En las películas animadas encontramos filmes que, aunque usen el recurso de la animación, no son historias solo para niños. Entre las nominadas de este año a los premios dela Academia hay tres que plantean una enseñanza similar: nuestro paso con la vida y la relación con la muerte
Texto: Andrea Sarmiento Pastrana
CIUDAD DE MÉXICO. – Históricamente, a las películas animadas se les ha categorizado como infantiles. Esto debido a que las caricaturas son lo que más llama la atención de los niños, principalmente en los primeros años. Sin embargo, el hecho de que un filme sea animado no significa que está dirigido exclusivamente hacia las infancias. También hay animaciones que, aunque sí sean para un público infantil, llegan a la población adulta, pues tienen un mensaje que se puede interpretar de distinta manera dependiendo del momento en que te encuentres.
Una muestra de esto son los largometrajes nominados este año a los premios Óscar, de la Academia de Cine de Estados Unidos, que aprovechan las infinitas posibilidades que tiene este género para contar historias que nos ponen a reflexionar sobre cosas que un niño pequeño difícilmente piensa.
Entre este grupo de nominaciones hay tres películas que plantean una enseñanza similar: nuestro paso con la vida y la relación con la muerte.
La nueva adaptación stop-motion del mexicano Guillermo del Toro, está inspirada en el cuento clásico sobre el niño de madera, a quien le crece la nariz cada vez que miente. Comienza con Gepetto, un carpintero que vive feliz con su hijo Carlo en un pequeño pueblo italiano; ambos tienen una vida tranquila y se llevan muy bien el uno con el otro. Pero todo cambia para el anciano el día que pierde a su hijo.
El hombre entra en una depresión que lo transforma, deja de lado sus actividades, pierde la simpatía que lo caracterizaba y adopta un comportamiento violento.
Repentinamente, aparece una guardiana quien, con su magia, le da vida a un muñeco de madera talado por el mismo Gepetto. Es así como llega Pinocchio a nuestro plano físico y cada personaje modifica su forma de actuar y entre todos aprenden nuevas maneras de relacionarse.
Gepetto debe aprender a soltar, comprender que Pinocho no es Carlo y acostumbrarse a convivir con su nuevo compañero, verlo con más empatía para tratarlo como el ser sintiente que es; adaptarse a los cambios, los cuales siempre vienen con alguna enseñanza. A Pinocchio le toca explorar desde cero el funcionamiento del mundo, el niño se topa con la malicia de la gente y poco a poco se va dando cuenta de que no puede confiar en cualquiera; a su vez, debe descifrar cómo lidiar con las emociones humanas.
Esta película tiene un concepto similar a Pinocchio, pues es la historia de un objeto inerte que cobra vida (no sabemos cómo) y se las va ingeniando para lograr entender el mundo humano. Marcel es una pequeña concha con ojos y zapatos que vive con su abuela en una casa donde antes habitaba una pareja, la cual discutía constantemente. Una vez, en una de sus discusiones el hombre decide irse de la casa, lo que él no sabía es que en su maleta se llevó a toda la familia de Marcel.
En la casa quedaron únicamente Marcel y su abuela Connie, y así se acostumbraron a vivir hasta la llegada de Dean, un cineasta que se muda con las caracolas y se dedica a documentar su vida.
En este tiempo Marcel y Dean se vuelven amigos cercanos. Día con día aprenden algo nuevo uno del otro. Conforme avanza la trama ocurren percances que ayudan a Marcel a desarrollarse, ampliando la forma que tenía de entender el mundo.
Entre los aprendizajes de Marcel están las redes sociales. El filme nos muestra lo positivo y lo negativo en hacerse viral. Refleja la parte del acoso, la invasión a la privacidad y la poca sensibilidad que puede existir en internet. No obstante, también observamos que las mismas redes pueden llegar a ser muy benéficas si se utilizan adecuadamente.
Las conchitas se enfrentan a un mundo que no solo les queda gigante, también les resulta casi todo desconocido. Vemos el proceso de Marcel enfrentando su miedo al futuro, a lo incierto y a la muerte.
Se dice que la trama de esta película surgió por un paro cardíaco que sufrió Antonio Banderas, el cual le cambió por completo su visión del mundo. Es por ello que en la última entrega de El gato con botas, nuestro personaje principal tiene su primer acercamiento a la muerte.
En la película, a Gato lo visita la muerte, pues ya se ha gastado ocho de sus nueve vidas. Es aquí donde conoce el verdadero temor; se había acostumbrado a morir y revivir sin consecuencias alguna, pero al caer en cuenta de que va a fallecer eventualmente, entra en pánico.
Descubre que existe una estrella que le puede conceder cualquier deseo, y se encamina en una travesía para encontrarla junto a sus amigos Perrito y Kitty. Para ello deben adentrarse en un bosque donde los principales obstáculos son sus propias inseguridades.
Pero su mayor impedimento es que chocan entre ellos, pues cada uno tiene planeado un deseo distinto. Gato no solo debe afrontar sus miedos, sino que necesita aprender a valorar a quienes tiene a lado y no dejarse cegar por la inevitable muerte que pronto lo alcanzará.
Durante décadas, Disney ha llevado la corona en el mundo de las películas animadas y por años ha repetido el mismo esquema en sus cintas, el problema es que se fomentan mensajes que ya quedan obsoletos. Los primeros años de la infancia son fundamentales para la formación de la personalidad y lo que el infante observa es lo que va a recrear; el problema con el monopolio de Disney es que no le enseña a los niños nada realista.
Las posibilidades que da la animación son infinitas, ofrece muchas maneras de narrar un relato y el hecho de que sea una historia fantástica no quita que su moraleja se pueda implementar en la vida cotidiana. Por ejemplo, El gato con botas es una historia completamente de fantasía, sin embargo, el desarrollo de Gato nos hace reflexionar independientemente de nuestra edad, pues todos entendemos su miedo.
Al contrario, lo que Disney nos transmite se queda en el mismo discurso del amor, esparce la idea de que todo es posible si crees en ti mismo y de que el amor todo lo logra. Nos tiene acostumbrados a personajes que nunca se rinden y que siempre cumplen sus sueños con pura fuerza de voluntad.
En lugar de preparar a los niños para que sean príncipes y princesas, hay que alistarlos para la vida real. Que desde pequeños sepan que todos nos vamos a morir, que las personas se enferman, que no todos nuestros objetivos los podremos lograr ya que hay cosas que no están bajo nuestro control y que eso es lo normal, son cosas que pasan y el problema no es que ocurran sino cómo las manejamos.
Y para trabajar estas situaciones con mayor facilidad, es importante que se deje de verlas como tabú.
Lo que nos enseñan estas películas es a valorar a las personas que queremos, pues no sabemos cuándo será la última vez que les veamos. Pero en lugar de angustiarnos tratando de evitar lo inevitable, es mejor disfrutar las experiencias gratas y aprender de las malas. Finalmente, apreciar todo lo que nos puedan aportar nuestros seres queridos, pues cuando alguien fallece lo único que nos queda son sus enseñanzas y recuerdos.
El gato con botas está disponible en el cine, Pinocchio se encuentra en Netflix y Marcel the shell with shoes on puede ser vista en este link.
Me gusta escribir lo que pienso y siempre busco formas de cambiar el mundo; siempre analizo y observo mi entorno y no puedo estar en un lugar por mucho tiempo
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