Ni sencillas, ni inseguras: una alternativa para atravesar la violencia de género

6 diciembre, 2025

En el marco del 25N y los 16 días de activismo por la erradicación de la violencia contra las mujeres, la organización feminista Balance A.C., a través de su programa Libera, impartió el programa de formación Ni sencillas, ni inseguras a mujeres emprendedoras que se sustentan a través de economías comunitarias, para construir una red de acompañantes en casos de violencia de género

Texto y fotos: Andrea Amaya

CIUDAD DE MÉXICO.- En esta primera generación de la formación ‘Ni sencillas, ni inseguras’, 30 mujeres emprendedoras de la periferia del municipio de Nezahualcóyotl y la alcaldía Tláhuac participaron en la capacitación para acompañar a víctimas de violencia de género e incorporar esta labor dentro de sus propios proyectos de economía alternativa.

El objetivo de este programa es impulsar estrategias alternativas que permitan a mujeres y disidencias poner fin a relaciones o espacios violentos, para reconstruir sus proyectos de vida y generar redes de cuidado que las acuerpen y les permitan reparar lo que ha sido dañado por la violencia.

Luz María León, colaboradora del programa Libera de Balance A.C., explica que la organización feminista identificó que las mujeres que se dedican a las economías alternativas son quienes se relacionan directamente con víctimas de violencia de género:

“Identificamos que ellas, las vendedoras, las mujeres que venden por catálogo, que trabajan en estéticas, que venden ropa, etc., son quienes están en contacto diario con estos casos de violencia. Entonces, en su cotidiano surgen conversaciones en las que se dan cuenta de que están atravesando una situación de violencia, y nosotras, con herramientas y recursos, quisimos fortalecer sus conocimientos de acompañamiento”.

Alternativas para atravesar situaciones de violencia

Luz María León asegura que desde Balance A.C. se buscó demostrar que desde la colectividad existen opciones para superar situaciones de violencia:

“Desde Balance quisimos visibilizar que las redes de apoyo y la colectividad pueden potenciar estas alternativas para atravesar situaciones de violencia. Alternativas tanto en la parte del acompañamiento, pero también alternativas como esta parte económica, que también muchas veces hace que mujeres no salgan de situaciones de violencia porque no hay esa independencia económica”.

Samantha, habitante del municipio de Nezahualcóyotl, fue una de las mujeres que participaron en esta formación. Su interés surgió debido a que, aparte de tener dos proyectos de economía comunitaria, es maestra y está en constante contacto con alumnas, madres de familia y compañeras de trabajo:

«Como maestra, vemos que nuestras alumnas luego están pasando por ciertos momentos que son violentos, o también las propias compañeras de trabajo, o a veces inclusive hasta las madres de familia; pues ahí como que vemos algunos signos, pero de repente una no sabe qué hacer».

El bazar: visibilizando las violencias económicas

Este proceso de formación consistió en tres manuales: uno de reparación autónoma, otro sobre acompañamiento y otro sobre la ruta judicial, para que las participantes tuvieran elementos al momento de acompañar a una mujer que está viviendo violencia. Y culminó con un bazar en Casa de las Sábilas, en el municipio de Nezahualcóyotl.

En este espacio de encuentro comunitario, 15 emprendedoras pudieron visibilizar sus proyectos y fomentar la independencia económica, factor crucial en la prevención de la violencia de género.

“El hecho de que ellas también estén ahí vendiendo sus productos y que otras mujeres lleguen y las conozcan, permite un proceso de inspiración y de redes en el que ellas vean que hay otras posibilidades. Y eso —pensamos este bazar en este contexto— también para visibilizar estos modelos de acompañamiento que están poniendo en el centro la autonomía y las decisiones de las mujeres, que no solo se trata de salir de la situación de violencia, sino también la posibilidad de reconstruir la vida y de reconstruirla desde el cuidado”, señala Luz María León.

Y finalizó:

“La importancia de estas economías alternativas radica en que ofrecen a las mujeres la oportunidad de empoderarse económicamente sin sacrificar otros aspectos de su vida, como la maternidad o el cuidado. Quienes asisten al bazar no solo compran un producto, sino que están apoyando un proyecto de vida, en el que las emprendedoras invierten un montón de afecto y cuidado”.

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