México no depende ni dependerá del glifosato para la producción de granos y cereales básicos, informó el Conahcyt. Desde 2020 el presidente ordenó detener la importación de glifosato gradualmente. Hoy el país ya no importa el agrotóxico y su producción agrícola ha aumentado
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO.- El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología, cuenta con evidencia científica contundente de que es posible producir alimentos sin glifosato con mayor productividad y rendimientos que el que otorga el herbicida y las semillas transgénicas, informaron varios de las personas que realizan investigaciones a nombre de esta institución.
Desde 2020 el Gobierno Federal emitió un decreto para prohibir gradualmente el uso de glifosato en el país y mandató a las secretarías de Economía, Agricultura, Salud y al propio Conahcyt a buscar opciones técnicas viables y saludables para sustituir su uso con una fecha límite que se cumplirá este 31 de marzo de 2024.
El decreto y la prohibición de importación del glifosato sigue en vigor, de hecho, en 2023 ya no se importó el herbicida, conocido como “mata todo”, sin embargo, según un censo hecho por Conahcyt, en el país aún existen, en diferentes almacenes, cerca de 4 millones de litros de glifosato, según informó la titular de la dependencia, Elena Álvarez Buylla.
#AlMomento 🔴 Hay evidencia científica contundente de que es posible producir alimentos sin glifosato, aseguran desde el @Conahcyt_Mex
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— Pie de Página (@PdPagina) March 27, 2024
Por la noche del martes, la Secretaría de Agricultura junto con la de Economía, la del Medio Ambiente y la Cofepros, emitieron un comunicado en el que aseguraron que en México se seguiría usando el agrotóxico porque no se habían concretado las condiciones para sustituir su uso en la agricultura mexicana y por tanto, para prevalecer el interés de la seguridad agroalimentaria se debía seguir usando.
En el comunicado, las dependencias señalaron:
«Las acciones previstas en el Decreto aún no concluyen, por lo que el Ejecutivo Federal por conducto de las dependencias que suscribimos determinó continuar en la búsqueda de alguna alternativa de herbicida de amplio espectro y de baja toxicidad que sustituya al glifosato y que permita mantener la productividad de quienes optan por este insumo».
Sin embargo, horas más tarde los funcionarios del Conahcyt, el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, y el subsecretario de Agricultura, Víctor Suárez, mostraron extrañamientos con el comunicado, e incluso afirmaron que se trataba «de una campaña orquestada desde las corporaciones multinacionales que tienen una gran cantidad de recursos económicos para impulsar esa campaña mediática, una judicial y otra de cabildeo ante el Congreso y ante el Ejecutivo Federal que está respaldada desde el exterior”.
Esta campaña tiene aliados al interior del poder Ejecutivo, según dijo el subsecretario de agricultura (aunque no precisó quiénes), y argumenta que la prohibición del glifosato producirá una caída de la producción del 40 por ciento de los cereales y granos básicos; sin embargo, los datos de producción nacional dan cuenta de lo contrario. A pesar de que desde 2020 la importación de glifosato se ha reducido drásticamente, la producción de alimentos ha aumentado en los últimos años.
Hasta el momento, ninguno de los titulares de las dependencias que firmaron el primer comunicado diciendo que el glifosato se seguirá usando en México han rectificado su posición o hecho comentarios al respecto.
Desde 2020 cuando se decretó eliminar el uso de glifosato en el país el Conahcyt, en conjunto con otras dependencias como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales así como la de Bienestar empezaron a trabajar en proyectos para sustituir su uso.
Así desarrollaron 22 faros agroecológicos en diferentes estados de la república que, a través del desarrollo tecnológico de 18 mil productores y tecnólogos en 17 mil hectáreas lograron certificaron 87 planes de manejo agroecológicos que dan mejores resultados que el uso de semillas transgénicas y de glifosato.
Actualmente estos faros agroecológicos han diseminado conocimientos de cultivo amigables con el ambiente y de alta producción en 22 mil 754 escuelas de campo y comunidades de aprendizaje por todo el país en conjunto con los programas Sembrando Vida y Producción para el Bienestar. Ellos son capaces de producir hasta 67.8 millones de litros de bioinsumos líquidos y 350 mil toneladas de bioinsumos sólidos que se podrían ampliar a niveles industriales fácilmente.
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Otro de los mitos esparcidos por las grandes agroindustrias que promueven el uso de organismos genéticamente modificados potenciados por agrotóxicos como el glifosato es que en todo el mundo se usan para aumentar la producción agrícola y que en la mayor parte de los campos del planeta se produce de esa forma.
Para desmentirlo la Procuraduría Agraria llevó a cabo un censo en 32 mil núcleos agrarios del país para retratar la realidad del uso del agrotóxico en el campo mexicano que, gracias a su representatividad tiene un nivel de confianza del 95 por ciento.
Según sus resultados, solo el 44 por ciento de los productores en el país usan glifosato, y su uso no predomina en la agricultura de gran escala, pues solo el 8.7 por ciento de este tipo de productores lo usan, por lo que su prohibición no afectaría a los grandes productores, dijo al respecto el procurador agrario Luis Rafael Hernández Palacios Mirón
En contraste, el 34.1 por ciento de los productores a mediana escala sí usan glifosato, mientras que poco más de la mitad de los pequeños productores lo ocupan (52.5 por ciento). Estos principalmente son ejidatarios y comuneros pobres, que privados de una gran fuerza de trabajo, principalmente por la migración, confían en estos productos milagro para elevar su producción. Los estados en los que más se usan agrotóxicos son también de los más pobres del país: Veracruz, Chiapas, Campeche, Guerrero y Tabasco.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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