31 agosto, 2022
En entrevista, Elisa Loncon Antileo, académica mapuche y primera presidenta de la Convención que redactó la nueva Constitución de Chile, confía que nuevamente mujeres y jóvenes salgan a votar el próximo domingo y empujen la victoria del «Apruebo», para dejar atrás la Constitución establecida en la dictadura de Augusto Pinochet
Texto y fotos: Iván Cadin / @ivankdin
PARÍS, FRANCIA.- A escasos días del 4 de septiembre, fecha en que el pueblo chileno deberá Aprobar o Rechazar el proyecto de nueva Constitución que busca reemplazar a la heredada por la dictadura militar de Augusto Pinochet, Elisa Loncon Antileo, la mujer mapuche que ejerció como primera presidenta de la Convención Constitucional que se encargó de redactarla, hizo una visita exprés a Francia. Pie de Página platicó con ella sobre la nueva Constitución y la campaña de desinformación que experimenta, sobre el significado del triunfo de un eventual rechazo, entre otros temas.
—A diferencia de momentos anteriores, como el plebiscito por una nueva Constitución o la elección de los constituyentes, momentos muy definidos por un notable mandato de cambio político, ahora, a pocos días de que cierre la campaña del Apruebo o Rechazo de la propuesta constituyente, las posiciones conservadores ganaron terreno según ciertas encuestas. ¿Tiene usted esta misma lectura?
—Yo creo que no podemos hablar todavía de eso porque siempre los resultados de las encuestas son muy manipulados y existe una cantidad de gente que no está registrada (en las listas electorales), entonces, todavía es muy ambiguo, hay que esperar la fecha-, responde Loncon, quien es también académica lingüista y activista por los derechos de los pueblos indígenas.- Yo espero que la gente ratifique su mandato. Ha habido mucha manipulación, mucha mentira. La gente menos informada ha sido la más vulnerable. Sin embargo, el grueso de la población de Chile sabe cuáles son sus derechos, es inteligente y va a tomar la decisión. Por lo tanto, el mandato popular de cambio no creo haya menguado. Lo que ha menguado es la clase política, que el momento del estallido tenía una posición más cercana al pueblo, pero ahora están intentando mantener su poder. Ellos sí que han entrado a cambiar sus decisiones y sus posturas.
Loncon estuvo en Francia tres días para dar dos pláticas en el festival Actuar, por lo vivido en la ciudad de Arles, al sur del país. La primera sobre la exposición fotográfica “Bosques Geométricos, luchas en territorio Mapuche”, que habla de la lucha que en la Wallmapu, los territorios mapuches, se libra ante la voracidad de la industria forestal (y sus derivados) y por la defensa de los bosques de la zona. En la otra plática, bajo el lema “Organicémonos”, la exconstituyente habló de la forma de hacer política de manera horizontal y paritaria junto al sociólogo y politólogo francés Edgar Morin. Fue en esta plática abierta al público donde defendió, por ejemplo, la eliminación del Senado, que es una de las varias propuestas de la nueva Constitución: “Se hizo así porque finalmente el Senado se transformó en una élite casta. Allí se repetían los mismos apellidos y las mismas familias. Fue por eso que ellos no hicieron las modificaciones que se tenían que hacer en materia de derechos sociales”, refiriéndose a las varias veces que propuestas sociales de ley fueron detenidas en el Congreso chileno.
De vuelta en París, para prácticamente sólo preparar su vuelo de regreso a Chile, Elisa pudo abrir un compás de dos horas para platicar con la comunidad chilena residente en la ciudad, quienes organizaron un evento relámpago en pro del “Apruebo”. Con las maletas de viaje a un lado, Elisa aprovechó el momento para reivindicar la fuerza democrática y paritaria de la Constitución que ella y 154 constituyentes más lograron terminar en tiempo y forma hace unos meses y que está por ser votada.
La propuesta de Constitución, nos explica, define a Chile como “un estado social, democrático, de derechos, plurinacional, intercultural, regional y ecológico. Hay que ganar el 4 de septiembre porque es nuestro tiempo. Ya se van a cumplir 50 años del inicio de la dictadura, por lo que el pueblo de Chile no puede seguir sacrificándose, necesitamos convivencia democrática saludable basada en el derecho y la dignidad de las personas y del cuidado de la naturaleza.”
