Noches de disturbios en Francia a causa de la violencia policiaca

29 junio, 2023

una pancarta en la que se lee "Justicia para Nahel" mientras arden coches en la calle al final de una marcha de conmemoración por la muerte de un conductor adolescente por disparos de un policía, en el suburbio parisino de Nanterre, el 29 de junio de 2023. Foto: Bertrand Guay / AFP

La muerte de un joven francés a manos de la policía desató una serie de protestas en todas las ciudades de Francia para denunciar los abusos de las fuerzas de seguridad en todo el país europeo

Texto: Iván Cadin

Foto: Bertrand Guay / AFP

PARÍS, FRANCIA. – Enfrentamientos nocturnos, cientos de detenidos, automóviles incendiados, una escaramuza frente a una prisión, ataques a alcaldías, escuelas y prefecturas de policía, es el reporte que durante las noches recientes se ha recogido por diversas localidades de Francia.

Esta serie de disturbios explotaron la noche del pasado martes 27 de junio, tras conocerse la muerte de Nahel, un adolescente de 17 años, a causa de un disparo a quemarropa en el pecho causado por la policía cuando realizaban un control vehicular en la localidad de Nanterre, a las afueras de París.

Por la mañana de este jueves, el presidente francés Emmanuel Macron tuvo una reunión interministerial para medir la crisis y condenar los hechos: «Las últimas horas han estado marcadas por escenas de violencia contra una comisaría, pero también contra escuelas, ayuntamientos y, por tanto, contra las instituciones y la República (…) Son injustificables».

El gobernante francés, horas antes, había declarado que «nada justifica la muerte de un joven (…). Es inexplicable, imperdonable» y exhortó a que la investigación en torno al suceso se agilice “para que se haga justicia”.

En Nanterre, localidad donde vivía Nahel y que ha vivido enfrentamientos significativos en las últimas noches, hoy se desarrolló una “marcha blanca” hacia la sede de la policía para exigir justicia para el chico y su familia y como protesta contra los abusos de la policía. La manifestación fue convocada por la madre de Nahel y se dieron cita más de 6 mil personas, según cifras de las autoridades.

¿Qué sucedió? Las redes sociales, básicas para contar los hechos

La mañana del martes pasado, Nahel, adolescente de ascendencia argelina de 17 años, transitaba en compañía de dos menores más a bordo de un Mercedes color amarillo de alquiler por una ruta de Nanterre.

En cierto momento, la policía vial les marcó el alto. La policía señaló en un principio que el elemento disparó al conductor pues éste se había negado a detener el vehículo y había intentado atropellar a los policías motorizados. Esta versión corrió los primeros momentos del martes hasta que en redes sociales comenzaron a viralizarse videos subidos por testigos que mostraron otra realidad.

En las imágenes se aprecia que el vehículo amarillo conducido por Nahel está detenido a un costado de la ruta. Del lado del conductor, un par de policías, ambos con casco y con su pistola en la mano. Uno de ellos, ubicado sobre el lado del retrovisor del conductor, da un par de fuertes golpes sobre el parabrisas y también le apunta directamente a Nahel, mientras que el otro policía, al costado de la ventanilla del conductor, da manotazos hacia el interior del auto. En el registro del video, de escasos segundos, se escucha a los policías gritar “apresúrate”, “vas a recibir una bala en la cabeza” y “dispara”. Es justo ahí, tras esta frase, cuando el auto se pone en marcha y al segundo se escucha el disparo y se observa a uno de los policías ejecutarlo.

Metros más adelante, el auto choca con un poste. Uno de los acompañantes huye mientras el otro, un puberto de 14 años, al bajar del auto es tirado violentamente al piso por los mismos policías que dan alcance al auto siniestrado. Esta secuencia también fue registrada en video por testigos y automovilistas que transitaban, así como las imágenes donde se intenta reanimar a Nahel, quien está tendido en el piso, por parte de los primeros servicios de urgencia que arribaron al lugar. Auxilio en vano, pues Nahel fallece por el tiro en el pecho.

El chico de 14 años que acompañaba a Nahel, a decir de diversas fuentes informativas, tras ser liberado por la policía, comentó a amigos cercanos que en un principio intentaron burlar a la policía ante la orden de detenerse, pero que finalmente sí se pararon. Señaló que los policías llegaron al lado de Nahel, a quien golpearon por la ventana. E indica que Nahel entró en pánico cuando el policía amenazó con meterle una bala en la cabeza.

Fue así que la relación de hechos dada por la policía en un primer momento es fuertemente cuestionada y puesta en duda. Igualmente, desde la policía y desde diversos medios se intentó criminalizar al chico con una supuesta carrera de condenas, hecho que también fue desmentido. Nahel jamás tuvo condena alguna. En el auto, por cierto, no se encontraron armas ni drogas.

