Make America great again, un escupitajo hacia arriba

10 noviembre, 2024

Junto a los resultados de esta elección vienen años oscuros, sobre todo en los estados de derecha, se viene la propagación de un nacionalismo discriminatorio para quienes venimos de Latinoamérica, para quienes hablamos español, una lengua cada día más creciente

Por Évolet Aceves / X: @EvoletAceves

Hace unos meses, en el barrio Washington Heights, al norte de Manhattan, también conocido como Little Dominican Republic, una señora de ascendencia puertorriqueña me platicó que ella definitivamente iba a votar por Trump. Al preguntarle por qué, me dijo simplemente que era obvio: Trump es la mejor opción, sin darme mucho detalle.

No quise ahondar más, la señora llevaba ya más de treinta años viviendo en Nueva York, y parecía más que decidida sobre hacia quién apuntalar su voto.

Escuchando y leyendo las distintas encuestas que se hicieron en Estados Unidos a inmigrantes latinos, se vio una preocupante inclinación de la población latina por el partido republicano, mucha influencia de los Latinos For Trump.

Entre las razones principales por las que la población latina le dio el voto a Donald Trump, fueron dos las que se repitieron más en las encuestas —y en el caso de la primera, no sólo la población latina—: la primera es la economía, el hecho de que durante el periodo previo a Biden había una mayor estabilidad económica y con la crisis inflacionaria que llegó a consecuencia de la pandemia del Covid, Biden fue señalado por la sociedad como incompetente para mantener esa estabilidad financiera en los bolsillos de quienes aquí residen.

Pero la que más sorprende es la segunda razón: los latinos que ya viven en Estados Unidos votaron por Trump en gran medida para que las leyes de inmigración se vuelvan más rígidas, más estrictas con la comunidad latina que quiere cruzar la frontera de México para venir a vivir a los Estados Unidos, al igual que ellos, en busca de una mejor vida que su país no les ofrece. Enterarme de esto fue devastador, hay un sentido sumamente egoísta, desalmado y desconsiderado con sus propios paisanos.

Detrás del telón hay un trasfondo que se relaciona con la asimilación del latino a la imagen idealizada, aspiracionista y blanqueada, de querer alcanzar un estatus superior al cual en sus países de proveniencia difícilmente se puede acceder.

En un efecto bola de nieve que se ha venido ocasionando desde las elecciones antepasadas entre Trump y Biden, el voto latino ya desde entonces iba creciendo a favor del partido republicano, pero en este momento el voto latino alcanzó tal magnitud que llevó a la derrota definitiva a Kamala Harris, representante del partido demócrata, quien veía en Pensilvania la última posibilidad de victoria. La población latina en este estado, de acuerdo a la Universidad de Pensilvania, creció desde 2010 a un 45.8 por ciento de su población total.

El voto latino en los Estados Unidos está conformado en su mayoría por la clase trabajadora, que a su vez viene concatenada con la carencia de educación académica. El jueves 7 de noviembre, Trump anunció a la BBC que comenzaría, tan pronto como ocupe la presidencia de nuevo, los procedimientos para la deportación masiva, haciendo referencia a la comunidad latina como símiles de capos de la droga, y lo peor es que esto lo ve como el flujo natural, el deber ser de Estados Unidos. El voto latino para Trump ha sido un lamentable desatino, un verdadero y desafortunado escupitajo hacia arriba.

Junto a los resultados de esta elección vienen años oscuros. Sobre todo en los estados de derecha, se viene la propagación de un nacionalismo discriminatorio para quienes venimos de Latinoamérica, para quienes hablamos español, una lengua cada día más creciente con más de 40 millones de hispanoparlantes, siendo el español el segundo idioma más hablado en los Estados Unidos.

Instagram: @evoletaceves

everaceves5@gmail.com

Évolet Aceves escribe poesía, cuento, novela, ensayo, crónica y entrevistas a personajes del mundo cultural. Además de escritora, es psicóloga, periodista cultural y fotógrafa. Estudió en México y Polonia. Autora de Tapizado corazón de orquídeas negras (Tusquets, 2023), forma parte de la antología Monstrua (UNAM, 2022). Desde 2022 escribe su columna Jardín de Espejos en Pie de Página. Ha colaborado en revistas, semanarios y suplementos culturales, como: Pie de Página, Nexos, Replicante, La Lengua de Sor Juana, Praxis, El Cultural (La Razón), Este País, entre otros. Fue galardonada en el Certamen de ensayo Jesús Reyes Heroles (Universidad Veracruzana y Revista Praxis, 2021). Ha realizado dos exposiciones fotográficas individuales. Trabajó en Capgemini, Amazon y Microsoft. Actualmente estudia un posgrado en la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, Estados Unidos), donde radica. Esteta y transfeminista.