiva. Y en su lugar quedó el tabasqueño Adán Augusto López, un hombre de confianza del presidente.
Con los tres cambios de 2021 en el gabinete legal, suman nueve las secretarías en las que cambió la alineación original de AMLO: Hacienda, Medio Ambiente, Bienestar, Comunicaciones y Transportes, Educación, Seguridad y Protección Ciudadana, Economía, Función Pública y Gobernación.
También en este año, dos cambios reconfiguraron el primer círculo del presidente en Palacio Nacional: la renuncia del consejero jurídico Julio Scherer Ibarra en medio de múltiples polémicas, y la salida del coordinador de Programas del Bienestar, Gabriel García, quien era el jefe de los súper delegados y todos veían como el principal operador político del presidente.
A esos cambios se sumó la salida Santiago Nieto de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, forzada en noviembre tras el escándalo de su boda en Guatemala. La llegada de Pablo Gómez a esa posición fue leída como una señal de que el combate a la corrupción adquirirá nuevos tintes políticos.
Las circunstancias, y el nuevo peso de la oposición en la Cámara baja, deberían obligar al presidente a hacer lo que nunca ha hecho en lo que va de su sexenio: dialogar con los partidos en busca de grandes acuerdos para sus reformas.
Sin embargo, el mayoriteo de la 4T en la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación, con las escenas lamentables protagonizadas por sus diputadas y diputados el pasado 15 de noviembre, dificulta el diálogo y la negociación.
La postura del gobierno es ambivalente: por un lado, se alienta al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, a dialogar con el PAN y a construir acuerdos con los gobernadores. Pero, por otro lado, el presidente se empecina en un proceso de Revocación de Mandato, que -por su naturaleza- polarizará al país y a las fuerzas políticas, y que ya generó, de por sí, una confrontación evidente con el Instituto Nacional Electoral.
El 2021 cierra con el sonido de los tambores de guerra, y con el llamado del presidente a la movilización y radicalización de sus simpatizantes. No es buen augurio para lo que viene.
Periodista desde 1993. Estudió Comunicación en la UNAM y Periodismo en el Máster de El País. Trabajó en Reforma 25 años como reportero y editor de Enfoque y Revista R. Es maestro en la UNAM y la Ibero. Iba a fundar una banda de rock progresivo, pero el periodismo y la política se interpusieron en el camino. Analista político. Subdirector de información en el medio Animal Político.
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