Tras el giro que significaron los videos, Gérald Darmanin, ministro del Interior, señaló: “El policía fue detenido. Los vídeos que conocemos son muy chocantes, con gestos injustificables (…). Pido calma, la justicia debe seguir su curso tras la investigación judicial”. Olivier Véran, portavoz oficial del gobierno, señaló: “Ante la muerte de un joven en condiciones brutales compartimos la emoción con la familia y toda Francia”.

Demandas

Al policía que disparó, de 38 años, se le abrió una investigación por homicidio voluntario y se le giró orden de prisión provisional, informó la fiscalía de Nanterre. A la par, paradójicamente y a pesar de las pruebas audiovisuales existentes, también se abrió una investigación sobre la persona de Nahel, no importando que ya esté muerto, en la presunta idea de que no detuvo su vehículo e intentó atropellar a los policías. Ante ello, la familia de Nahel se ha movilizado y ha presentado también un par de denuncias contra la policía: por homicidio voluntario y por mentiras y difamaciones públicas.

Pero no es la única demanda en este caso. En las redes sociales se ha compartido profusamente una escena donde un paramédico de Nanterre, visiblemente irritado y que conocía a Nahel, discute con un grupo de policías, ajenos al suceso, sobre la muerte del chico. “Ya verán cómo va a llegar esta noche. Mientras todos vayan a dormir, verás cómo Nanterre se despertará. Tiene 19 años (17 años, en realidad), tiene cara de niño. ¡Por una falta de licencia (de conducir), hermano! ¡Lo conozco de niño, lo vi crecer! Su madre lo crió sola, su padre la dejó. ¡Ella va a enterrar a su hijo por una falta de licencia!”

El paramédico recibió una demanda por “desacato, amenaza y difusión de información sobre la vida privada de una persona que ostenta autoridad pública”, en este caso los policías con quienes discutía. En un país donde la violencia policiaca cuenta con una historia abultada de casos y denuncias, criminalizar la indignación de los cercanos al joven muerto a manos de un policía no es más que surreal.

Disturbios por varias localidades

Los enfrentamientos entre grupos de jóvenes que forman barricadas y lanzan pirotecnia contra la policía, quienes a su vez responden con gases lacrimógenos, comenzaron concentrándose durante la noche de martes a miércoles en Nanterre, pero en las últimas 48 horas sucesos similares se han extendido a suburbios de Toulouse, Lille, Lyon, Niza y en otros puntos de la región parisina. A las puertas de la prisión de Fresnes, comunidad a las afueras de París, llegaron la noche del miércoles grupos de jóvenes disparando morteros de artificio, pero la seguridad del recinto penitenciario los dispersó.

La víspera de la noche del miércoles, el gobierno francés había anunciado la presencia de 2 mil policías adicionales para reforzar ciertas zonas. Para la noche del jueves al viernes, la cifra de elementos se ha disparado: 40 mil elementos se desplegarán, así como unidades especializadas en intervenciones difíciles.

Los sucesos de estas noches recientes hacen recordar a los franceses los disturbios de octubre de 2005 que incendiaron Francia durante tres semanas tras conocerse que un par de jóvenes, Bouna y Zyed, de 15 y 17 años, respectivamente, habían muerto electrocutados en una estación eléctrica al intentar refugiarse de una redada policiaca en Clichy-sous-Bois, en la periferia parisina. En aquella ocasión Nicolas Sarkozy, para entonces ministro del Interior en la presidencia de Jacques Chirac, se refirió a los jóvenes que protestaban como “bande de racailles” (pandilla de escorias).

«Una noche de violencia intolerable contra los símbolos de la República: ayuntamientos, escuelas y comisarías incendiados o atacados. 150 personas detenidas», escribió Darmanin este jueves en su cuenta de twitter. «Apoyo para los policías, gendarmes y bomberos que dan la cara con valentía. Vergüenza para quienes no llamaron a la calma».

“Licencia para matar”

La frase «vergüenza para quienes no llamaron a la calma» de Darmanin estuvo dirigida al partido de izquierda La Francia Insumisa (LFI). Jean-Luc Mélenchon contestó dicho mensaje: “Los perros guardianes nos ordenan llamar a la calma. Pedimos justicia, retirar la demanda legal contra el pobre Nahel y suspender al policía asesino y a su cómplice que le ordenó disparar».

“Vergonzoso (el) uso político (del caso que hace) Darmanin, quien descarta sus responsabilidades en la deriva de la policía acusando a los Insumisos. Político lamentable, incompetente, irresponsable”, agregó el ex candidato presidencial de LFI, para también exigir la derogación de “la ley de ‘licencia para matar’ del ex primer ministro Bernard Cazeneuve.”

