Médicos en Nicaragua ante covid: entre la organización y la amenaza

18 julio, 2020

Foto: Oswaldo Rivas

Médicos en Nicaragua que denunciaron las precarias condiciones laborales para la atención de la emergencia sanitaria fueron despedidos. Exministras de Salud denuncian ante la OMS y OPS la falta de medidas de protección

Texto: Rafael Camacho

Fotos: Oswaldo Rivas y Rafael Camacho.

El 1 de junio más de 700 médicos nicaragüenses agremiados en 34 asociaciones de distintas especialidades firmaron un comunicado conjunto en el que alertaban sobre el colapso en el sistema de salud pública y privada. Denunciaron la saturación en los hospitales, la falta de insumos y los contagios masivos que sufrían los profesionales de la salud encargados a tratar pacientes con covid-19.

“Las condiciones laborales del personal de salud en Nicaragua son muy precarias. No hubo un plan de prevención ni de capacitación tanto para la atención de los pacientes como para la preparación en los equipos de protección individual, hemos oído mencionar que se mandan médicos a las unidades Covid solo con mascarillas de tela, todo eso hace que el nivel de contagios sea bastante elevado” dijo el presidente de la Asociación de Anestesiólogos de Nicaragua, Róger Pasquier en entrevista con Toward Freedom.

“En un momento determinado de la pandemia muchos de los colegas que estaban yendo a trabajar sin los requerimientos necesarios protestaron y firmaron una carta pidiendo que se cumplieran las normativas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS)  y eso lo que ha provocado es que de manera increíble se ha dado una ola de despidos a personal muy calificado y los más perjudicados ante esta situación son los pacientes de escasos recursos que asisten a los hospitales públicos” añadió Pasquier

Pero en la Nicaragua de Daniel Ortega los disidentes no pueden tener voz y los médicos no escapan a esta premisa.

Tan solo tres días después de la publicación de dicha carta, un abogado se presentó en el hospital Roberto Calderón en Managua, Nicaragua, donde trabajaba el médico infectólogo Carlos Quant. Él es miembro fundador del Comité Científico Multidisciplinario (CCM), un grupo conformado por profesionales de la salud con el objetivo de poner al servicio del gobierno y la ciudadanía recomendaciones basadas en evidencias científicas. Quant fue uno de los médicos que firmó la carta.

“Yo estaba laborando cuando llegó un abogado a entregarme una carta de despido, me pidieron la firmará de manera inmediata y me dijeron que tomara mis cosas personales y que me fuera, yo decidí retirarme para evitar una confrontación” explicó Quant en entrevista con Toward Freedom. 

“Es un mensaje también muy claro para para todos, de que si vos te pronuncias en contra del gobierno o de las medidas que están tomando pues puedes no solo ser despedido sino de caer preso” dijo Quant. Durante los días siguientes al despido de Quant otros 16 médicos fueron despedidos de diversos hospitales. 

Según el último reporte antes de la publicación de este artículo con fecha del 7 de julio, el Ministerio de Salud informó que hay 2 mil 846 casos confirmados, 91 defunciones y 1 mil 993 que dieron positivo por covid-19 pero ya se encuentran recuperados.

Foto: Rafael Camacho

Sin embargo El Observatorio Ciudadano Covid 19, una iniciativa independiente conformada por un equipo interdisciplinario en el que participan profesionales de la medicina, comunicación e investigación entre otros, informa que al 8 de junio se han acumulado alrededor de 7 mil 893 personas contagiadas y 2 mil 225  muertes por neumonía o causa sospechosa de covid-19.

No pasa nada

A finales de febrero mientras algunos países ya habían cerrado sus fronteras y las compras de pánico se extendían por gran parte del mundo, en Nicaragua el gobierno continuaba promoviendo el turismo, convocando a actividades multitudinarias en plazas públicas y las actividades deportivas se llevaban a cabo con total normalidad.

Fue hasta el pasado 28 de febrero cuando la Dra Carolina Dávila Murillo, extitular del Ministerio de Salud (MINSA) dio a conocer a través de un escueto comunicado las medidas de atención y prevención ante el coronavirus, en su primer punto el comunicado señala: Nicaragua no ha establecido, ni establecerá, ningún tipo de Cuarentena.

