No pagar renta ni hipoteca: ¿Huelga mundial durante la pandemia?

11 abril, 2020

Durante la emergencia sanitaria por el coronavirus la recomendación es quedarse en casa. Pero con la economía detenida la posibilidad de cubrir rentas e hipotecas resulta en muchos casos imposible. Un movimiento a nivel mundial pugna por suspender estos pagos

Texto: Daliri Oropeza

Fotos: Especial

Los supermercados de Italia se llenaron de pancartas pegadas con cinta adhesiva. Es el único lugar en ese país donde las personas se pueden encontrar en medio de la cuarentena por covid-19. Las plazas públicas y las calles están vigiladas por policías que si te encuentran a más de 200 metros de tu casa sin razón, te multan con 300 euros. 

Las personas ocuparon los almacenes desde el primero de abril para exigir la cancelación del pago de renta o alquiler. También ocuparon los balcones, las salas, las cocinas, los baños y las recamaras. Es una protesta desde el hogar que se viralizó con sus fotografías en esta primera pandemia en redes sociales.

“Queremos que el gobierno siga las leyes de emergencias, obligue a los dueños a suspender o bajar las rentas, suspensión, cancelarlo, porque no es esperar a pagar después”, reclama Sergio Zulian, vocero del Sindicato de base ADL (Asociación por los Derechos de los Trabajadores) de la región Trevisso-Venecia, quien ha participado en las protestas.

Zulian describe que, en Italia, esta huelga tiene como motor la exigencia por los cuidados que el movimiento feminista ha tenido en los últimos años. Reivindicar las labores del hogar y del cuidado guían para procurar reflexiones colectivas sobre cómo la casa es el primer refugio ante una pandemia, de acuerdo con su perspectiva.

La organización comenzó en asambleas virtuales ante la inminente cuarentena, y ante la preocupación para pagar la renta de trabajadores del espectáculo, la cultura, sector agrícola, clase media, del sector independiente, informal, obreros, organizaciones y colectivos. 

Ahora que más se necesita una casa, un refugio, para estar a salvo de los contagios, es cuando menos podrían pagar: comenzaron los despidos. Las empresas acordaron pagar cuando se recuperaran del descalabro por el freno del ciclo  producción-consumo. Pero los bancos no paran las exigencias de pago de nada, ni los arrendadores, ni los cobradores de impuestos.

“Hay una emergencia en la vida. La idea de renta no solo es la idea de renta monetaria, eso del pago de la electricidad, del agua, del internet, del gas. Las cosas que son necesarias para vivir, la gente ha dicho que no se lo pueden cortar. Lo que no queremos es que hoy suspendan esos pagos y lo cobren cuando la emergencia haya terminado. Digamos que la renta no solo como sueldo de dinero, la renta como idea de todo lo que te permite vivir”. En Italia, el gobierno ha dado 600 euros a las personas para amortiguar la crisis, pero excluyeron a las trabajadoras domésticas.

Muchas personas no están pagando la renta ni los servicios. Apalabran con los caseros la suspensión o disminución del alquiler ante la incertidumbre de la pandemia. 

“Es muy importante porque asumimos que esa emergencia no puede ser solo a nivel sanitario, no puede ser solo rescatar a los empresarios que están llorando. Hay muchos que no están pagando porque no tienen dinero. Así individualmente, de manera organizada, antes de entrar en un conflicto, algunos han bajado”, describe Zulian en entrevista virtual. Él se dedica al trabajo con obreros a través de los comités de base (cobas) desde hace más de 20 años.

Cartel de la “Campaña para la cuarentena del dedo rojo” en un supermercado. / Foto: Especial

El origen de la huelga

La crisis de salud y la crisis económica por coronavirus son dos vertientes de la pandemia de las cuales se habla constantemente. Sin embargo, la crisis social es poco abordada.

El hogar se situó en el centro ante la pandemia del covid-19. Nos quedamos en casa y el espacio recobró su sentido de refugio en el mundo. Pero para quedarse en casa, hay que tener una, reclaman  diversos activistasalrededor del mundo.

En este contexto surgió un movimiento social en los países del norte que resintieron primero la pandemia: #RentSrike, #RedditodiQuarantena, #housingactionday2020, #HauserDenenDieSieBrauchen, y más de 200 iniciativas de huelga de renta a nivel mundial. 

Desde el 16 de marzo el colectivo habitacional llamado Station 40 de San Francisco, Estados Unidos, llamó a organizaciones y movimiento sociales para hacer una huelga de rentas o alquileres.

“La urgencia del momento exige una acción decisiva y colectiva. Estamos haciendo esto para protegernos y cuidarnos a nosotros mismos y a nuestra comunidad. Ahora más que nunca, rechazamos la deuda y nos negamos a ser explotados. No llevaremos la carga a los capitalistas”.

Enseguida, acciones de organización virtual se replicaron en diversos países. Las discusiones sobre el sostén de la vida se colocaron en el centro. 

Pronto comenzó a circular el llamado de una red de organizaciones que llevan varias luchas por el derecho a la vivienda. La organización estadounidense Crimethinc lo publicó y difundió: 

“Este abril, millones de personas no podrán pagar sus facturas, independientemente de si lo desean. Al igual que la pandemia, esta es la consecuencia inevitable de un sistema cuyo objetivo principal no es mantenernos a salvo. El virus no solo amenaza nuestras vidas, también amenaza el orden social que ya las hacía imposibles”.

