En lo que es considerado un paraíso en el bosque de manglar de Alvarado, al que sólo se puede llegar en embarcaciones, fue hallado un cementerio clandestino
Texto: Víctor M. Toriz
Fotos: Felix Márquez
ALVARADO, VERACRUZ.- Las pisadas de botas se mantienen frescas en el fango de Punta Puquita, un pequeño islote ubicado en el extremo sur de la laguna de Alvarado, en donde se confirmó el hallazgo de nuevas fosas clandestinas con restos humanos.
Las siluetas de hombres uniformados se asoman entre las raíces del bosque de mangle, apenas iluminadas por el sol que se filtra en la copa de los árboles, el ruido se pierde con el viento del norte que sopla al mediodía.
Elementos de la Guardia Nacional resguardan el lugar donde minutos antes se realizaron las primeras diligencias para marcar los puntos donde se tendrán que realizar las exhumaciones. Amarraron banderines rojos en los brotes del mangle negro que crecen en el lodo. Llantas viejas distribuidas en el suelo, bolsas negras, un sartén y un frasco de cristal hacen notorio que en un momento el sitio era utilizado con regularidad.
El terreno forma parte del cementerio clandestino que fue sembrado en reductos de tierra bordeada por agua dulce y salada, que extiende sus brazos hacia el río Limón en un extremo y el Golfo de México, hacia el sentido opuesto.
Las embarcaciones de pescadores que habitan en poblaciones pequeñas cruzan desapercibidas todos los días por la zona, única ruta para llegar a la cabecera municipal.
Hace un año, Juan Ricardo se percató de la presencia de personas uniformadas peinando el lugar, con ayuda de embarcaciones y hasta un helicóptero; el mes pasado la movilización volvió, pero no supo nada hasta ahora que el grupo de personas desconocidas regresó.
Desde el 16 de febrero, personal de la Comisión Nacional de Búsqueda realiza recorridos de reconocimiento en la zona.
Para el miércoles 17 de febrero la búsqueda confirmó la presencia de cuerpos en entierros clandestinos, ubicados en las inmediaciones de Arbolillo, en donde fueron encontradas fosas en 2017, que hasta ahora no terminan de procesarse con el hallazgo de 2 mil fragmentos óseos.
Es el segundo día de exploración en el islote de Punta Puquita, el paraíso en el bosque de manglar donde fueron localizadas nuevas fosas clandestinas.
Para llegar a Punta Puquita es preciso navegar contracorriente al menos 20 minutos, desde la cabecera municipal de Alvarado.
Otra forma de ingresar es tomando alguno de los muelles distribuidos en comunidades ubicadas al margen de la laguna como Arbolillo y Los Cántaros, en cualquiera de los casos se necesita abordar una embarcación.
El trayecto muestra un paisaje que se refleja en el espejo del agua, entre el verde de las copas de los mangles y el azul de las nubes que se extiende al horizonte. El sitio es el último santuario del Manatí en Veracruz.
Para madres de víctimas de desaparición, es aberrante que un paraíso como la laguna de Alvarado fuera utilizado para sembrar cuerpos en los reductos que la naturaleza hizo recónditos para no ser dañados.
Lucía Díaz Genao, fundadora y vocera del colectivo Solecito de Veracruz, afirmó que se trata de un hallazgo que duele a las madres buscadoras, que se suma a otros casos y que confirman que el estado es “un cementerio clandestino”.
“Estamos hablando de algo absolutamente aberrante, un estado en donde tenemos fosas realmente por todos lados, la catástrofe, la atrocidad, no tiene límites en Veracruz, y se nota el sadismo de los perpetradores en lugares como esto, como los manglares, que son lugares preciosos que la naturaleza se esmera en esos lugares y, sin embargo, ellos lo usan para algo tan perverso como para disponer de vidas humanas y de personas en estos lugares tan recónditos”.
Díaz Genao adelanta que las labores de exhumación de los cuerpos serán complicadas debido a lo difícil que es ingresar al terreno, se suman las condiciones de humedad a la que fueron expuestos los cuerpos, que hasta ahora se desconoce el tiempo que llevan enterrados.
“Eso no nos sorprende, lo que sí nos sorprende es que hayan tenido este alcance de hacer estas inhumaciones en lugares tan complicados, tanto complican la búsqueda como también causan mayores deterioros a los cuerpos, porque hay agua, hay mucha alcalinidad, se trasminan los huesos y es complicado encontrar ADN en huesos que están expuestos a la humanidad”.
Actualmente, el Colectivo Solecito de Veracruz realiza labores de búsqueda en al menos cuatro puntos del estado en donde se localizan fosas clandestinas: Arbolillo en Alvarado, Ixtaczoquitlán, La Guapota en Úrsulo Galván y Playa Vicente.
Luego de ser notificados por autoridades de la Comisión Nacional de Búsqueda, esperan sumarse a las diligencias que se realizarán en la zona de Punta Puquita, para la exhumación de los cuerpos y la ampliación de la exploración del terreno.
En octubre del 2020, el subsecretario de Derechos Humanos del gobierno federal, Alejandro Encinas Rodríguez, aseguró que durante el gobierno de la 4T se habían descubierto mil 275 fosas clandestinas y exhumado mil 957 cuerpos en diversos puntos del país, cifra similar al 30 por ciento de las registradas desde el 2006 hasta el 2018.
En aquel momento, el funcionario daba un reporte en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador del 7 de octubre, en donde indicó que Veracruz se ubicaba junto con Tamaulipas, Guerrero, Sinaloa y Zacatecas en la lista de estados que sumaban 49.5 por ciento del total de fosas clandestinas.
