A nueve años del levantamiento de Cherán, la comunidad realiza un proceso de construcción de autonomía. Una generación más joven pregunta, participa en los cambios y propone pensamientos críticos al interior. Mujeres de fuego potencia las voces de las mujeres que lideraron este levantamiento armado, a quienes se les cruzó en el cuerpo la tristeza, la impotencia y el coraje. ¿Qué significa autonomía? ¿Libertad? ¿Territorio? Aquí, la palabra de Coral, mujer p’urhépecha que participa en la Ronda Comunitaria de Cherán
Entrevista: Daniela Flores y Heriberto Paredes
Transcripción: Emilia Bautista / Las Vanders
Fotos: Heriberto Paredes
Hoy entré a las 7:00 de la noche y salgo a las 7 de la mañana, mañana, se acostumbra una a la desvelada. Llevo 7 meses en la Ronda Comunitaria. Ayer trabajé de día, entré a las 7:00 de la mañana y salí a las 7:00 de la noche y descansé toda la noche, y hoy todo el día. Trabajamos toda la noche y ya mañana salimos en la mañana.
Somos 20 personas por turno. Hay que ir a los reportes, como de que andaban borrachos y ya están peleando, que andan agrediendo a los vecinos…
Al grupo del compañero de Cuervo le toca hoy el recorrido, el martes que entremos en la mañana le toca estar en Eje 1 y otro grupo va en el recorrido. Eje 1, es en la carretera, en la entrada, hay que estar ahí cuidando, revisando los carros; recorrido es el que anda en el pueblo, se puede mover por todo el pueblo, y a los compañeros que nos toca en algún eje, no nos podemos mover de ahí. Están Eje 1, eje 2 y eje 3, que son puntos de entrada, hay que estar cuidando de día y de noche.
Cuando me toca estar en los Ejes, mi labor es estar ahí revisando los carros, preguntándoles a dónde van. Hay veces que está tranquilo, hay veces que no, que hay reportes y hay que ir. A mí cuando me tocan reportes es porque hay que detener a mujeres o ver qué pasó con una mujer; cuando hay reportes de señores o muchachos que se están agrediendo no voy, a los que se llevan son a los compañeros, a mí nada más cuando son mujeres. Cuando le toca recorrido al grupo donde estoy, pues ando con ellos. Nosotros no entramos a cuestiones del bosque, los guardabosques son los que se encargan, a menos que pidan apoyo. No hay días específicos de descanso, es como nos toque, como se vaya rolando. Al principio sentía pesadas las desveladas, pero ya uno se va a acostumbrando.
Soy coral, tengo 39 años y hace 7 meses entré a trabajar a la Ronda Comunitaria de Cherán. Para mí es un orgullo estar dentro de la Ronda. Como mujer es un reto, para mí, estar dentro de la Ronda Comunitaria, pero también me siento orgulloso de estar porque no es fácil estar en esta clase de trabajos. Y creo que menos aquí porque es peligroso, es peligroso, para mí como mujer.
Desde hace mucho tiempo, desde que mis abuelos vivían, se acostumbraba la Ronda Comunitaria que hacía recorridos en el pueblo, aparte de la policía municipal. Se formaban grupos de los barrios y daban su ronda, que es, por ejemplo, dar recorridos y andar cuidando los barrios. Eso se quitó y ya después eran puros policías. Con todo esto del movimiento, la gente decía que antes estábamos más seguros, porque nos cuidábamos más, porque había más seguridad, de ahí se empezó a renovar el que se formara la Ronda Comunitaria y quitar a los policías porque son corruptos y la ronda no.
Antes de que yo entrara a trabajar, miraba las cosas diferentes, pero ahora que estoy dentro sí hay una diferencia entre la Ronda Comunitaria y los policías, sobre todo que no hay corrupción. Ahorita hay unos recorridos que se les llama ronda voluntaria, donde la gente de los barrios se organizan y se forman un grupo y anda dando su recorrido como antes. La Ronda Comunitaria es para estar cuidando las barricadas, andar en recorrido, ir a los reportes.
Yo no puedo afirmar, no estoy segura, yo nomás he escuchado comentarios de que los policías estaban involucrados con gente mala, a mí no me consta porque yo nunca me acerqué a eso, yo nomás iba al centro a mi mandado, nunca tuve interés en estar en la administración, ni en los policías.
Se decía que había mucha corrupción, a mí no me consta y ahorita yo veo que en la Ronda sí hay diferencia porque anteriormente los policías trataban muy mal a la gente, los golpeaban. De hecho, en la administración anterior, cuando estaba el presidente municipal, se decía que los policías eran corruptos.