En el llamado aseguran, “Cuantas más personas participen, más seguros estará cada uno de nosotros”. Aquí mismo, convocan a modificar la percepción que tenemos de hogar de lo que sucede actualmente en los espacios propios: 

“Debemos construir una nueva percepción del hogar. La casa es una estructura que promueve la vida, un lugar de confort y privacidad, un lugar donde no tenemos que trabajar. Nuestros hogares nos ofrecen inmunidad contra las diversas fuerzas que actúan sobre nosotros.”

Con esta reivindicación, lanzan la provocación: hay que volvernos inmunes a los propietarios y constructores.

“El 1 de abril, no pagaremos el alquiler. No podemos pagarlo. Apenas pudimos. Renta: nuestra contribución mensual al sofisma según el cual las casas en las que vivimos en tierras robadas pertenecen a nuestros propietarios, con quienes estamos en deuda solo por estar vivos. Ahora, cuando se cuestiona nuestra propia existencia como especie, no podemos soportar la pesadilla de esa relación.”

Pancarta en tienda que dice: “Los más débiles no tienen que pagar por la crisis./ Foto: Especial

En Italia, como en varias partes del mundo, surgió la organización virtual a través de reuniones masivas a través de servicios de videoconferencias en línea. Zulián describe que se analizaba de todo: 

“Es muy trágica la situación, yo te hablo de la producción de pequeñas medianas empresas, grandes empresas que comercian con China, son millones de persona,s pequeñas pequeñísimas, trabajadores autónomos, independientes, sectores parados totalmente como el turismo. Por los menos los obreros tienen formas de organización, pero los otros millones de personas que han sido alejadas por el capital, trabajadores muy solos, aislados, en la informalidad, no tienen nada”. 

Así han ido tomando acuerdos en las asambleas virtuales de como presionar a los gobiernos para que decreten leyes y ordenamientos que paren el lcobro de los alquileres y que puedan establecer un nuevo orden de paga, como había antes por ejemplo en Italia, candados que han ido quitando en pos de la ganancia de privados. 

En Alemania, salieron a las 6 de la tarde a los balcones y ventanas contra la renta  y los alquieres, haciendo pintas o marchas con máscarillas o cuberocas recorriendo los vecindarios, expresando el malestar ante los cobros de la renta o de modos de rentar como AirBnB.

En España , los sindicatos locales ya han confirmado a diez mil personas que no pagarán este mes, la mitad de ellas en Barcelona. Están surgiendo muchas coordinaciones locales, y el fondo de resistencia recaudado en todo el estado ya ha superado los treinta mil euros.

El llamado mundial de la red de organizaciones que se han movilizado en contra de pagar la renta con una huelga fue claro: “El virus amenaza nuestras vidas pero también amenaza el orden social que las hizo imposibles. Alquileres, trabajos, precios, deudas, seguros, todas las estafas que nos han marcado: deje que el virus los congele”, publica Crimethinc.

El caso mexicano

México tiene antecedentes de Huelgas inquilinarias, ahora llamadas Huelga de la Renta. En 1922, el anarquista Herón Proal organizó una huelga en Veracruz la cual tuvo repercusiones hasta los años 70 con el Movimiento Urbano Popular. Entre obreros, trabajadores y después trabajadoras sexuales se unieron a la huelga ante el impuesto que quisieron poner a los alquileres.

De acuerdo con el Diagnóstico del derecho a la vivienda digna y decorosa 2018, el 30% de las personas pagan renta en México. Esto significa que 1 de cada 6  personas pagan renta o alquiler de donde vien y más de la mitad de ellas no cuentan con un contrato de arrendamiento. Este modo de poseer la tierra es la segunda forma de tenencia del país. 

La renta o el alquiler efectivo en México representa el 25% de la producción total de actividades económicas relacionadas con la vivienda (que contribuye al PIB). Esto la lleva a ser la actividad más importante, sólo por debajo de la construcción de casas, de acuerdo con datos del Inegi publicados en 2017.

En este contexto, distintas organizaciones y colectivos se sumaron el 21 de marzo al llamado mundial sobre el derecho a la vivienda, en el marco de la Huelga de la renta, o huelga inquilinaria.

En el pronunciamiento, urrigen al gobierno a decretar suspensión en el pago de las rentas de inmuebles usados para viviendas o pequeños negocios familiares, de los suministros básicos, y de los préstamos o créditos hipotecarios para los hogares que pierdan o reduzcan significativamente sus ingresos. Describen: 

“Las afectaciones económicas por la contingencia pudiesen llevar a muchas personas a no  estar en condiciones de pagar los alquileres de sus viviendas e incluso de los inmuebles usados para negocios familiares, así como en su caso, realizar el pago de préstamos y créditos hipotecarios sobre sus viviendas y/o negocios. En este sentido, como se ha hecho en otros países como Canadá, debe reconocerse la necesidad de poderse suspender o en su caso reducir el pago de los alquileres, priorizando y facilitando el acuerdo entre las partes. Esta suspensión de pagos deberá mantenerse hasta superar la crisis sanitaria.

Es parte del comunicado que publican las organizaciones y colectivos en la página de la Coalición Internacional para el Hábitat, la red mundial de derechos relacionados con el hábitat y la vivienda, que lucha por la justicia social, la igualdad de género y la sostenibilidad ambiental.

Por ello, Zulian, que ha participado en las protestas sugiere: “Nos toca garantizar la existencia, no solo la producción, y en ello está la importancia de la vida social”. 

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