Freddy Díaz Figueroa fue visto por última vez el 21 de junio de 2020 en Playa del Carmen; su hermano Rubén, quien se dedica a buscar migrantes desaparecidos en México, advierte: “el problema es que sigue desapareciendo la gente”
Texto: Daniela Pastrana
Foto: Rubén Figueroa
CIUDAD DE MÉXICO.- Rubén Figueroa se ha dedicado durante años a buscar a migrantes desaparecidos en México. Hoy, es su propio hermano menor, Freddy, quien lleva 7 meses sin llegar a casa.
“Es increíble. Me dedico a buscar gente desaparecida, pero es como los policías cuando los asaltan, ¿no? Cuando te pasa a ti, no sabes qué hacer”, dice el activista, que responde al teléfono desde su casa en Tabasco.
Rubén Figueroa es un conocido defensor de los derechos de los migrantes. Él coordina “Puentes de Esperanza”, un proyecto del Movimiento Migrante Mesoamericano que tiene como objetivo reencontrar a familias separadas por la migración, y cada año, organiza las caravanas de madres centroamericanas que buscan a sus hijos desaparecidos en el territorio mexicano.
Desde esa posición, habla de la desaparición de su hermano como parte de un problema estructural que cruza todos los espacios de la vida pública del país y que no ha tenido la atención que requiere.
“Cada día están más familias despertando a una realidad: que estas desapariciones siguen ocurriendo. El problema es que sigue desapareciendo la gente. Todos los días. Es decir, no sólo basta con encontrarlos, o que encuentren más fosas. Necesitamos que las personas dejen de desaparecer”.
Rubén Figueroa
Freddy Díaz Figueroa, de 40 años, fue visto por última vez el 21 de junio de 2020 en el trayecto de Playa del Carmen a San Carlos, en el municipio de Solidaridad, Quintana Roo. Desapareció junto con otras dos personas. Se dedicaba a los trabajos de construcción, por lo que no era extraño que se moviera de un lugar al otro para trabajar.
La denuncia de su desaparición la tienen la Fiscalía General de la República y la Comisión Nacional de Búsqueda. Y este sábado, su hermano Rubén decidió hacer pública la denuncia.
“Desde mi experiencia como defensor de Derechos Humanos y en la búsqueda de personas desaparecidas, principalmente migrantes, he sido testigo del dolor y el sufrimiento que estos casos acarrean a los familiares de las víctimas. Hoy lo vivo en carne propia”, escribió en el comunicado que subió a sus redes sociales. “La familia no ha tenido ningún contacto con él y nos encontramos en la zozobra y la desesperación”.
Junto con el documento, difundió un video acompañado de su madre, en el que asegura que seguirá trabajando en la búsqueda de personas migrantes.
“Quiero decirle a las familias de desaparecidos que los abrazamos y que continuaremos en la lucha, también en las búsquedas personas migrantes desaparecidas, no claudicamos en esa labor”.
Rubén Figueroa está tratando de confiar en las autoridades. Por eso, dice, acudió a la Fiscalía y a la CNB. Hasta ahora, se ha realizado la toma de muestras de ADN “para, en caso de ser necesario, realizar la identificación”. Y les proporcionó a las autoridades federales toda la información que ha logrado obtener en estos meses.
Pero reconoce que tiene pocas expectativas.
“Están rebasados. Esto de los desaparecidos tendría que ser motivo para poner a todos a buscarlos, y no estar pensando en su imagen o su propio proyecto. Caray, que una persona desaparezca nos daña a todos. Y es mentira que solo desaparezcan los delincuentes, que es parte del discurso que yo no espero de este gobierno. Es una situación de alerta, por alguna razón hemos dejado que siga creciendo, y si no se detiene un día es mi hermano y otro día es el tuyo y el de todos”.
Quería ser exploradora y conocer el mundo, pero conoció el periodismo y prefirió tratar de entender a las sociedades humanas. Dirigió seis años la Red de Periodistas de a Pie, y fundó Pie de Página, un medio digital que busca cambiar la narrativa del terror instalada en la prensa mexicana. Siempre tiene más dudas que respuestas.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona