Los agravios son incontables, pero los pueblos están de pie, con su pobreza que los sumieron los gobiernos del PRIAN, pero ahí siguen en resistencia en defensa de sus territorio, su lengua, su sistema normativo y su pensamiento filosófico
Por Kau Sirenio / @kausirenio
La vida en las comunidades indígenas de la montaña de Guerrero no es fácil, la falta de lluvia hace que no haya buena cosecha y la falta de empleo, obliga a los habitantes a migrar lejos de sus comunidades; los que se quedan, es por amor a su tierra, por el apego a la familia o porque no hay de otra.
En las faldas de la montaña de Guerreo, las comunidades indígenas resisten de distintas formas en la montaña ante el embate y el abandono institucional y la constante migración, ahí los pueblos guardan su memoria oral a travez de los Tlamaquetl “el que sabe, los sabios o rezanderos” en este caso para los náhuatl.
Para ellos, mantener vivo los rezos de sus comunidades, representa la dignidad humana de cada na savi, me’phaa, nahua y ñomdaá a pesar de los contrastes en su territorio histórico; ellos, los sabios olvidados por la migración hacia los campos agrícolas y a Estados Unidos son ahora el sostén de la vida comunitaria.
El pensamiento filosófico de los pueblos no es solo literaturas occidentales, sino que la presencia de rituales comunitarias, los sistemas de cargos, los discursos y la oralidad con el más allá del firmamento; sin embargo, son relegados frente a los cambios que enfrenta las comunidades por la llegada de la tecnología.
El pensamiento filosófico de los pueblo resiste gracia a la lengua materna que las madres han heredados a sus hijas e hijos; así como los valores culturales indígenas, que guardan celosamente para no borrarse en la historia.
Los sabios olvidados, herederos vivos de una voz que se extingue por la imposición religiosos paganas: Catolicismo y protestantes ambas saqueó los conocimientos y la medicina tradicional y convirtió a los campesinos indígenas en personas sin identidad y sin tierra.
En los últimos años, la migración ha contribuido a desplazar la lengua materna de los pueblos y comunidades indígenas, pero esto no es tan desastroso como la educación pública que se nos impuso; en mi caso el Estado mexicano me enseñó a negar mi identidad cultural y lingüístico, me enseñó que con tu’un savi no tengo cabida en esta sociedad blanca racista.
La educación que recibir en las escuelas públicas, mis maestros nunca me enseñaron los valores y el pensamiento Ñuu Savi, me obligaron a abrazar conocimiento occidentales, en cuarto y quinto grado sabía de los egipcios, mesopotámicos, chinos y griegos, pero desconocía el origen de mi lengua materna, así como la forma de pensar en los pueblos.
Prácticamente me enseñaron a odiar a mis abuelos, a mis padres, a mis vecinos, a mi comunidad porque ellos hablan una lengua que no es apta para vivir en las ciudades; o sea, la educación me enseñó que el Partido Revolucionario Institucional era el forjador de la patria, pero nunca me dijeron que durante el priato, hubo guerra encarnizada en contra de los pueblos indígenas.
En la montaña de Guerreo hubo pueblo arrasado por las operaciones rastrillo y araña que el Ejército mexicano diseñó para acabar con la base social de la guerrilla de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas, la educación que se impuso también oculto las masacres en Guerrero, Puebla, Morelos, Chiapas y Oaxaca o sea, casi en todo el país se desapareció y se asesinó a la disidencia.
Tampoco me enseñó de como las religiones con su biblia y cruz en la mano despojaron a los pueblos indígenas de sus mejores tierra; a pesar de todo no consiguieron despojar el pensamiento filosófico de los pueblos y continua en resistencia desde las montañas, los ríos, selvas y desierto.
Los agravios son incontables, pero los pueblos están de pie, con su pobreza que los sumieron los gobiernos del PRIAN, pero ahí siguen en resistencia en defensa de sus territorio, su lengua, su sistema normativo y su pensamiento filosófico.
No hacer este ejercicio de memoria es como no tener una identidad cultural y un pasado comunitario.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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