22 julio, 2020
La reforma al sistema de pensiones busca beneficiar al 80 por ciento de los trabajadores en México, que perciben hasta cinco salarios mínimos. La iniciativa fue firmada por Presidencia, las cámaras legislativas y representantes patronales y de trabajadores
Texto: Reyna Haydeé Ramírez y Daniela Pastrana
Foto: Presidencia
El gobierno federal presentó este miércoles la iniciativa de reforma del sistema de pensiones en México, en la que se destaca cero aportación del trabajador y la reducción a 750 semanas de cotización en lugar de las mil 200 que son actualmente, con lo que se pretende garantizar un retiro digno y justo.
En la conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador destacó que en su sexenio no habría tanto problema con el actual sistema de pensiones; sin embargo, advirtió que más adelante haría crisis y los que padecerían el colapso de las Afores serían los trabajadores en activo, a quienes se les cancelaría la posibilidad de un retiro justo y digno.
“Si esa reforma no se corrige, al pensionarse, los trabajadores recibirían menos de la mitad de su salario. Esto se iría agravando con el tiempo”, indicó.
Uno de sus compromisos de campaña, añadió, fue hacer una reforma al sistema de pensiones y este miércoles se presentó con el apoyo de los sectores empresarial y obrero, cuyos representantes estuvieron en Palacio Nacional.
Arturo Herrera, secretario de Hacienda, explicó que se trata de cambiar de manera radical las condiciones de retiro de los trabajadores. Y una vez aprobada, se espera que el trabajador promedio aumente su pensión en un 40 por ciento.
Con la reforma se busca corregir dos problemas del sistema actual de las Afores: uno, el ahorro y aportación es insuficiente y dos, que la pensión no está garantizada actualmente por la alta informalidad que hay en México, ante la exigencia de cotizar mil 250 semanas, lo que significa trabajar 25 años de manera formal con bajos salarios.
“El ahorro y las aportaciones que se estaban dando no eran suficientes, lo cual hacía que, sobre todo para ciertos niveles de ingresos, la pensión resultará mínima”, indicó.
“Hay un segundo problema: México es todavía un país con un alto grado de informalidad. Hay quienes han trabajado 15 años en el sector informal y 15 en el sector formal, es decir, que han trabajado 30 años y aún así, por no cumplir con las mil 250 semanas, no tienen acceso a una pensión garantizada. Esto claramente planteaba un reto para tratar de diseñar un sistema que fuera más justo”, dijo Herrera.
Un tercer problema es que al sistema de pensiones actual aportan los empresarios, el gobierno federal y los propios trabajadores, que parte de su salario se va a las Afore como ahorro.
El gobierno federal aporta cada año más de 700 mil millones de pesos al sistema de pensiones del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores (ISSSTE) y más de 300 mil millones de pesos al sistema del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Entre los cambios al sistema de pensiones presentados en la iniciativa destacan:
El secretario de Hacienda explicó que los recursos para garantizar este nuevo esquema saldrán de un aumento a la aportación de los patrones, que pasará paulatinamente del 6.5 al 15 por ciento. Y los trabajadores ya no harán aportación.
“En un periodo de ocho años, los patrones van a incrementar en 2.7 veces lo que ellos aportan para el retiro de los trabajadores”, indicó.
El porcentaje del recurso que aporta el gobierno federal no cambiará, pero sí se utilizará un nuevo esquema, para apoyar mayormente a los trabajadores que ganan hasta cuatro salarios mínimos.
“Dos ideas detrás de esto: la primera es que hay que proteger a los trabajadores que ganan menos, pero la segunda es que hasta cinco salarios mínimos está el 80 por ciento de los trabajadores en México. Entonces, va a ir dirigido a los que menos tienen y a los que conforman la mayoría”, precisó Herrera.
Actualmente, el trabajador sólo recibe el 30 por ciento de su sueldo, pero con la reforma y con la pensión de Adultos mayores se acercarán un poco más al salario que tenían al momento de retirarse, anunciaron los funcionarios.
