Organizaciones sexodisidentes realizaron una contramarcha para visibilizar el genocidio en Gaza y exigir un alto al pinkwashing israelí. Además, fue un momento para reflexionar sobre el Mes del Orgullo: ¿es un día de fiesta o de protesta?
Texto: Laura Buconi y Camilo Ocampo
Fotos: Laura Buconi
CIUDAD DE MÉXICO. – Desde que los intentos por desplazar al pueblo palestino se intensificaron en octubre de 2023, la comunidad LGBTIQ+ ha estado en la primera línea de las protestas en la capital mexicana. Colectivos de todo tipo —desde batallones artísticos hasta grupos de acción directa, pasando por círculos de concientización y campañas de boicot— se han sumado a la lucha.
Este 2024, como ya ocurriera antes, enfilaron en dirección contraria a las marcas comerciales y marcharon hacia la Embajada de Israel bajo la consigna “No en mi nombre”, rechazando que el Estado sionista se escude en una supuesta bandera de “aliado” de la comunidad sexodisidente.
A las 10 de la mañana, las personas comenzaron a llegar al Metro Auditorio, sobre Avenida Paseo de la Reforma. Los manifestantes se agruparon poco a poco, portando letreros, pancartas y banderas de Palestina, con las caras pintadas y algunos instrumentos. El Bloque Negro y el contingente de seguridad se organizaron para tomar la avenida.
La activista Mikhaela Drullard tomó la palabra:
“No hay orgullo en genocidio, ni libertad sexual sin libertad colectiva. Demandamos un alto al genocidio en Palestina y decimos claro y fuerte: ‘No en nuestro nombre’. No aceptamos el pinkwashing de empresas que lucran con el Mes del Orgullo mientras financian el genocidio y a las fuerzas militares que masacran al pueblo palestino, las mismas que reprimen y desaparecen a activistas en Abya Yala. ¡Las disidencias sexuales estamos con Palestina, con Congo, con Sudán!”
Antes de comenzar a marchar, Rocío Méndez, del colectivo Luciérnagas y madre de Sofía Lorena Meneses Méndez —desaparecida hace siete años en Iztapalapa—, habló sobre la crisis de desapariciones forzadas en México. Aún luchando por contener el llanto, declaró: “No puede haber orgullo mientras se pisotean cuerpos, derechos y territorios”. Bajo esa consigna, arrancó la marcha.
Mientras avanzaban, la batucada del Proyecto Migala marcaba el paso. Las consignas se mezclaban con los tambores: “¡Aquí nadie se rinde, aquí sí se hace lucha!”
Al llegar al Memorial a las Víctimas de la Violencia en México, en Chapultepec, integrantes del Bloque Negro intervinieron los monumentos para denunciar los casos de violencia impune en el país.
Desde los megáfonos, el Contingente Pocho —formado por personas migrantes retornadas de Estados Unidos— visibilizó las violencias que enfrentan las disidencias sexuales durante las deportaciones:
“Nos dicen que no encajamos, que no existimos, que no somos prioridad. Pero aquí estamos, hemos estado y seguiremos estando”, declaró une compañere envuelte en una kufiya.
Otro participante añadió:
“Las políticas exteriores, sobre todo las de Estados Unidos, criminalizan el acto de moverse, poniendo en riesgo la vida y la dignidad de millones. Las deportaciones masivas, la militarización de la frontera y los acuerdos entre México y EE.UU. no solo violan derechos humanos: perpetúan un sistema global de exclusión y muerte”.
Al acercarse a la Embajada de Israel, sobre Paseo de la Reforma, el Bloque Negro realizó actos de iconoclasia en fachadas de bancos, mientras el resto de la manifestación coreaba: “¡Fuimos todes!”
La embajada, rodeada de vallas metálicas y un cordón policial —como desde hace casi dos años— recibió a los manifestantes. Los granaderos, que grababan con sus celulares, bajaron sus máscaras y alzaron escudos, anticipando un enfrentamiento.
Tras breves discursos, los organizadores invitaron a descansar y participar en las actividades: algunos pintaron dos banderas gigantes —palestina y de la diversidad sexual—, mientras otro grupo quemó pancartas con los rostros de Donald Trump, Netanyahu y J.K. Rowling, autora conocida por sus posturas transfóbicas.
Hubo lectura de poesía y un lamento colectivo por Palestina.
Al final, un grupo lanzó bombas molotov contra la embajada, acción respaldada por la mayoría de les asistentes. Luego, la contramarcha se dispersó de regreso al Metro Auditorio.
Portal periodístico independiente, conformado por una red de periodistas nacionales e internacionales expertos en temas sociales y de derechos humanos.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona