Sería absurdo que el partido que fundó AMLO “para regenerar la vida pública de México” terminara aliado del PVEM, que durante 30 años ha usurpado la causa ecologista y ha hecho de la burla a la ley su principal ‘modus operandi’
Tw: @chamanesco
El pragmatismo no siempre es buen consejero en política. Ganar a como dé lugar, supeditar los principios de largo aliento a cambio de una ventaja electoral cortoplacista son errores cometidos por los partidos que dominaron la escena política nacional en las últimas décadas.
PRI y PAN fueron iguales en ésas y otras prácticas y, si algo ilusionó de Morena y de Andrés Manuel López Obrador en 2018, fue la expectativa de un cambio político profundo, la posibilidad de que el fin no justifique cualquier medio.
Traicionar ese mandato de sus 30.1 millones de votantes podría ser el error histórico de Morena en las elecciones de 2021, en caso de concretar su coalición con el Partido Verde Ecologista de México.
El partido fundado por Jorge González Torres, heredado al Niño Verde, es el partido de la “Telebancada”, de las “Juanitas”, de las multas por más de mil millones de pesos por conductas violatorias de la ley; el partido que defiende la pena de muerte y que compra conciencias con dinero transportado en maletas Louis Vuitton.
Es el mismo partido que se alió con Elba Esther Gordillo, con Tomás Yarrington, con César Duarte, Javier Duarte, Roberto Borge, Andrés Granier, Rodrigo Medina, Roberto Sandoval… El partido que estuvo a punto de perder su registro en 2016 por sus constantes atropellos a la ley; el partido más multado en la historia del IFE-INE.
Ese “partido canalla” –como le llamó en su momento Jorge Alcocer V.– no debería ser el compañero de viaje de Morena en las elecciones de 2021.
Pero podría serlo.
Foxistas en el 2000, madracistas en 2003 y 2006, peñistas en 2012 y 2015, aliados de José Antonio Meade en 2018, los verdes se volvieron lopezobradoristas en el primer minuto de la 64 legislatura, cuando le cedieron cinco diputados a Morena para llegar a 254 curules.
Gracias a esos cinco diputados “kiwi” (verdes por dentro y morenos por fuera), Morena pudo presidir los dos órganos de gobierno de la Cámara: la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política.
Mario Delgado, artífice de aquel acuerdo en su papel de coordinador parlamentario de Morena, hoy encabeza las negociaciones para coaligar al partido que dirige con el PT –y quizás con el PVEM–, de cara a los comicios locales del próximo año y, probablemente, para una coalición total o parcial en la elección de diputados federales.
El PT es su aliado tradicional; en cambio, el PVEM ha resultado ser un inesperado pero útil aliado de la 4T en las Cámaras del Congreso.
El ex gobernador de Chapas, Manuel Velasco, ha sido el artífice de esos acuerdos en el Senado, donde incluso la bancada coordinada por Ricardo Monreal acaba de entregar la presidencia de la Mesa Directiva al ex pvemista chiapaneco Eduardo Ramírez Aguilar.
En San Lázaro, los votos del PVEM han estado al servicio del oficialismo en todos los temas salvo uno: la reducción del financiamiento público a los partidos políticos, una de las pocas prioridades legislativas que López Obrador no ha podido sacar adelante en su sexenio.
En los estados, las alianzas Morena-PVEM se pusieron a prueba ya en las elecciones de 2019 en Baja California y Puebla, donde los verdes acompañaron los triunfos de Jaime Bonilla y Miguel Barbosa.
Ahora, Mario Delgado busca reeditarlas en algunos de los 15 estados donde se renovarán las gubernaturas en 2021.
Pero la zanahoria que ofrece el PVEM para concretarlas bien podría ser una manzana envenenada: se trata de su precandidato para los comicios de San Luis Potosí. Un político desprestigiado a nivel nacional, pero con gran arrastre local.
Se llama Ricardo Gallardo Cardona, ex alcalde de Soledad de Graciano Sánchez (zona conurbada potosina); miembro de una familia con influencia política en el estado y fundador de un grupo denominado “La Gallardía”.
Su padre, Ricardo Gallardo Juárez, fue edil de Soledad antes de él y, después, presidente municipal de San Luis.
En 2015, cuando Gallardo Cardona dejó la presidencia municipal para buscar la gubernatura, fue acusado de lavado de dinero y permaneció casi un año en prisión.
Protegido por una corriente perredista, Gallardo fue electo diputado federal en 2018, pero meses después se declaró independiente por diferencias con la dirigencia nacional del PRD, que le exigía votar en contra de los proyectos lopezobradoristas.
A Gallardo y “La Gallardía” se les investiga tanto en la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda como en la Unidad Técnica de Fiscalización del INE, por irregularidades en el manejo de recursos públicos.
A pesar de ello, puntea en las encuestas de preferencias electorales de San Luis Potosí, estado donde PRI y PAN se han turnado la gubernatura en los últimos años.
Los Gallardo podrían tener la llave que abra la puerta de ésa y otras alianzas del PVEM con Morena, donde no todos los dirigentes y no toda la militancia está convencida de aliarse con un partido que combatió a AMLO durante dos décadas.
Será el 23 de diciembre cuando venza el plazo para que los partidos políticos notifiquen al INE su intención de aparecer juntos en la boleta de 2021, ya sea en coalición total (300 distritos), parcial (150 distritos) o flexible (75 distritos).
Esto le da un mes a Mario Delgado para pensar bien las consecuencias de esa alianza.
Por lo pronto, este domingo en su Consejo Nacional ya hubo una moción de censura a la posible alianza en San Luis Potosí.
Citlali Hernández, secretaria general de Morena, ha dicho que hay consenso para no acercar a su partido a un personaje como Gallardo, que cuenta con antecedentes criminales.
Sobre alianzas más amplias con los verdes o con otros partidos, Delgado ha anunciado la instalación de mesas de trabajo en todo el país para definirlas, tanto a nivel local como nacional.
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En noviembre de 2015, Andrés Manuel López Obrador se pronunció a favor de que el Partido Verde fuera castigado en el INE con la pérdida del registro, y argumentó: “son los que hacen el trabajo sucio a favor de la mafia del poder, a favor del PRI o del PAN”.
Sería absurdo que, cinco años después, el partido que fundó AMLO “para regenerar la vida pública de México” terminara aliado del PVEM, un partido que durante casi 30 años ha usurpado la causa ecologista y ha hecho de la burla a las leyes electorales su principal modus operandi.
Periodista desde 1993. Estudió Comunicación en la UNAM y Periodismo en el Máster de El País. Trabajó en Reforma 25 años como reportero y editor de Enfoque y Revista R. Es maestro en la UNAM y la Ibero. Iba a fundar una banda de rock progresivo, pero el periodismo y la política se interpusieron en el camino. Analista político. Subdirector de información en el medio Animal Político.
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