“Vamos a caminar con la fuerza de la fe y la esperanza en todo el país, en oración permanente y solidaridad con todos los pueblos, familias y hermanos en el mundo afectados por el coronavirus”, declaró el pasado 13 de marzo Rosario Murillo, Vicepresidenta y vocera oficial del gobierno al anunciar la caminata “Amor en tiempos del covid-19”

Al día siguiente, portando banderas de Nicaragua y del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), una multitud de funcionarios y simpatizantes del gobierno abarrotó las calles de Managua. Curiosamente los grandes ausentes en esta caminata fueron la Vicepresidenta Rosario Murillo y su esposo Daniel Ortega, Presidente de la República. 

Finalmente el 15 de abril, tras una ausencia de 34 días de la vida pública, Ortega reapareció junto a Rosario Murillo y varios de sus ministros para dirigir un mensaje a la sociedad nicaragüense, el primero desde que el 11 de marzo día en que el Director General de la OMS, Tedros Ghebreyesus, declararla el brote de SARS-COV-2 una pandemia y urgiera a los gobiernos del mundo a actuar de manera agresiva para detener el avance del virus.

En su discurso de un poco más de 30 minutos, el gobernante se dijo “convencido que esta pandemia, este virus que se ha multiplicado por todo el planeta, no hay fuerza alguna que pueda bloquearlo” y aseguró que “esto es una señal de Dios, que nos está diciendo: ustedes van por mal camino”. 

Luego, 15 días más tarde en su segunda aparición pública, Ortega comentó: “si nosotros le decimos a la gente quédate en casa, qué enfermera va a trabajar? ¿Qué médico va a trabajar? ¿Qué policia va a trabajar?” y acusó a la oposición de impulsar la campaña Quédate En Casa con fines políticos: «los que han estado con ese discurso son los mismos que quisieron hundir el país en abril del 2018. Se quieren aprovechar ahora de la epidemia para hundir el país”.

Pero los médicos de primera línea no han sido los únicos en sonar el alarma ante la grave situación que se vive en el país centroamericano. 

En una carta enviada a las autoridades de la OMS y de la OPS cinco ex ministras de Salud entre las que destacan las ex guerrilleras Lea Guido y Dora Maria Tellez, denunciaron que en Nicaragua no se realizaron acciones de prevención y contención ni se estaban llevando a cabo acciones de mitigación para detener el avance del virus. 

“Nos preocupa especialmente el personal de salud que está en la primera línea de atención a quienes enferman de covid-19, ha estado trabajando sin la protección necesaria y suficiente y ha estado siendo obligado, so pena de sanciones severas, a manipular la información sanitaria para negar o disminuir artificialmente el número de casos y de muertes por causa de la pandemia”, según la carta. 

Por su parte el gobierno de Daniel Ortega presentó “El Libro Blanco” un informe que detalla la “estrategia singular de lucha contra el coronavirus” que el gobierno ha adoptado donde menciona que “todos los países del mundo van a tener que combinar la defensa ante el coronavirus con el funcionamiento de la sociedad, tal como Nicaragua y Suecia han hecho desde el principio”. 

Sin embargo en fechas recientes el epidemiólogo sueco Anders Tegnell, encargado de implementar la estrategia del país nórdico ante la pandemia ha declarado que la estrategia adoptada condujo a demasiadas muertes y que “sabiendo exactamente lo que sabemos hoy, creo que nos conformabamos con hacer algo entre lo que hizo Suecia y lo que ha hecho el resto del mundo».

¿Una estrategia singular?

Como respuesta a la omisión del gobierno la gente ha decidido organizarse y poner en marcha acciones colectivas como la auto cuarenta y el distanciamiento social medidas que han sido duramente criticadas por las autoridades clasificándolas como extremas y radicales.

La realización de eventos masivos, el ocultamiento de datos y los despidos de médicos, pone en evidencia que el gobierno ha minimizado la peligrosidad que representa el SARS CoV-2 para un país con un sistema de salud endeble como es el caso de Nicaragua. 

Mientras las cifras de muertes sospechosas por covid-19 continúan aumentando, las funerarias registran ventas récord de ataúdes y cientos de nicaragüenses buscan atención médica en Costa Rica, el gobierno no da muestras de cambiar su estrategia, una estrategia que al parecer ha sido la de abandonar a su pueblo. 

*Rafael Camacho, documentalista y periodista independiente con base en Ciudad de México interesado en zonas de conflicto y defensa del territorio. 

*Este texto fue publicado anteriormente en

https://towardfreedom.org/story/coronavirus-met-with-denial-and-silence-in-nicaragua/ y reproducido con autorización del autor.

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