Para ese entonces, dos municipios del estado de Veracruz se ubicaban en la lista de los 10 con más fosas clandestinas: Úrsulo Galván y Playa Vicente, en segundo y sexto puesto.
Sobre el hallazgo en Punta Puquita, la comisionada estatal de Búsqueda, Brenda Cerón, informó que se realizó una exploración en conjunto con la Comisión Nacional de Búsqueda, a partir de indicios sobre la probabilidad de la ubicación de fosas clandestinas en el área.
Señaló que, tras la ubicación y localización de fuertes indicios en una de las islas, se avisó a la Fiscalía General del Estado para que realizara las diligencias en la zona, a fin de iniciar con el protocolo para la exploración del sitio y la integración de la carpeta de investigación.
“En este reconocimiento pudimos observar remociones y alteraciones en esta zona, por lo que personal de la Comisión Nacional y de la comisión Estatal se dieron a la tarea de entrar en esta área y observar si se podía tener el positivo, por lo que estuvieron trabajando en esa área y se encontró un posible positivo”.
Brenda Cerón señaló que se notificó a los integrantes de colectivos de búsqueda en el estado de Veracruz, para que participen en el acompañamiento de las investigaciones en la zona.
“Alrededor de esta área se notan un poco más de alteraciones, por lo que podemos suponer que se tengan más hallazgos en esta área y posterior a esto también se dio notificación a las representantes de los colectivos de Veracruz, para que estén de conocimiento y sepan que se hará un plan de trabajo para intervenir esta zona”.
El hallazgo de las fosas clandestinas en el islote de Punta Puquita no es el primero del que se tenga registro en la zona, en marzo del 2017, elementos de la Secretaría de Marina localizaron entierros en Arbolillo, Alvarado, para custodiar un rancho situado sobre la carretera federal 180 Matamoros-Puerto Juárez.
La ubicación de las fosas ocurrió después de trabajos de inteligencia realizados para localizar a tres elementos de la institución que un mes antes habían sido privados de la libertad.
En ese momento, las labores de la Fiscalía General del Estado (FGE) ubicaron 47 cráneos, entre ellos se identificaron los restos de los efectivos de la Semar. La búsqueda se dio por concluida.
Un año después, en agosto del 2018, el colectivo Solecito de Veracruz exhibió que la FGE no concluyó la exploración del predio, al ubicar 32 fosas clandestinas más y pretender informar que el hallazgo se realizaba en un área distinta.
Al mes siguiente el ingreso de las madres de desaparecidos al sitio donde se realizaban las diligencias reveló las negligencias y omisiones en el procesamiento de los restos humanos, que se abandonaron expuestos a la intemperie.
En Arbolillo, la ubicación de las fosas se extendía desde unos 200 metros del margen de la laguna, hasta el área alcanzada por el agua y las raíces de los manglares.
En el cementerio clandestino de Arbolillo familiares de personas desaparecidas y autoridades localizaron 2 mil restos humanos desde su descubrimiento hasta marzo del año pasado.
Después de cuatro años de su descubrimiento, el sitio continúa siendo explorado por colectivos de búsqueda, que mantienen labores pese a la pandemia de covid.
El colectivo Solecito de Veracruz confirmó que sólo en la última dos semanas fueron identificados seis cráneos en la tercera sección del terreno que es intervenida por familiares de víctimas de desaparición.
Mientras que la Comisión Nacional de Búsqueda mantiene las labores de exploración en la zona desde el martes 16 de febrero, que para este jueves continuaron en los alrededores con las diligencias realizadas en Punta Puquita.
En el muelle de Los Cántaros, Nicolás se alista para amarrar su embarcación. Es originario de una de las pequeñas comunidades enclavadas en el margen de la laguna de Alvarado formada por no más de 30 familias a las que solo se ingresa y sale en lancha.
En un acento rivereño que entrecorta las palabras confirma la presencia de agentes de la Guardia Nacional custodiando la zona de Punta Puquita. No se le muestra sorprendido, entre los pobladores se esparció el rumor de que se hallaron nuevas fosas clandestinas.
La primera vez que se supo de algo similar en los alrededores de la laguna de Alvarado fue en el 2017, cuando fueron localizados entierros similares en el rancho Los Cosos, de la comunidad de Arbolillo, ubicada sobre la carretera federal 180.
“Intranquilidad, le pone a uno a pensar porque la gente hace esas atrocidades y qué le hubiera pasado a uno si se topaba con alguno de ellos”, alcanza a decir cuando se detiene a reflexionar la situación, ya listo para seguir su camino.
Para Nicolás es obvio que la única forma de sembrar los cuerpos en fosas clandestinas en el lugar es utilizando embarcaciones como las que los pobladores usan para sus actividades diarias. A casi todas las comunidades que bordean la laguna de 16 kilómetros solo se puede ingresar navegando.
No solo eso, un complejo sistema de cuerpos de agua interconectados de forma natural permite recorrer largas distancias para desembarcar en municipios cercanos sin ser notados en la vigilancia de las carreteras.
La laguna de Alvarado desemboca en el río Papaloapan en su porción este, mientras que en el sentido opuesto se puede adentrarse al río el Limón y río Blanco, ruta que es utilizada con regularidad por lugareños para alcanzar el municipio de Ignacio de la Llave, desde donde se pueden incorporar a la región conocida como la Mixtequilla, libre de cualquier puesto de revisión en carretera.
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