Es incierto el futuro cuando tratamos de dimensionar hasta dónde puede llegar la Inteligencia Artificial, pero es un hecho que ya está generando cambios en nuestras interacciones
Texto: Andi Sarmiento
Mickey 17 es una historia distópica del director Bong Joon-ho, que nos ubica en un futuro en el cual la tecnología ha llegado a otro nivel y al combinarse con el sistema de blanquitud, se desarrolla una nueva meta de colonización: habitar otro planeta. Sin embargo, algo que posibilita este propósito es la existencia de Mickey Barnes, un hombre que por falta de dinero firma un contrato otorgando los derechos de su cuerpo a una empresa que ha elaborado una técnica de clonación; a partir de ahí, Mickey se convierte en el principal conejillo de indias de la ciencia, pues ahora es posible crear otro ser con su mismo cuerpo y mente cada vez que este fallezca.
Con este argumento, la cinta nos abre la puerta a diferentes debates sobre nuestra manera de entender la vida y la muerte, a la vez que sirve como crítica a lo que implica el desarrollo y cómo este puede llegar a desarraigarnos de las emociones y valores que nos diferencian de las propias máquinas.
En múltiples ocasiones se nos ha dicho que lo único que tenemos seguro es la muerte pero, ¿qué pasa cuando no es así? En este caso se nos muestra una realidad en la que la única certeza general humana puede ser exenta, lo cual representa un cambio radical en la cosmovisión común.
La muerte, por un lado, es prueba de que vivimos, ya que son dos variables dependientes la una de la otra. Por otro lado, es el principal propulsor del sentido que cada persona le de a su existencia; hay quien vive para dejar un legado, buscando que sus acciones trasciendan a las futuras generaciones, otros se rigen con tranquilidad por la idea de que independientemente de lo que hagan van a fallecer mientras que hay quienes por esa misma misma consigna sienten gran abrumación, a algunos les motiva la muerte a experimentar y reinventarse al mismo tiempo que a otros les hace mantenerse en su zona de confort. La interpretación que le damos a nuestra vida está fuertemente influenciada por el hecho de que esta en cualquier momento puede terminar.
Pero Mickey no tiene estos cuestionamientos de la manera en que sí lo tenemos el resto de seres humanos. La película es protagonizada por su versión número 17, es decir que ya se ha normalizado que ante cualquier circunstancia por más que le aterre puede siempre tener otra oportunidad.
Igualmente, cada clon representa una parte de sí. Son una disección de las múltiples facetas que puede tener la personalidad de un mismo individuo; a pesar de cada versión ser distinta, todos son Mickey. Tiene la capacidad de analizarse externamente, no es necesaria la misma introspección que podemos requerir nosotros dado que puede vislumbrarse desde afuera, puede entender la diversidad de las caras que lo conforman y que posiblemente muchas estarían reprimidas de no ser por la clonación. Es otra posibilidad de conocerse que lo diferencia del resto.
Por otro lado, la historia sirve como una crítica haciendo analogía a la realidad del sistema de producción y colonización en el que vivimos.
Mickey representa a los cuerpos que son utilizables, a los cuales la blanquitud les ha quitado su valor como persona y más bien les ha tratado como objetos de consumo en distintas formas. En nombre del progreso, Mickey ha sido usado por quienes se encuentran en una posición de poder sobre él, que han logrado su acumulación económica a base de aplastar a los otros.
La cinta muestra un discurso que habla de un avance social, pero este realmente responde únicamente a los intereses de algunos. Este supuesto desarrollo, replica conductas perjudiciales para Mickey, el resto de trabajadores y sobre todo, para las criaturas ya habitantes en el otro planeta; es una modernización que a los únicos que beneficia es a quienes pueden monetizar con ella y tienen la capacidad de utilizarla para imponerse sobre los otros. Se trabaja con una voracidad en la cual una minoría pone el capital sobre las vidas y la dignidad de una mayoría.
Además, se deja de lado el impacto ambiental que conlleva. Se olvidan los códigos morales y los valores con tal de satisfacer las ambiciones de quienes acumulan todo el poder.
Con esto caemos en un debate que hoy en día tiene mucha presencia en nuestras conversaciones, sobre todo con el auge de la Inteligencia Artificial.
El filme nos hace pensar sobre los niveles a los que puede evolucionar la nueva tecnología. Es incierto el futuro cuando tratamos de dimensionar hasta dónde puede llegar, pero es un hecho que ya está generando cambios en nuestras interacciones. Hay que buscar claridad y tener una mirada crítica en torno a los avances científicos, pues debemos analizar no solo a qué aficiones responde sino también qué impacto está teniendo sobre nuestro comportamiento.
Es necesario tener cuidado con que la ciencia no termine por deshumanizarnos, que no absorba nuestra sensibilidad.
A su vez, podemos reflexionar sobre si realmente es la tecnología, que suele rebasar nuestro entendimiento, la que resulta perjudicial en sí o si más bien el problema está en quién la manipula. Podemos culpar a los nuevos inventos sobre múltiples controversias que antes no se presentaban, pero estos no son más que un reflejo del estatus de una comunidad.
Una sociedad violenta fabricará armas así como una autoritaria creará herramientas que impulsen a la gente a dejar de pensar y cuestionar, pero también, una sociedad más consciente y empática abogará por innovaciones que promuevan la sustentabilidad, una ciencia menos agresiva que rescate la diversidad de cosmovisiones.
Tal y como se muestra en la película, la ciencia y el desarrollo no van peleados con la ética, las humanidades ni las emociones sino todo lo contrario, son factores fundamentales para evitar que el progreso sea a costa de la destrucción de los otros. Esto conlleva, inherentemente, descolonizar el método científico y cuestionar la visión occidental de lo que significa el avance de la civilización.
Mickey 17 está disponible en la Cineteca Nacional de las Artes.
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