10 agosto, 2021
Sabemos que la primera infancia es crítica en la vida de nuestros hijos e hijas. Hacemos lo mejor que podemos, pero necesitamos ayuda. Es hora de repensar una escuela para padres
Por Aranzazu Alonso Cuevas * / @arantzaalonso / MUxED
Este 2021 desde el Pacto por la Primera Infancia nos lanzamos a la que ha sido nuestra campaña más ambiciosa: la de convencer a los candidatos y candidatas a puestos de elección popular a firmar un ambicioso compromiso público en favor de la niñez temprana. Para hacerlo, necesitábamos una óptica fresca e información que pudiera ser atractiva desde una óptica electoral; así que nos dimos a la tarea de pensar en los papás y mamás como sujetos políticos, ciudadanas y, sobre todo, elector@s.
Así pues, en conjunto con Parametría, diseñamos una encuesta para entender mejor las percepciones, creencias y necesidades de los hombres y mujeres que tienen bajo su cuidado a una niña o niño menor de 6 años. La encuesta se levantó cara a cara en hogares de todo el país entre el 4 y el 14 de abril del año pasado.
Primero quisimos indagar si las y los cuidadores conocían la importancia de los primeros años de vida. Así pues, les preguntamos si sabían que durante los primeros 5 años de vida se formaba el cerebro de las y los niños pequeños, así como las habilidades que les ayudarán a aprender en la escuela, a expresarse, a trabajar, a cuidar su salud y ser felices. El 70% respondió que sí lo sabía.
De igual modo, les preguntamos qué tan importante creían que era su trabajo como papás, mamás o personas cuidadoras para que las niñas y niños bajo su cuidado alcanzar su máximo potencial. El 100% tiene claro que su rol reviste una importancia significativa: el 89% respondió muy importante, y el 11% restante indicó que era importante.
Así pues, una mayoría del 70% declaró conocer la importancia de los primeros años, y la totalidad reconoce que su papel es indispensable para lograr que sus hijos e hijas alcancen su pleno potencial.
Ahora bien, ¿qué necesitan papás, mamás y personas cuidadoras para cumplir con las exigencias de su rol? ¿Cómo convertirnos en agentes promotores del desarrollo de nuestros hijos e hijas? ¿Cómo ayudarles a ser personas plenas, felices, sanas física y mentalmente? Estas preguntas le son familiares a muchos de los que vivimos la aventura de la crianza, pero sus respuestas nos eluden. No obstante, lo importante es reconocer que hay mucho que no sabemos, con la confianza de que lo podemos aprender. Uno de los hallazgos más significativos de esta encuesta es, precisamente, que los padres, madres y cuidadores entrevistados están de acuerdo con ello, y además, identifican qué necesitan apoyo en áreas muy concretas de la crianza.
El 98% de los encuestados está de acuerdo o muy de acuerdo en que “Se puede aprender a ser un buen padre/madre”. Un porcentaje similar aseguró que si supieran estrategias de crianza más positivas las usarían. El 97% indicó que desearía tener más información sobre cómo ser un mejor papá o mamá, y que le hubiera gustado tener más información sobre el desarrollo cerebral de sus hijos cuando eran pequeños. Nos sorprendió, además de lo anterior, descubrir que la mitad de los encuestados declara no estar educando a sus hijos e hijas con las mismas medidas que sus padres hicieron con ellos.
Pregunta: ¿Qué tan de acuerdo o desacuerdo está con cada una de las siguientes frases?
Ahora bien, ¿cuáles son las necesidades o áreas de apoyo que padres y madres enfrentan en su rol de cuidadores? Conforme a la encuesta referida, 70% declara necesitar algo o mucho apoyo para lograr que los niños y niñas menores de 6 años bajo su cuidado alcancen su pleno potencial, 76% para alimentarles correctamente, 74% para protegerles de la violencia, 71% para enseñarles cómo comportarse correctamente, 66% para cuidarles adecuadamente, y 64% para ayudar a que sean felices.
Pregunta: En su opinión, ¿qué tanto siente que necesita consejo o apoyo para (…)?
Solo el 16% de las personas entrevistadas, sin embargo, declara haber acudido a un programa de formación para madres, padres y cuidadores.
Como vemos, la gran mayoría de madres, padres y cuidadores menores (alrededor del 70% en cada caso) reconocen necesitar apoyo en dimensiones específicas de la crianza. No obstante, solo el 16% declara haber participado en algún programa de formación para madres, padres y cuidadoras (es).
De manera adicional, resulta relevante destacar que el 64% de los encuestados declaró que, de manera previa a la pandemia, ninguno de los niños o niñas menores de 6 años bajo su cuidado asistían a alguna estancia, guardería, jardín de niños o centro de educación preescolar antes de la pandemia por covid-19. Esta cifra amerita muchas reflexiones, en particular, un potencial problema de cobertura en términos de educación preescolar. No obstante, en esta ocasión apuntaremos la atención en la oportunidad que esto supone en términos de educación inicial.
Recuperando los hallazgos aquí presentados, sabemos que una gran mayoría de los padres, madres y cuidadores de menores de seis años entrevistados entienden que su rol es importante para que sus hijos e hijas alcancen su pleno potencial y reconocen necesitar apoyo en dimensiones específicas de la crianza. No obstante, sólo una minoría ha participado en algún programa de habilidades parentales. De manera adicional, la gran mayoría de las niñas y niños en este rango de edad no asistía a un centro de desarrollo infantil ni siquiera antes de la pandemia.
Viendo estos resultados a la luz de la reciente reforma al artículo tercero constitucional y la consecuente obligatoriedad de la educación inicial ¿no es momento de pensar en un programa de habilidades parentales que ayude a la gran mayoría de las madres, padres y cuidadores a desarrollar las habilidades que necesitamos para brindar a nuestros hijos e hijas un cuidado cariñoso y sensible? Y ello supone pensar en varias modalidades. Sin duda alguna, la modalidad escolarizada debe seguirse ampliando para apoyar la entrada de las mujeres al mundo laboral. No obstante, existen otras modalidades que son igual de relevantes: las visitas domiciliarias, los modelos comunitarios e incluso modelos virtuales mediante grupos pequeños pueden ayudar de manera significativa a desarrollar en los papás y mamás las habilidades que requieren para cuidar mejor a sus hijos e hijas.
El aprendizaje empieza desde antes del nacimiento, y el primer agente educativo es el cuidador primario. Desarrollar sus competencias es tan relevante como formar a nuestros maestros y maestras. La calidad de los vínculos de apego, las competencias socioemocionales y los saberes del cuidador son esenciales para sentar las bases del aprendizaje, el autocuidado y la autorregulación del niño o niña a lo largo de toda su historia.
Es urgente repensar una escuela para padres/madres que, bajo distintas modalidades, nos ayude a desarrollar las habilidades que requerimos para brindar a nuestros hijos e hijas el cuidado sensible y cariñoso que merecen. Es su derecho y también nuestra obligación.
*La autora es integrante de MuxED. Politóloga y activista en favor de los derechos de la niñez. Representante de Sociedad Civil en el SIPINNA. Fundadora de la Academia Nacional de Evaluadores de México. Coordinadora General del Pacto por la Primera Infancia y mamá de Macarena. Impulsa el diseño e implementación de políticas públicas cocreadas entre niñas, niños, sus familias, la academia, la sociedad civil y el gobierno. Redes sociales: Linkedin: https://www.linkedin.com/in/aranzazualonso/
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