En una fiesta, los policías llegaron y detuvieron a un joven de la fiesta, del baile se lo llevaron a la cárcel. Decía la familia que no entendían por qué lo habían levantado, por qué se lo habían llevado a la cárcel. El muchacho se cayó de la patrulla, policías lo que hicieron fue abandonarlo. De allí la gente se empezó a molestar porque un policía no debe de hacer eso. Yo lo que veo ahorita es que hay reportes de que hay un borrachito tirado o que se están peleando, lo que hace la Ronda, si lo conocen, van y lo llevan a su casa. O ‘saben qué muchachos, ya recójanse, ya va a pasar el recorrido y para que no se los lleven a 300 –la cárcel– mejor ya recójanse o muévanse’, y ya.
No es como anteriormente que llegaban y los agredían. Eran policías de fuera que venían a trabajar aquí y ellos son los que hacían un desastre con la gente de aquí, y había quejas. Ahorita ya no, ahorita somos todos originarios de aquí, en la Ronda no hay gente de fuera de estas comunidades. Anteriormente los policías eran de fuera. Ahorita la gente le tiene más confianza a la Ronda, se sienten más seguros, si andan fuera de noche, ‘¿a dónde van?, ¿qué andan haciendo?’; se les da raite a donde vayan, o ‘¿saben qué Ronda? Ocupamos esto, ¿nos pueden ayudar en esto?; ‘tenemos un enfermo, necesitamos que nos lleven al hospital o cosas así’. Anteriormente, con los policías, ya nadie salía en las noches porque decían que andaban metiéndose a las casas a robar, trataban mal a la gente.
Yo me siento segura aquí en Cherán y puedo salir fuera sin que me de miedo, no pasa de que me encuentre a la Ronda y me pregunten qué ando haciendo. Siempre nos tienen que preguntar, ‘¿para dónde vas?’, y pues ya uno dice voy a hacer esto o voy para allá.
Yo estoy al tanto de todo lo que pasaba desde el inicio del movimiento. Yo salí de la fogata 15, me nombraron a mí para estar representando la fogata en la nueva administración de nuestra forma de gobierno. Entonces yo estuve representando a la fogata 15, de ahí pues me eligieron y estuve trabajando en la administración pasada y estuve al tanto de todo lo que está pasando, desde el inicio, no al 100% porque yo no iba a los operativos cuando subían al cerro, cómo estuvo todo al principio, pero sí estaba un poco al tanto.
Desde ahí ya tenía ganas de entrar a la Ronda porque con ella y con las barricadas, estamos más seguros en Cherán. Ahorita nos fijamos qué gente entra al pueblo, qué gente sale, a qué hora entran, a qué hora salen, estamos al tanto de todo. Y porque estamos más seguros así, podemos andar a la hora que queramos sin que nadie nos diga nada, sin que nadie nos falta el respeto. Ahorita escuchamos cómo está todo el movimiento en otras comunidades, que a esta hora la gente ya no anda afuera, la gente ya está encerrada adentro, ya no pueden salir y aquí no. Aquí estamos a gusto, tranquilos, eso es lo que digo, que mi familia está durmiendo bien a gusto, están tranquilos, y por eso a mí me llamaba la atención, desde que se empezó todo esto, entrar a la Ronda.
Pero ahorita digo que sí es difícil estar aquí.
Para mí como mujer es bien difícil, porque, no sé cómo sea en otras comunidades, ni cómo sea en las ciudades, pero aquí, por ejemplo, yo soy madre soltera, entonces para mí es un reto estar aquí porque para la gente, aquí nos juzgan, aquí dicen muchas cosas, muchas críticas, ‘ella es esto’, ‘ella no sé qué’. Por eso digo que estar aquí es un reto. Hay mujeres que sí lo entienden, pero también hay mujeres que me juzgan, que porque este es un trabajo de hombres, que por qué estoy aquí.
Pero gracias a que estamos aquí la gente está tranquila, está descansando. Son tantas cosas que a veces no se le dice a la gente, si las mujeres supieran lo que pasa, a la mejor lo entenderían. Pero hay muchas mujeres que entre nosotras nos juzgamos, nos criticamos, nos ponemos trabas, a veces ni siquiera son los hombres, si no somos nosotras mismas como mujeres. Y pues para mí es un reto estar aquí, porque digo, sí se puede. Sí se puede estar trabajando en un trabajo que es de hombres. Sí se puede.
Sólo somos 6 mujeres en la Ronda. Nos llevamos bien sobre todo cuando hay que trabajar, cuando hay mucho trabajo pues ahí es donde yo veo que sí, que sí nos apoyamos entre nosotras, porque estando aquí uno entiende todo esto. Es bien diferente estar afuera que estar adentro. La primera vez que me tocó estar una fiesta del pueblo, que toda la gente se pone en la plaza, en el baile, y nos tocó apoyar. Yo al principio estaba como con miedo, yo nunca anduve en una fiesta así, entre los borrachos, que andar deteniendo a la gente.
Eso pues fue algo nuevo. La primera fiesta, dije, ‘pues a ver cómo me va’, porque en una fiesta así toman mucho, se emborrachan y andan familias. Y a veces, cuando ya se andan peleando, las mujeres entran ahí, y se enojan, y que ‘no se lo lleven’, y es un jaloneo. Y yo sí decía, ‘pues a ver cómo me va, yo nunca he andado en eso y por eso a ver cómo me va’. Y sí, anduvimos ahí, en ese momento no sentí miedo. No sé, yo estaba ahí bien valiente, hasta yo me sorprendí. Si yo no soy así, era para que ya anduviera corriendo a esconderme, pero no, ese día dije, ‘con lo que salga, ahí vamos’. Y sí, con las compañeras, pues ‘véngase, vamos para allá’ o ‘vamos allá a ver cómo nos toca’.
Todo empezó en la mañana, empezaron a tronar cuetes, las campanas, y todos nos preguntábamos qué pasa, porqué, qué es, eso lo veíamos en las películas nada más. Cuando ya era más que la campana que no paraba, era que algo estaba pasando, la gente salía, todos salíamos a ver qué pasaba, ‘¡bueno, pero qué pasa! No, pues quién sabe’. Después dijeron que ya están deteniendo los carros, allá en el Calvario. Y yo dije, ‘pues yo no voy a air a ver, quién sabe qué está pasando pero yo no voy a ir a ver’. Entré, al poco rato volví a salir y la gente estaba fuera. Sin saber unos ni qué pasaba, si decían que estaban deteniendo carros, pero nadie iba a ver, nada más iban hombres, mujeres no íbamos. Al poco rato se empezó a escuchar una balacera, así como en las películas.
Después dicen que ya entraron los policías y que iban a rescatar a no sé quién, porque ya habían detenido a los carros con madera. Hubo una balacera, ahí cayó un compañero de aquí de Cherán, lo hirieron. La gente, ahora sí molesta, furiosa, que porqué estaban cortando madera y luego aparte un caído, pues no, eso no es justo. Después, ahí en el Calvario se miraba nada más el humo, luego otro barrio, otro humo, ‘¿qué pasa? Pues que ya llevaron un carro para allá’. La gente corría, se ponía sus pañuelos y ahí iba con machetes, con palos, con piedras, y andaban corriendo para allá y para acá. Así anduvimos todo el día. En la tardecita empezaron a hablar de cierre de calles, porque ya iban a venir los tala montes porque los tienen allá en el Calvario.
Empezaron a tapar las calles, a tirar piedras, lo que hubiera, el chiste es que no pasara ningún carro. Estuvieron así casi todo el día. En la noche, eran como las 2:00 de la mañana cuando empezaron las campanas otra vez a sonar, y cuetes y cuetes y cuetes, entonces, cuando yo me levanté a esa hora, me asomé para fuera desde arriba, y vi que unos vecinos estaban haciendo lumbre ahí y en la otra esquina otros, y en la otra, y acá y allá, en las 4 partes. Me salí: ‘buenas noches, buenas noches, ¿por qué no salieron?’. Y yo, ‘¿qué pasa?’. Ahí empezaron otra vez las campanas. Y todos para adentro, nomás oí que decían, ‘¡que ya vienen! ¡que ya vienen!’.
En un momentito ya no estaba nadien afuera, pero nunca llegaba nadie. ‘Que ya vienen, ¿pero quién viene?’ Esa era la pregunta. ¡Y cómo corríamos! ¡Y cómo nos asustábamos! Y nunca venía nadie. Al poco rato volvemos a salir. ‘¿Y quién viene? Quién sabe’; nomás era el temor y allí estuvimos. Luego, como no había una manera de informar, por decir, un radio, sino, ya para esas horas, ya había una comisión que andaba avisando, ‘está pasando esto y así es, inviten a la demás gente’.
Era más el temor, pero también al otro día ya éramos muchos los que estábamos en esto. Todos. De las 4 partes, salían y se iban a una esquina. Éramos muchos y todos estábamos a esta hora. Niños, adultos, de todo, ahí estábamos en la fogata. Pues con miedo porque no sabíamos qué pasaba. Entonces, decían los que andaban avisando, que iba a haber reunión en la escuela, y yo dije, ‘yo voy a ir a las reuniones para ver qué está pasando, por qué todo esto’. De ahí fue que me empezó a llamar la atención ir a ver qué pasaba. Ahí fue que nos dieron la información, íbamos varios de la fogata. De ahí, empezaron a decir que propuestas, vamos a llevar las propuestas a la reunión, de todas las fogatas, éramos como 60 y tantas fogatas en un barrio, ¡en un barrio!
De ahí ir a las reuniones, que ya no dejaron trabajar al presidente municipal, que ya empezó esta nueva forma de gobierno y nosotros igual seguimos con las fogatas, que cada fogata va a tener un representante. Todos salimos de la fogata. De ahí salió la Ronda, ora sí que los voluntarios valientes que iban a ir enfrentarse a los malos. Esta barricada estaba más arriba. Nos tocaba por barrios, de parte de la gente de las fogatas que iba a cuidar las barricadas, salió la Ronda Comunitaria, los valientes, los que iban a ir al cerro. Y pues órale, ‘ustedes primero y nosotros después’. De ahí dijeron que la Ronda Comunitaria. Se escogieron, ora sí, valientes, yo digo valientes porque todo lo que han pasado ellos pues no ha sido nada fácil. De ahí salieron de los 4 barrios, ya son muy pocos los que quedan desde que inició, la mayoría somos nuevos. Todo lo que yo miré, mis respetos para la ronda.
Yo hacía un comentario ayer sobre el evento que va a haber de aniversario, porque dijeron que va a haber desfile, ¿por qué hacer eso? ¿por qué no hacen una misa? ¿qué ya no se acuerdan de los caídos? ¿qué ya no se acuerdan de todo eso? Para mí, yo diría que acordarnos de ellos nada más, guardarles respeto, porque ellos sí son los que dieron la vida. Mis respetos. Yo sí diría que nada más fuera una misa, un momento de silencio en su memoria y no hacer tanto circo. Yo no estoy de acuerdo. Si no es nada más de estar de foto y foto, no, hay que acordarse de todo lo que pasamos. Pero no todos pensamos igual.
No ha sido fácil todo esto, hay muchas comunidades que han querido levantarse, pero yo digo que no es fácil, no es fácil todo lo que hemos pasado. ¿Qué más puedo decir? La Ronda es Cherán, es Cherán porque gente de fuera ha venido a ver cómo se organiza la Ronda, cómo está funcionado, quieren que les digan a las demás comunidades cómo hacerle para levantarse o para tener seguridad. Ha venido muchísima gente, pero como que no les funciona, no sé porqué. Mis respetos, pero todo esto no es fácil, es bien difícil, pero no es imposible. Porque queriendo sí se puede, sobre todo buscar a la gente de bien y no gente que sea corrupta.
Para mí las fogatas son un centro de reunión, de convivencia, porque de ahí salió todo. Porque cuando nos poníamos ahí, todos nos animábamos alrededor de la fogata y platicábamos ahí cómo nos gustaría estar, cómo sentirnos seguros y de ahí salió todo. De ahí llevábamos a las reuniones y de las reuniones llevábamos a las fogatas. Porque a lo mejor, anteriormente, antes de que se empezara todo el movimiento, tenemos vecinos que nos vemos a diario, y ni siquiera un buenos días. Ni siquiera un cómo estás, cómo amanecistes, nada.
A partir de entonces, en esas fechas, ya para la segunda semana, la comida se estaba acabando y como eran muchos los que hacían la comida para toda la gente que salía, porque ya no trabajan, porque la comida se estaba acabando, ¿y qué hacíamos? Alguien decía, ‘pues yo tengo esto’, ‘pues yo tengo aquello’, ‘pues vamos a hacer esto’, ‘yo tengo una cazuela’, ‘yo tengo platos’.
Y de ahí salía todo, cuando la comida se estaba acabando. Ora sí que nos conocimos bien, cómo somos, convivimos, reímos y también lloramos. Cuando decían, una vez, una mañana, por este cerro de donde bajaban madera, decían, me acuerdo que ese día tocaron las campanas también en la mañana y decían nada más que fueran los hombres, las mujeres nos quedamos ahí, pues agarren lo que sea, porque armas no había, machetes, piedras, eso era con lo que se venían a arriesgar. Ese día dice un señor que había bajado de la otra fogata de arriba, le dice a uno que estaba ahí, un señor grande, le dice, no le digas a nadie, pero ya hay muertos. Y yo sentí tan feo, ‘¿quiénes?’, ‘pues son dos, pero no le digas a nadie, vamos a ver si es cierto’. Después se corrió la voz de que ‘ya mataron a dos’. La gente lloraba, las señoras, todos, aunque no sabíamos bien.