“Están todos los ojos puestos en Chile porque nuestro país se puso de acuerdo para redactar una nueva Constitución, redactada en democracia, que tiene el consenso de todos y de todas, incluyéndonos a los pueblos indígenas. No es cierto que no tenga consenso, como dice la clase política. Es una nueva Constitución profundamente humana, que garantiza nuestros derechos como personas interdependientes, no más el concepto del individualismo. E interdependientes, también, de la naturaleza. Es una Constitución que amplía la democracia, ya no es solamente la democracia representativa sino la participativa y la comunitaria de los pueblos. La sociedad va a poder proponer leyes para el futuro. (…) Está instalada la igualdad sustantiva, con mecanismos que lo permiten. Por eso se ha instalado la paridad: todos los órganos políticos del Estado van a ser paritarios, las mujeres vamos a representar 50 por ciento del brazo político de la organización del Estado.”
—¿Ve alguna similitud entre este plebiscito y el de 1988 (cuando se le preguntó a la población chilena si querían o no que Pinochet permaneciera en el poder), en cuanto a la posición de los medios?
—Es lo mismo, es lo mismo. Igual que en el plebiscito de 1988 se dicen las mismas mentiras que hoy día. Antes se diabolizaba y metía miedo con “los comunistas”, ahora la diferencia es que se habla “de los indígenas”, se les pone como la parte negra de la historia. Siempre la oligarquía y la gente que ha vivido en el privilegio ha manipulado la información. Hacen su trabajo, hacen su juego. Pero la gente también aprende, nosotros ya sabemos que esto con ellos siempre es así.
Nacida hace 59 años en la ciudad de Traiguén, al sur de Chile, Elisa Loncon no renegó jamás de sus raíces indígenas, en este caso, el pueblo mapuche (“gente de la tierra”, en mapudungun, la lengua mapuche).
—Esta idea prejuiciosa que han buscado instalar de que los pueblos indígenas, los históricamente relegados, hoy serán los más privilegiados y que controlarán la vida pública chilena, ¿qué te dice del racismo y clasismo que se refleja en Chile?
—Nosotros, los pueblos indígenas, en diez años más vamos a ser los mismos, los mismos pueblos con los mismos sueños, con la misma dignidad, con la misma labor de que queremos recuperar la tierra, queremos ofrendar la tierra, queremos recuperar nuestras ceremonias, recuperar nuestros pensamientos, recuperar nuestras filosofías, educar a nuestra gente en el pensamiento nuestro. Y todo esto no es un privilegio, eso es la dignidad de los pueblos. Todo lo demás es parte de la ignorancia. El sistema chileno siempre fue muy monocultural. Y bueno, por el otro lado está la maniobra política en contra del derecho de la otra persona. Y eso es nefasto, eso es poco ético.
Elisa abunda más en este tema: “(En la onstitución) se reconocen las existentes naciones originarias, preexistentes, y se colocó el principio de plurinacionalidad. Después de 140 años el estado de Chile se piensa con los pueblos indígenas, no sin excluirlos. En la propuesta de Constitución se instalaron los derechos colectivos, ya reconocidos y ya firmados en tratados internacionales por gobiernos anteriores. No es un invento. Es lo que los tratados internacionales exigen al país, con algunas actualizaciones como reconocer derecho a las tierras, territorio y recursos, autonomía y libre determinación, reconocimiento de las culturas y de las lenguas y la convivencia pacífica y democrática entre los pueblos. La oposición siempre ha instalado que nosotros somos violentos y no es verdad, porque los pueblos llegamos a la Convención a un diálogo político y democrático para conquistar nuestros derechos y eso es lo que aparece en nuestra Constitución.”
Vestida a la usanza mapuche, con el riguroso küpam negro y sobre él un ükülla verde, Elisa hablaba con la comunidad chilena sobre la Constitución y sobre política aunque en momentos la plática se iba a los recuerdos cuando se encontraba con chilenas que habían crecido en la misma comunidad de Traiguén. Los chaway que adornaban sus orejas y el característico trapelakucha sobre el pecho, brillaban intermitentemente con el reflejo de los fuertes rayos del sol del verano.
—Que gane el “Rechazo” sería una bocanada de aire para el reagrupamiento de la derecha en Chile, que ha buscado por todos los medios bajarle la intensidad transformadora a la nueva constituyente…
—Los de la derecha tuvieron 30 años (para hacer los cambios que hoy dicen estar comprometidos a hacer) y no lo hicieron. Nosotros no le creemos a la derecha, porque defienden sus intereses y privilegios. De hecho ya lo han expresado, ya lo han dicho, ya han hablado de marginar, de sacar la paridad, de sacar la plurinacionalidad. En el eventual caso de que la gente vote rechazo se pierde. Se le da el sartén por el mango al rechazo, a los que no quieren ver ni hacer el cambio, a los conservadores. Lo que hoy en día es constitucional (en la propuesta) se plebiscitó, lo demás nada es constitucional.