“Hoy la pensión se otorga a partir de los 60 años, se necesitan 25 años y el monto garantizado es el mismo, independientemente de cuál es el salario de las personas», dijo.
“Con el estatus vigente -agregó- solamente el 34 por ciento de los trabajadores alcanza a tener una pensión garantizada (…) Con la propuesta que estamos realizando, alrededor del 82 por ciento de la población va a tener acceso a una pensión garantizada”.
La edad mínima para recibir la pensión siguen siendo 60 años, pero se necesitan únicamente 15 años de cotización y el monto de la pensión será el monto ahorrado y de las semanas que hayan cotizado.
Herrera destacó que otro punto en esta reforma es bajar la comisión de las Afores a las empresas, para homologarla a los estándares internacionales, lo que se anunció en enero de 2019.
Al inicio de esta administración, dijo, la comisión era por arriba del uno por ciento, y ahora está en 0.92 por ciento.
“La comisión para estándares internacionales está en alrededor del 0.7 y lo que vamos a buscar también a través de esta reforma es la obligación y el compromiso de converger de manera inmediata a los estándares internacionales”, dijo.
Otra iniciativa que tiene ya la Cámara de Diputados es la que refiere al cambio de régimen de inversión de las afores, para que los ahorros para el retiro de los trabajadores puedan tener un rendimiento mayor.
“Lo que están buscando es que los rendimientos de las Afores aumenten, pero vayan a dar a los trabajadores, que no se queden necesariamente en las administradoras, y esto suma a los acuerdos iniciales donde se está buscando mejorar el nivel de vida de los mexicanos en su etapa de adultos mayores”, puntualizó.
Por la tarde, en la conferencias diarias sobre las medidas para la reactivación económica, el titular de la Unidad de Seguros y Pensiones de la Secretaría de Hacienda, Carlos Noriega Curtis, admitió que la reforma de 1997 “no logró generar mejores pensiones” que las que había con la ley anterior, de 1973. Sin embargo, dijo, quienes se mantienen en ese régimen no serán afectadas por esta nueva legislación, pues tendrán la posibilidad de elegir cuál les conviene más.
En la ley del 73, explicó “la pensión dependía simplemente del tiempo de trabajo, del nivel de ingreso y de una antigüedad mínima, pero no se compadecía del ahorro que se había generado, es decir, el beneficio era muy superior a la aportación y eso es lo que hizo al sistema dejar de ser viable”. Con esta reforma, dijo, “es probable que algunos trabajadores que daban ya por un hecho que era mejor irse por la ley de 73, puedan encontrar mejores oportunidades por irse por la nueva ley”.
Sobre la poca disposición que han mostrado muchos empresarios a afiliar a sus trabajadores a la seguridad social, el funcionario destacó que el hecho de que el sector patronal aceptó la propuesta de absorber el costo de estas pensiones es un reflejo de que “ha ido evolucionando en su visión del país”.
A nivel mundial, dijo, se ha reconocido, que la desigualdad es uno de los principales obstáculos al desarrollo. “La equidad se vuelve un valor en sí mismo, para poder crecer, de manera que el sector empresarial ha ido evolucionando en su pensamiento y reconoce que un trabajador con mejores salarios, con mejores beneficios, es un mejor trabajador para una mejor empresa y mejor país”.
Aseguró que la reforma propuesta tiene una atención especial a las empresas más pequeñas, a las que les resulta difícil aumentar las aportaciones. Por ello, la aportación que ahora hace el gobierno para todos los trabajadores de uno hasta 15 salarios mínimos, se va a concentrar en los trabajadores de uno a cuatro salarios mínimos, de manera que el esfuerzo patronal, sobre todo en esos pequeños negocios, no se incremente
“Para un salario mínimo el patrón no tendrá que pagar más”, dijo.
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