Los que fallecieron esa vez, yo no los conocía bien, veces de vista, pero no saludarlos. Todos nos quedamos así nada más ese día. Yo por eso digo que yo no sé porqué hacen tanto circo, si recordar esos momentos es bien difícil, porque todos nos quedamos así nada más cuando dijeron que ya había muertos. Fue bien difícil y todos lloraban sin saber quién era. Ese día en la tarde, cuando los habían bajado, yo, de pura casualidad había venido al centro, miré cómo traían los ataúdes y cómo lloraba la gente. Por eso digo que hacer tanta cosa y después de todo lo que pasamos. A esos dos yo no los conocía bien, pero cuando escuché que ellos habían muerto, me sentí bien mal, todos lloraban.
Les diría que sí se puede salir adelante. El querer es poder. Es difícil, pero sí se puede. Nada más es cuestión de que se organicen y de que le echen ganas y que no quebranten. Pero yo no le deseo a nadie, en ninguna comunidad, todo lo que vivimos. Y eso se los va a decir cualquiera que sea de Cherán, porque la pasamos duro. La gente ya no venía de otras comunidades a vender. Ya nadie quería venir para acá porque según éramos malos, pero no somos malos, lo que hicimos fue defender nuestro territorio.
Por más que uno sea bien inocente, que no quiera problemas, llega el momento en que dices ya basta.Y ahora lo mismo digo, ahorita que estoy dentro de la Ronda, lo que salga. Ahora sí como dice el dicho, vale más morir de frente que morir arrodillado, en eso estoy de acuerdo. Estamos conscientes de lo que estamos haciendo aquí. Conscientes de lo que pasa y de lo que va a pasar. Yo lo único que digo a todas las mujeres es que sí se puede. Sí podemos. Yo sí pude, estoy pudiendo. Y eso que según yo era una mujer bien cobarde, bien chillona, bien tímida, pero no soy así y ahora lo estoy viendo, ahora que estoy aquí, no soy así. Y si yo pude, pues muchas vamos a poder. Y muchas vamos a defender lo nuestro, nuestro territorio.
Todos sabemos lo que pasó, todos los que tienen ya consciencia, todos sabemos. Y lo mismo que estoy diciendo yo, cualquier niño lo va a decir. Los niños se daban cuenta. A veces cuando decían ‘ya vienen’, y gritaban y era como si iban a llegar a matarnos a todos parejo, niños, niñas, gente mayor, parejos, todos estábamos conscientes de eso. Los niños y niñas, los que vieron lo que pasó, todos saben lo que tienen que hacer cuando estén grandes, sin que les estemos diciendo. Mucha de la gente de otras comunidades decía, antes de que empezara, ‘¿pero a Cherán qué le pasa? ¿no que a Cherán nadie le dice nada?’. Hay cosas que yo no sabía de antes, y ahora, cuando salimos, todos dicen, ‘mis respetos para Cherán’. Mis respetos a las mujeres, porque sabemos que una mujer fue la que empezó todo. Cualquiera le va a decir qué pasó. Para nosotros es un orgullo, no es fácil, pero es un orgullo. Y lo mismo le puedo decir a las comunidades y a las mujeres, que sí se puede. Sí se puede.
Mujeres de fuego
Yo digo que soy valiente porque a veces las mujeres, yo supongo que todas, tenemos un poco más de carácter y a la vez somos más valientes, como más impulsivas, y yo pienso que todas somos iguales, todas somos así. Entonces, si los hombres no pueden, si les agarra el miedo, pues ahí es donde entramos nosotras. Eso fue lo que pasó aquí. Y yo creo que somos así, todas somos así. Todas somos mujeres de fuego. Todas, no nada más aquí, todas somos así.
No todas podemos hacer lo que nosotras queramos, a lo mejor yo soy rebelde, soy la que no entiende por estar aquí, pero yo me siento orgullosa de estar aquí y sé que al estar aquí mi familia está descansando, están tranquilos. Todas las mujeres somos valientes, es como le digo, si yo que me consideraba una mujer cobarde, tímida, puedo estar aquí, pues todas podemos estar aquí.
Fotógrafo y periodista independiente residente en México con conexiones en Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Cuba, Brasil, Haití y Estados Unidos.
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