Este poema forma parte de mi novela Tapizado corazón de orquídeas negras (Tusquets, 2023), es el inicio del manifiesto al que, naturalmente, suscribo. Aprovecho para compartirlo ahora que estaré presentando la novela el próximo 27 de agosto en el Museo del Estanquillo a la 1 pm

Tw: @EvoletAceves

Consumida por el rayo,
expandida bajo el sol
tras levantarme a diario, desnuda
con mis brazos abiertos,
con mis cabellos flotantes
de pronto sacudidos
por vesánicos gritos,
dinamitando
con insultos mi cabellera errante:
“¡travestido, insurrecta,
enfermo, transformista, disfrazado, vestida, pervertido!”

Difamaciones
que se incrustan como clavos
en mi piel desnuda,
que se enredan,
que se enraízan
en mis largos cabellos de amatista.

¿Con qué derecho han de juzgarme
si ningún daño he infringido?

¿Con qué derecho deciden sobre mí
y sobre mi psiquismo?

¿Con qué derecho me despiden de uno, dos,
de un millar de empleos,
pisoteando mis estudios
y mi intachable desempeño
tras pigmentar mis labios,
tras enredarme en perlas, estolas, tacones
y en infinita variedad de medias?

¿Con qué derecho me impiden
la entrada al tocador,
al vestidor de las mujeres,
siendo yo una de ellas?

¿Con qué derecho se me asume pervertido?

¿Con qué derecho una mujer
niega a otra mujer?

¿Con qué derecho me impiden marchar en protestas feministas
si militamos, si somos parte
de la misma lucha?

¿Con qué derecho me ven por la calle
como adefesio andante, sin siquiera saber
que cada paso con zapatillas sobre la acera,
con sus miradas lacerantes —látigos de fuego—
pesa más que el universo entero;
que cada minuto de mi vida
ha sido una lucha —tal vez perdida— contra el mundo
y mis silentes batallas interiores?

Todo mi cuerpo es un lenguaje extranjero
que solamente los pájaros comprenden;
es el lenguaje al salir de prisión,
de una cárcel de penas
de sangrante punición;
por revestirme con damasco, satín y terciopelo,
por sumergirme entre muselinas, encajes y organdíes,
por nadar entre sedas, plumas y velos,
por fusionarme con enaguas, listones y doradas filigranas:
por ataviarme del tulipán en su efímera eclosión,
por ataviarme de libertad
en su más
ígnea ebullición

y aunque los incesantes gritos continúan,
permanezco erguida —como cruz del monte—
con mis brazos extendidos,
mi cabellera, con restos de pólvora hablada,
gritada
y municiones de saliva ponzoñosa,
pero aún cabellera firme:
creciente pasto, cascada de rosas negras,
maleza de azogue, maleza viva.
Mi piel desnuda, adolorida
pero abrazada
por un sol flameante,
des
congelante.

Instagram: @evolet.aceves

Threads: @evolet.aceves

everaceves5@gmail.com