Passages es un largometraje que toca asuntos como el poliamor, la bisexualidad, el aborto, los celos. El elenco está conformado por tres de los actores más destacados del cine europeo contemporáneo que colaboran por vez primera en una película en que se mezclan diálogos melodramáticos en inglés y francés

Por Évolet Aceves / @EvoletAceves

Passages (2023), es una película del cineasta estadounidense Ira Sachs. Sin duda es éste el largometraje más sobresaliente de su carrera. El elenco está protagonizado por tres de los mayores representantes de la actuación en el cine europeo: el alemán Franz Rogowski, la francesa Adèle Exarchopoulos y el británico Ben Whishaw.

Son tres artistas que han tenido una amplia y sobresaliente trayectoria en la última década, y verlos actuar en la misma película ha sido una gran experiencia.

Passages toca asuntos como el poliamor, la bisexualidad, el aborto, los celos.

Franz Rogowski ya antes interpretó en La gran libertad (2021) el papel de un homosexual durante la Segunda Guerra Mundial —gran actuación, por cierto—, mientras Adèle Exarchopoulos también interpretó al personaje de una joven lesbiana diez años atrás, en La vida de Adèle (2013); mientras que Ben Whishaw interpretó a un homosexual en Ellas hablan (2022) —a mi parecer, la mejor actuación de esta película fue la de él, pese a su dialéctica feminista—, también conocido por ser el protagonista del largometraje El perfume (2006), y quien, cabe mencionar, es gay fuera del escenario.

La película, además de tener una excelente fotografía, vestuario y colorimetría, también cumple con un guion excepcional, que dota a los personajes de un desenvolvimiento más puro, natural diría yo. Hay escenas eróticas de una duración poco usual, son escenas prolongadas.

En la película, Franz Rogowski, que interpreta a un director de cine, es pareja de Ben Whishaw, hasta que el primero conoce a Adèle Exarchopoulos, que interpreta a una maestra de kínder joven, y éste se da cuenta de la atracción sexual que tiene hacia ella, algo inusual para él dado que es gay. Esa atracción es correspondida por la maestra de kínder. Tras la ruptura de la pareja homosexual, comienza una serie de eventos relacionados con los celos, la venganza y la añoranza de la pareja.

La joven maestra queda embarazada de Rogowski. Éste es presentado a los padres de ella, quienes aparentan cierta severidad e inconformidad ante la apariencia afeminada de Rogowski.

A la par, Whishaw ha comenzado a relacionarse con un escritor, interpretado por Erwan Fale, quien comienza a enamorarse de Whishaw. Podría contar toda la trama de la película, pero prefiero decir por qué merece ser vista.

Es un verdadero goce, estos tres actores son de los más destacados actores del cine europeo contemporáneo. Verlos apropiarse de una historia que vuelven suya, verlos colaborar por vez primera a los tres en un largometraje en el que se mezclan diálogos melodramáticos en inglés y francés, es un verdadero deleite.

El impecable guion estuvo a cargo de Mauricio Zacharias, Ira Sachs y Arlette Langmann. Posiblemente sea el inicio de un nuevo giro, un twist en el cine de Sachs, uno menos comercial, más entregado al cine de autor, que ha demostrado con esta película, con gran ayuda del elenco, tener mejores resultados.

La actuación de Exarchopoulos no resulta novedosa pero tampoco aburrida, actúa con la misma naturalidad con la que suele interpretar a sus personajes desganados, juveniles, aparentemente pasivos; Franz Rogowski sorprende por su personaje de carácter impulsivo acompañado de un afeminamiento que demuestra por primera vez en pantalla; Ben Whishaw encarna a este personaje errático, meditabundo, sufriente, que, a mi parecer, es la actuación más entrañable de este largometraje lleno de erotismo, dolor y dramatismo. Aún continúa en carteleras.

IG: @evolet.aceves

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