Algunos profesores de periodismo coinciden en recomendar a sus alumnos las docuseries y leer los hechos como parte del gran mundo de actividades que realizar fuera de clase. Es un camino para la formación de una nueva audiencia, lista para reflexionar, en este caso, donde la justicia no es clara
Texto: Ricardo Olayo G.
Foto: Cuartoscuro
La justicia por propia mano, ¿dónde hemos visto eso?
1994 fue año de ajuste de cuentas, de desbordamiento de la violencia en la vida política nacional y de investigaciones vergonzosas. 1994 también es el título de la serie que aborda lo ocurrido entonces en México.
1994 e Historia de un Crimen: Colosio, se estrenaron en 2019 al cumplirse 25 años de los hechos que narran; las dos son series originales de Netflix.
Muchos dicen que ambas muestran que aquellos años, algo se rompió en el sistema. Seguramente, pero no fue suficiente. El PRI ganó la elección de ese año y de muchas maneras siguió gobernando hasta 2018. Lo cierto es que hay que mirar con interés lo que pasó, porque un buen principio es: prohibido olvidar.
1994 pone el énfasis en la muerte de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato del PRI a la Presidencia de la República para las elecciones de ese año.
El magnicidio es el eje de aquellos tiempos convulsos, que iniciaron la madrugada del primero de enero con el levantamiento zapatista en Chiapas. Trabajaba como reportero en La Jornada y tuve la noticia por la mañana, pero los corresponsales del diario y buena parte del área de nacionales ya contaban detalles y en su caso se alistaban para viajar a la entidad.
La transmisión de la información tenía un ritmo muy diferente al que hoy usamos. Me pregunto: ¿el sub Comandante Marcos habría tenido mayor impacto global en nuestra época? Sin duda, pero también una caída rápida en la atención pública, pues hoy los contenidos perduran menos.
Algunos profesores de periodismo coinciden en recomendar a sus alumnos las docuseries y, por supuesto, leer los hechos como parte del gran mundo de actividades que realizar fuera de clase. Es un camino para la formación de una nueva audiencia, lista para reflexionar, en este caso, donde la justicia no es clara.
Aquel primero de enero de 1994 entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, largamente ansiado por el presidente Carlos Salinas de Gortari. El 23 de marzo asesinaron a Luis Donaldo Colosio, y el 28 de septiembre, a José Francisco Ruiz Massieu, secretario general del PRI; en diciembre inició en el país una crisis económica (conocida posteriormente como ‘el error de diciembre’), de la que se acusan mutuamente el expresidente Salinas y el presidente entrante, Ernesto Zedillo, quien obtuvo la candidatura tras el homicidio de Colosio.
De los crímenes de ese 1994 -y el ocurrido un año antes, del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo-, hay un factor común: las investigaciones fueron un fiasco, una burla para la nación y para los deudos. Si los ciudadanos dudaban de la justicia, esos años consolidaron en el imaginario colectivo la idea de impunidad y de encubrimiento político.
La prensa entró al rejuego y habló de la existencia de dos personas que habrían sido utilizadas una para disparar y otra la recluida, que en suma eran uno solo: Mario Aburto, homicida de Colosio.
Además, hubo cuatro fiscales especiales y cuatro conclusiones diferentes de la muerte de Colosio; una vidente, “La Paca”, guiando las investigaciones del crimen de Ruiz Massieu; el diputado Manuel Muñoz Rocha, desaparecido, y más. (Todo el relato en ambas series).
La justicia se convirtió en un show y fue ejercida por propia mano, por el mismo aparato de gobierno. Es el año del ajuste de cuentas (Al final del texto comparto enlaces que profundizan en este enfoque).
En la serie 1994 no hay un narrador, son los personajes quienes llevan la historia. Una buena mirada a esos cinco capítulos nos pueden hacer entender mucho de lo que hoy pasa. Recomendable para nuestra memoria y para quienes se acercan por primera vez al tema. Indispensable para quienes se incorporan a participar y opinar (tan de “moda”) sobre la vida política de México.
1994 fue producida por Vice Studios y dirigida por el periodista Diego Enrique Osorno, (Premio Nacional de Periodismo de 2013, escritor, autor de nueve libros y cineasta; ganador del Ariel por el corto documental, La muñeca tetona).
A su vez, Historia de un Crimen: Colosio, fue dirigida por Hiromi Kamata y Natalia Beristáin. Netflix inició el proyecto Historia de un Crimen creando esa antología de diferentes casos de muertes de impacto social. La primera fue Colosio, la segunda Colmenares (joven muerto en Colombia) y la tercera, recientemente estrenada, sobre la niña Paulette, en México.
Colosio cuenta con actores e imágenes de la época. Es una recreación que incluye a la madre de Mario Aburto, a investigadores de Tijuana que tienen “otros datos”, a Diana Laura, la esposa de Colosio…
La duda nacional es: ¿quién lo mató?, ¿hubo un ajuste de cuentas? Ni de lejos eran tiempos de carteles lanzando un atentado contra el jefe de la policía de la Ciudad de México. Era muy difícil adjudicar aquel crimen a narcotraficantes (como sí se intentó hacer con el homicidio de Ruiz Massieu).
La serie en ocho capítulos entra al detalle de lo que vivió el círculo cercano de Colosio, las conclusiones de los fiscales, Salinas de Gortari (en papel de duda y culpabilidad que le reserva la historia), Manuel Camacho Solís, José Cordoba Montoya, y varios más con gen priísta.
Ajustes en el sistema o violencia de un homicida solitario. Lo que sí pasó es que aquellos hechos violentos destrozaron vidas. Othón Cortez, fue uno de ellos, acusado, sin pruebas, de ser un segundo tirador (¿?) en el atentado contra Luis Donaldo Colosio. Este hombre había anunciado que por los abusos en la investigación y su detención por años, interpondría una queja ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pero antes de ello murió de un infarto en abril de este 2020 (otro año para recordar).
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El eslabón perdido. Historia secreta de los asesinatos que cambiaron la historia de México.Fragmento del libro del ex cónsul de México en San Antonio, Texas.
Observador de una parte del pasado para vivir el presente. Suma experiencias en el periodismo y anexas desde hace 30 años. Recién redescubrió el daño que hacen las noticias falsas #fakenews. Quedó de enviar su CV
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