Los alimentos elaborados con cultivos fumigados con glifosato suelen contener residuos del herbicida, que las personas consumen a través de su dieta diaria, un factor citado por las autoridades mexicanas en su disputa con Estados Unidos. El presidente Andrés Manuel López Obrador promulgó el decreto para empezar a eliminar el glifosato en 2020
Texto: Carey Gillam y Johnathan Hettinger*
Foto: Cuartoscuro
Después de mantenerse firmes durante más de tres años en sus planes de prohibir el herbicida glifosato a partir del primero de abril, las autoridades mexicanas anunciaron que retrasaban la prohibición.
México mantiene actualmente una disputa comercial con Estados Unidos por su negativa a aceptar el maíz genéticamente modificado (GM), alterado para tolerar la pulverización con glifosato y fabricar toxinas que repelen las plagas, y las autoridades mexicanas han declarado en repetidas ocasiones que consideran tanto el maíz GM como el glifosato una amenaza para la salud de la población mexicana y del medio ambiente.
Sin embargo, menos de una semana antes de que la prohibición entrara en vigor el 1 de abril, las autoridades anunciaron que el uso del glifosato podría continuar hasta que se encontraran otras opciones para el control de las malas hierbas. La medida se tomó en medio de un fuerte cabildeo de poderosas empresas agroquímicas mundiales y la presión de funcionarios comerciales estadounidenses. Del mismo modo, en 2019, Tailandia se retractó de una prohibición prevista del glifosato tras la presión de funcionarios estadounidenses y actores de la industria.
Fernando Bejarano, de la Red de Acción en Plaguicidas de México, dijo que la medida llega tras la presión ejercida por la industria y las autoridades estadounidenses.
El glifosato es el ingrediente activo de la marca de herbicidas Roundup, lanzada hace décadas por Monsanto y ahora propiedad de Bayer, que compró Monsanto en 2018. Monsanto desarrolló maíz, soja, colza y otros cultivos genéticamente modificados para tolerar ser rociados con glifosato, un rasgo que permite a los agricultores rociar el pesticida sobre la parte superior de los cultivos en crecimiento sin matarlos, al tiempo que mata las malas hierbas.
La oposición al glifosato y a los cultivos fumigados con el se ha intensificado a lo largo de los años, sobre todo después de que el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud clasificara el glifosato como probable carcinógeno humano en 2015 basándose en investigaciones científicas publicadas y revisadas por pares.
Los alimentos elaborados con cultivos fumigados con glifosato suelen contener residuos del herbicida, que las personas consumen a través de su dieta diaria, un factor citado por las autoridades mexicanas. El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, promulgó el decreto para empezar a eliminar el glifosato en 2020.
The New Lede ha publicado recientemente un artículo que revela correos electrónicos secretos entre funcionarios estadounidenses y agentes de la industria agroquímica en relación con México y otros países que han intentado prohibir el glifosato u otros pesticidas. Los correos electrónicos muestran hasta qué punto el trabajo de los funcionarios estadounidenses financiados por los contribuyentes está entrelazado con los intereses de las grandes empresas agroquímicas, como Syngenta de China y la alemana Bayer AG. Los correos electrónicos describen cómo la Oficina del Representante de Comercio de EE.UU. (USTR, por sus siglas en inglés), la agencia federal responsable de la política comercial estadounidense, trabaja para beneficiar a las empresas de semillas y productos químicos mientras se encoge de hombros ante las pruebas presentadas por los gobiernos extranjeros de que los productos plantean graves riesgos para la seguridad de su medio ambiente y sus ciudadanos.
Del mismo modo, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas ein inglés) y la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) aparecen en los correos electrónicos ayudando a oponerse a los países que intentan prohibir los pesticidas relacionados con problemas de salud humana y la desaparición de especies cruciales. En las comunicaciones con CropLife America, el brazo de presión de las empresas agroquímicas, un funcionario del gobierno afirma lo mucho que trabaja su oficina para defender los productos de la industria.
Los documentos muestran que, durante años, el gobierno estadounidense ha estado trabajando para influir en Víctor Villalobos, Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México. Villalobos fue uno de los funcionarios que anunciaron el retraso de la prohibición del glifosato. Villalobos, doctor en genética vegetal, era visto como una vía potencial para conseguir que se diera la vuelta a la prohibición del glifosato. Los registros muestran que tanto el Secretario de Agricultura de EE.UU., Tom Vilsack, como la Representante de Comercio de EE.UU., Katherine Tai, mantuvieron conversaciones con Villalobos.
Un memorando informativo de EE.UU. preparado para una reunión en julio de 2021 entre Tai y Villalobos señalaba: «Aproximadamente 40 por ciento de los herbicidas utilizados en México tienen glifosato en sus fórmulas. El Secretario Vilsack y el Secretario Villalobos han discutido la importancia del acceso a los productos que contienen glifosato para los agricultores mexicanos.»
*Este trabajo fue publicado incialmente en The New Lede. Aquí puedes consultar la publicación original.
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