—Un “Apruebo» de 70 por ciento es muy diferente a un Apruebo de 53 por ciento, por ejemplo.
—El “Apruebo” no va a ganar con el 80 por ciento, porque está la obra que ha hecho la derecha y la clase política. A mí me gustaría que estuviéramos sobre el 60 por ciento.
—Si sale menos de 60 por ciento muchos le criticarán su falta de amplitud.
—Así es la democracia y habrá que trabajar para avanzar, pero igual es ganar.
“Tenemos una Constitución para el siglo XXI, la de Pinochet no sirve para la sociedad chilena actual.
La derecha ha instalado en el Rechazo las mentiras: que les van a quitar la casa, por ejemplo, y no, hay dos normas, el derecho a la propiedad y la norma de vivienda digna, que mandata que cuando el Estado haga viviendas, haga viviendas dignas”.
—Los partidos de izquierda que respaldan al presidente Boric han acordado hacer algunos ajustes a la Constitución en el caso de ser aprobada, dado que tiene algunos puntos que pueden ser “mejorados”. ¿Cómo ve estos señalamientos?
—La Constitución es una hoja de ruta que tuvimos que construir con dos tercios, y lo logramos. Las normas que no alcanzaron los dos tercios no quedaron. Pero esta nueva constitución abre una serie de mecanismos participativos para instalar nuevos temas. Así es que esta propuesta de cambios es saludable para la democracia. Hay una base a todo nivel en materia de género, en materia de pueblos indígenas, de naturaleza, de derechos sociales. Así que tenemos una base a partir de donde instalar nuestra nueva convivencia democrática, pacífica, con dignidad, y ciertos puntos se pueden mejorar.
—Hace un momento comentaste que finalmente la derecha hace su trabajo, pues es su función ideológica, ¿pero qué pasa con estos sectores de la izquierda, como los de la ex Concertación (clase política que se define en la socialdemocracia) o los grupos de la “izquierda verdadera” que, directa o indirectamente, apoyan al Rechazo, cuando se supondría deberían estar en el mismo espectro de los que apoyan “Apruebo”?
“Lo que pasa es que ahí hay un problema, donde gente de la Concerta o de la Nueva Mayoría se acostumbraron al poder y al privilegio de ser de la clase política. Ya lo hacen por su interés. Y los sectores de la izquierda radical a veces terminan juntándose con la derecha. (…) Yo creo que no hay que perderse en el camino porque los seres humanos nos necesitamos, los seres humanos necesitamos establecer acuerdos de convivencia, es la base de nuestra humanidad. Entonces, en este contexto no se puede aventurar un proceso que ha costado tantos años de instalar. Yo estoy por la vía política, porque de otra manera no vemos salida. Se ha experimentado ya mucho.”
—Entre la primera y segunda vuelta presidencial en Chile, los jóvenes y las mujeres hicieron la diferencia y marcaron el rumbo. ¿Crees que para este plebiscito de salida lo volverán a hacer?
—Los jóvenes y las mujeres lo harán. Lo siento, por experiencia. Soy académica, profesora en la Universidad de Santiago y lo percibo. Igual donde converso, en Chile como aquí en Francia. Que las mujeres se alcen y tomen decisiones políticas.
Elisa Loncon vivió en México varios años. En este país estudió una maestría en lingüística en la Universidad Autónoma Metropolitana campus Iztapalapa y trabajó como asesora de la Coordinación General de Educación Intercultural Bilingüe de la Secretaría de Educación Pública. Conoce el país.
“Quiero mandarles muchos saludos a mis amigos interculturales mexicanos, que sabemos que siempre hay esperanza para los pueblos y naciones originarias. Siempre estoy en contacto con ellos. Hay un pueblo rico y diverso. Hay mucho trabajo que hacer de manera conjunta, sobre todo en materia de fortalecimiento de las lenguas indígenas. Es la década de las lenguas indígenas (la Asamblea General de las Naciones Unidas ha proclamado 2022 a 2032 como la Década Internacional de las Lenguas Indígenas), así que yo creo que por ahí nos vamos a encontrar.”
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