10 junio, 2019

Convocado como un acto de dignidad republicana, el mitin de López Obrador en Tijuana pretendía hacer pasar como victoria una negociación que, hoy, deja más dudas que certezas. ¿A qué se comprometió la administración López Obrador para disipar la amenaza arancelaria de Donald Trump?

Convocado como un acto de dignidad republicana, el mitin de López Obrador en Tijuana pretendía hacer pasar como victoria una negociación que, hoy, deja más dudas que certezas. ¿A qué se comprometió la administración López Obrador para disipar la amenaza arancelaria de Donald Trump?

Twitter: @ErnestoNunezA

El término «patio trasero» fue utilizado por Adolfo Aguilar Zínser (1949-2005) en el otoño de 2003, cuando era embajador de México ante la ONU y el mundo post 11 de Septiembre presenciaba con asombro los efectos del ataque unilateral de Estados Unidos contra Irak.

A sugerencia del entonces embajador, el gobierno de Vicente Fox había desautorizado el ataque del gobierno de George W Bush contra el régimen de Sadam Hussein en el Consejo de Seguridad de la ONU (marzo de 2003).

Meses después de la votación de México en el Consejo de Seguridad, Aguilar Zínser hizo declaraciones que marcaron su futuro político.

“Tragar camote no era opción para México, sino la postura que adoptó, congruente con nuestros intereses y principios específicos del caso. Pero seguiremos siendo patio trasero, mientras haya quien piense en México que hay que tragar camote”, declaró Aguilar Zínser ante estudiantes de la Universidad Iberoamericana el 11 de noviembre de 2003.

Días después, Colin Powell, entonces secretario de Estado norteamericano, reaccionó a las declaraciones de Aguilar Zínser y Vicente Fox lamentó las expresiones de su embajador ante la ONU. El 20 de noviembre de 2003, Aguilar Zínser renunció a la representación de México, afirmando que la descalificación de Fox lo dejaba sin armas diplomáticas para mantenerse en el cargo.

Polémico, Aguilar Zínser dividió a la opinión pública; se ganó simpatizantes y detractores (entre quienes lo criticaron figuraba el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador) y, en junio de 2005, se mató en un accidente vial en la carretera Tepoztlán-México.

La imagen de México como “patio trasero” de la superpotencia se quedó ahí, como categoría de análisis de la relación bilateral en materia migratoria, energética y comercial, y como una imagen de lo compleja que es la convivencia entre los dos países.

“Calma y tranquilidad”

El 8 de noviembre de 2016, a las nueve de la noche, el entonces dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, aparece en su canal de YouTube en un video en el que pide calma y tranquilidad ante lo inminente, pero no esperado: el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

Las encuestas fallan, los colegios electorales se pintan de rojo en la mayoría de los estados de la Unión Americana y la experimentada política demócrata Hillary Clinton cae frente al empresario improvisado de la política Donald Trrump. En México, se encienden las alarmas, el peso se tambalea y los mercados reaccionan con pesimismo.

Pero López Obrador aparece tranquilo, en un video de dos minutos y medio, pidiendo calma.  

“No hay motivo de preocupación con el resultado de las elecciones en Estados Unidos”, dice, “fue un error de la mafia en el poder tomar partido; se olvidaron del principio de la no intervención y la autodeterminación de los pueblos”.

AMLO, entonces aspirante a la Presidencia, promete que, en caso de que él llegue a ser Presidente, no habría mayor problema, pues haría valer la soberanía nacional frente a quien sea que gobierne la Unión Americana.

“No hay nada que temer, sigamos adelante; no va a haber problemas mayores, se los aseguro… sin balandronadas, sin protagonismos…”, remata AMLO aquel mensaje, dos años antes de tomar posesión como primer mandatario de la nación.

Puño y mano

Junio de 2019.- Arropado por gobernadores y legisladores, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanza desde Tijuana, a unos metros de la frontera con Estados Unidos, un mensaje a Donald Trump después de una semana de tensas negociaciones.

El “acto republicano” había sido convocado para responder a la amenaza de Trump de aplicar aranceles a los productos mexicanos a partir del lunes 10 de junio, en caso de que México “siguiera sin hacer su trabajo” frenando la migración centroamericana. Se trataba de una muestra de dignidad y defensa de la soberanía, a la que el propio Presidente convocó a todos los Poderes de la Unión.

Pero terminó siendo un mitin político, una celebración que pretende hacer pasar como victoria una negociación en la que México accedió a hacer el trabajo que, según Trump, debe hacer: colocar a la Guardia Nacional en la frontera sur para impedir el paso de migrantes y, en la frontera norte, hacerse cargo de los miles de extranjeros que estén tramitando asilo en Estados Unidos.

Se disipó la amenaza de los aranceles; los voceros de la Cuarta Transformación celebran y hasta proponen un nuevo himno nacional con Marcelo Ebrard y Martha Bárcena en una de las estrofas.

Pero algunos juzgan que el acuerdo se logró a cambio de convertirse en “patio trasero”, recordando la expresión de Aguilar Zínser.

Pocos en la 4T dejan ver sus reservas, como el presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, quien advierte que “es inaceptable el doble rasero ente la frontera sur y la frontera norte… por una parte exigimos que nos abran las puertas, y por el otro lado sellamos el paso de los centroamericanos, para hacerle un oscuro favor a los norteamericanos”.

¿Implica ese oscuro favor convertirse en patio trasero?

El tiempo lo dirá, pero más allá de las declaraciones, los tuits y los festejos mexicanos, Donald Trump mantiene su amenaza latente y hace lo que mejor sabe hacer: poner al gobierno mexicano contra las cuerdas al anunciar que pronto dará a conocer detalles de lo que realmente se ha negociado.         

“No le levanto un puño cerrado, sino una mano abierta y franca”, dijo López Obrador a Trump desde el mitin de Tijuana, recibiendo horas después palmadas y cachetadas de Trump como respuesta.

No, México no es el patio trasero descrito por Aguilar Zínser hace 16 años, pero ¿cómo hacer para que Donald Trump deje de verlo de esa manera?

Periodista desde 1993. Estudió Comunicación en la UNAM y Periodismo en el Máster de El País. Trabajó en Reforma 25 años como reportero y editor de Enfoque y Revista R. Es maestro en la UNAM y la Ibero. Iba a fundar una banda de rock progresivo, pero el periodismo y la política se interpusieron en el camino. Analista político. Subdirector de información en el medio Animal Político.