La mañana de este sábado, una fuerte explosión causada por un tanque de gas ocasionó la muerte de una joven. Doce personas quedaron lesionadas. Además 22 familias se quedaron sin casa. Pasarían esta noche en la calle, cuidando las cosas que lograron rescatar.
Texto y fotos: Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO.- La mañana de este sábado 13 de noviembre se registró una fuerte explosión, al parecer originada por dos tanques de gas en malas condiciones, en la colonia Pensil, alcaldía Miguel Hidalgo.
Una joven perdió la vida, hay 12 personas lesionadas y se habla de por lo menos 22 familias damnificadas que pasarán la noche del sábado en la calle.
Benito Juan Toribio vive en el número 36 de Lago Amner desde hace 6 años, cuando llegó a la ciudad desde el estado de Querétaro. Es comerciante, vende alegrías y palanquetas en las calles de la Ciudad de México. Él narra que la explosión ocurrió cuando él se encontraba terminando de desayunar junto a su familia. “Eran como cuarto pa las 9, salimos, vimos y fuimos a dar el apoyo yo y mis hijos”. El señor Juan indica que ayudaron a retirar los escombros, rescataron a una pareja que se encontraba durmiendo y a un par de perritos.
¿Cómo estás?, pregunta una vecina que al pasar por la calle encuentra a Ricardo sentado en la banqueta junto a su familia. “Mi casa se perdió toda”, responde el joven cabizbajo. La explosión ocurrió en una vivienda situada arriba de la casa de la familia Arizmendi Cruz. Ellos aún dormían, los despertó el estruendo de la explosión, acto seguido el hermano de Ricardo se cayó de la cama y los escombros empezaron a caer. La familia pide ayuda por parte de las autoridades, pues el hogar en el que rentaban desde hace 12 años quedó inhabitable. “La pantalla la habíamos sacado apenas en pagos; y ahora ya nos quedamos endeudados y sin nada”, indica el señor Arizmendi que regresaba de trabajar.
Lourdes Martínez García de 56 años camina sobre las calles cercanas a la explosión que dejó su casa deshecha y a su esposo Juan José de 55 años con quemaduras en el 70 por ciento de su cuerpo. La señora acudió a la zona del derrumbe a intentar rescatar algunas pertenencias, en sus manos carga con una olla, una bolsa de plástico con algunas prendas de un equipo de fútbol y una mochila empolvada. Doña Lourdes intenta quitarse el polvo de la cara mientras dice que se siente muy triste por ver todo destruido. ¿cómo estás? le pregunta otra vecina, triste, muy triste, responde.
Claudia Sheimbaum sigue atendiendo a los vecinos, quienes no podrán ingresar a sus domicilios hasta que se garantice la seguridad y remoción de los escombros.
“Habrá un apoyo de renta mensual hasta que se les reconstruyan sus viviendas”, expresó la jefa de Gobierno.
Pese a que se habilitaron por lo menos dos albergues, las personas afectadas dijeron que no pasarían la noche en ellos por miedo a ser despojados de sus pertenencias. A la sociedad le piden que quien guste, puede apoyarlos con víveres, cobijas y ropa porque son varias las familias que perdieron todo.
Nunca me ha gustado que las historias felices se acaben por eso las preservo con mi cámara, y las historias dolorosas las registro para buscarles una respuesta.
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