11 junio, 2021
En Puebla la ley impide, al menos en el papel, usar tecnologías que modifiquen el ciclo hídrico. Pero en San Salvador el Seco y alrededores el colectivo Diente de León ha identificado que estos métodos se siguen utilizando. Los colectivos han identificado qué grupos pueden estar detrás.
Texto: Aranzazú Ayala Martínez @aranhera/Lado B
Fotos: Carina Hernández/Lado B.
PUEBLA.- Desde el 19 de mayo, entraron en vigor las modificaciones a la Ley para la Protección del Ambiente Natural y el Desarrollo Sustentable del Estado de Puebla para prohibir cualquier tecnología que suponga un riesgo para el medio ambiente, principalmente los cañones antigranizo. Sin embargo, el Colectivo Ambiental Diente de León de San Salvador el Seco ha documentado que su uso sigue vigente en esa zona de la entidad.
En entrevista para Lado B, Gerardo Romero, geógrafo fundador del colectivo y quien se dedica tanto al campo como a la investigación de megaproyectos y extractivismo, explicó que en Diente de León han identificado el uso de cañones principalmente en la armadora de Audi y en la zona rural de vocación agrícola de San Salvador el Seco y el vecino San Nicolás Buenos Aires.
Esto, pese a que la ley reformada establece que “el ciclo hidrológico natural en las fases de condensación y precipitación no puede alterarse por ningún medio artificial; quedando prohibido el uso, manejo e instalación de tecnologías, utensilios, instrumentos o cualquier otro medio que tengan como fin alterarlo.”
Si bien la problemática del uso de estas tecnologías en el estado se ha difundido sobre todo en la zona de Libres, de acuerdo con Romero, en El Seco llevan ya años usándolas, pero esto se ha intensificado durante los últimos dos años.
Romero reconoció que si bien Puebla lleva la delantera a nivel nacional en cuanto a la regulación de estas prácticas, es importante que las autoridades hagan correctamente sus funciones y exista un precedente ciudadano y comunitario de vigilancia de la legislación y el cumplimiento de la misma.
Además, es importante precisar que si bien en la propia ley no se confirman las consecuencias del uso de los cañones antigranizos, el documento determina que se aplicará siempre “el principio de precaución”. Es decir, que la falta de certeza científica absoluta “no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces” para impedir la degradación del medio ambiente.
Actualmente, el Colectivo Diente de León está por interponer una denuncia ante la Secretaría del Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (Smadsot), dependencia encargada del tema, para exigir a las autoridades el cumplimiento de la ley y si esto no funciona, planean actuar directamente para que se responda por las omisiones.
Pese a que las modificaciones a la Ley para la Protección del Ambiente Natural y el Desarrollo Sustentable del Estado de Puebla se aprobaron el cuatro de marzo de este año, no fue sino hasta el 19 de mayo que fue publicada en el Periódico Oficial para entrar oficialmente en vigor.
Las reformas a la legislación determinan que es la Smadsot la dependencia encargada de “la inspección, vigilancia, dictado de medidas de seguridad y sanción” sobre el tema.
Es decir, que cuando “se realicen obras o actividades que infrinjan las disposiciones de la Ley, sus Reglamentos, las Normas Oficiales Mexicanas o produzcan riesgo de contingencia ambiental, desequilibrio ecológico, daños a la salud, deterioro de los recursos naturales, los ecosistemas y sus componentes; la Secretaría o los Ayuntamientos en su caso, en forma fundada y motivada, de conformidad con los principios que rigen la más amplia protección al medio ambiente”, podrán ordenar medidas de seguridad y sanciones inmediatas.
Gerardo relató a LADO B que el Colectivo nació a partir de la pandemia, cuando muchos habitantes regresaron a vivir de tiempo completo a San Salvador El Seco y empezaron a darse cuenta de todas las problemáticas a las que se enfrenta el campo.
Lo que empezaron a hacer fue investigar tanto el uso de los cañones y tecnologías similares en toda la zona, así como sus afectaciones. Fue así que platicaron con campesinos, hicieron visitas y recorridos, y se dieron cuenta que todas las personas sabían que los cañones eran usados y tenían identificadas desde sus consecuencias hasta los sonidos que hacen cuando son activados.
Los integrantes de Diente de León hicieron un mapeo preliminar para identificar las zonas donde se usan estos cañones, cuyo resultado publicaron en redes sociales para visibilizar que en esta región del estado existe también la problemática. Gerardo contó que decidieron hacer primero una cartografía del problema principal que son estos cañones, identificando los ranchos y empresas que tienen estas prácticas.
Para ello, “las familias, ejidatarios del Seco, [les] comenzaron a platicar dónde [utilizan los cañones antigranizos], ahí es algo importante porque ellos conocen bien, están en el campo”, dijo. Posteriormente difundieron ese mapa para que quienes habitan la zona tuvieran un panorama general del problema.
Lo que sigue para el Colectivo es analizar otros problemas de la zona, como la extracción hídrica, y analizar cómo funciona el ciclo hidrológico y los flujos y reservas de agua subterránea, para tener un análisis más completo y sobre todo que sea útil a quienes trabajan en el campo.
A la fecha, de acuerdo con el Colectivo, ni el gobierno municipal de El Seco ni el Comisariado Ejidal han mostrado interés en el tema, ni en revisarlo ni detenerlo, pese a que la ley determina que también los ayuntamientos tienen la facultad de actuar al identificar el uso de dichas tecnologías.
*Este trabajo fue publicado en Lado B originalmente, Pie de Página lo retoma gracias a la Alianza de Medios, de la cual forma. Aquí puedes consultar la publicación original.
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