La ley a la que se refiere Mélenchon es un ordenanza de febrero de 2017 que permite a la policía disparar en caso de negativa a cumplir y en defensa propia, presentada por Bernard Cazeneuve cuando fue sucesivamente ministro del Interior y Primer ministro en el gobierno del socialista François Hollande. Dicha norma sostiene que las armas solo pueden ser utilizadas “en caso de absoluta necesidad y de manera estrictamente proporcionada”, pero la interpretación de una “amenaza” es demasiado ambigua, subjetiva y libre a interpretación y, como en el caso de Nahel, sujeta a circunstancias que, sin la aparición de los videos ciudadanos, se hubiera interpretado de otra manera.

Por el lado del conservadurismo, el apoyo a la policía es la constante, por encima de las notables mentiras y alteraciones de los hechos en que incurrieron en este caso.

Para Marine Le Pen, la cabeza de Agrupación Nacional, “detrás de este hecho dramático está el problema de la autoridad de la policía: ya no se respeta a la policía, ya no se le obedece, y vemos multiplicarse este tipo de indisciplinas que pueden tener consecuencias muy graves.”

Por su parte, el presidente de Los Republicanos, Éric Ciotti, ha pedido que se declare el estado de emergencia en las zonas afectadas para “restaurar el orden”, pues «bandas armadas han intentado matar a policías, han atacado viviendas y han intentado liberar a presos en Fresnes. Es intolerable».

“Bravo a los colegas que abrieron fuego sobre un criminal de 17 años. Neutralizando su vehículo, protegieron su vida y la de otros en la ruta. Los únicos responsables de la muerte de este gandalla son sus padres, incapaces de educar a sus hijos”, dijo en su cuenta de Twitter France Police, un sindicato policiaco. La cuenta fue suspendida. «El grupúsculo France Police, que de ninguna manera es un sindicato representativo de la policía nacional (…), publicó un tuit inaceptable y abyecto», reaccionó el Ministerio del Interior en un comunicado de prensa.

“La fraternidad todavía debe significar algo”

Surgidos de estos suburbios de las grandes ciudades francesas, estrellas del futbol se han pronunciado sobre la muerte de Nahel.

Klylian Mbappé, uno de los jugadores más famosos actualmente, declaró: “Me duele mi Francia. Una situación inaceptable. Mis pensamientos están con la familia y los amigos de Nahel, un ángel que se ha ido demasiado pronto”.

«Descansa en paz Nahel, mis condolencias para su madre y su familia. Nadie merece morir a los 17 años y menos por una negativa a cumplir. Que se haga justicia», reaccionó Paul Pogba en sus redes sociales.

Fue el jugador del Real Madrid, Aurélien Tchouaméni, quien fue más allá y publicó una “carta abierta” en sus redes: “Nahel podría haber sido mi hermano pequeño. Y tengo el corazón roto cuando escucho a su madre porque es la voz de mi madre la que escucho”.

“Me gustaría entender por qué desde hace años mueren jóvenes en controles policiales que parecen anodinos”, escribió. “Comprender por qué el gatillo parece mucho menos pesado cuando se trata de cierto tipo de personas. Comprender por qué tuvo que salir un video para que no se tapara el caso. Comprender por qué algunos buscan oponer a Nahel y Lola, como si solo se pudiera tener dolor por uno o por otra (se refiere al caso de Lola, la niña de 12 años que el año pasado fue asesinada por una mujer de origen inmigrante y que detonó el uso político del caso por la Francia xenófoba). Comprender también por qué algunos periodistas se divierten con insinuaciones absurdas e incitan al odio.”

“¿Ahora qué?”, prosigue el jugador en su reflexión. “Las redes sociales hacen ruido un tiempo. Luego retomamos el curso de nuestras vidas hasta que otra madre, otra familia se despierta una mañana para enterarse que uno de los suyos se ha ido. (…) Sé que el uso de la fuerza por parte de la policía no es necesariamente ilegal. También sé que la cuestión central radica en el término medio entre la legitimidad y la ilegalidad del uso de la fuerza. Y sé finalmente que es imprescindible restaurar la confianza de los ciudadanos hacia su policía, que cualquier ausencia de justicia incita a dudar sobre la actuación de las fuerzas del orden. Porque Nahel era nuestro hermano pequeño. Y en Francia, la fraternidad todavía debe significar algo.”

Nahel es la segunda persona en 2023 que muere en Francia por disparo en medio de un control policiaco de tráfico. En 2022 la cifra fue de 13 personas. Este tipo de controles espontáneos son habituales en los suburbios pobres de Francia, y mayormente destinados sobre aquellos que tienen “aspecto” de origen inmigrante.

Vale recordar que si en Francia no haces caso a una orden de detención de la policía te haces acreedor a 3 meses de prisión, 3 mil 750 euros de multa (casi 70 mil pesos mexicanos) y a una amonestación en la tarjeta de conducir. Pero no a la muerte.

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