Maestras y maestros se preparan para enseñar sobre Ayotzinapa en las aulas

9 septiembre, 2023

Foto: Cuartoscuro

Los nuevos libros de  texto de la SEP enseñan sobre muchas cosas, una de ellas: Ayotzinapa. Esta es una entrevista a egresados de la normal, que comparten sus reflexiones sobre cómo se preparan para hablar de esto en clases

Texto: Lydiette Carrión

Foto: Cuartoscuro

HOUSTON, TEXAS. – “Hablemos de ello”, acuerdan algunas maestras y maestros sobre Ayotzinapa. Hablemos a niñas y niños en edad de cursar la primaria alta. Pero, ¿cómo?

El nuevo libro del sistema multigrado de cuarto a sexto grado de primaria, trae entre otros contenidos, algunos párrafos sobre el caso Ayotzinapa.

A diferencia de muchas regiones en las que personas de la comunidad e incluso docentes, proponen no enseñar con los libros de texto propuestos por la Nueva Escuela Mexicana, algunas maestras y maestros consideran que sí hay contenidos interesantes, que los libros, si bien pueden mejorar, son un gran avances, y que son necesarios para la niñez. Hay, reconocen también, un sesgo político, aunque, se cuestionan: ¿acaso antes no lo había también? Pie de Página solicitó el análisis de diversos maestros en activos, egresados de Ayotzinapa de diferentes generaciones. Algunos ven con más simpatía el gobierno de AMLO, otros, no. Pero coinciden en el derecho a la verdad y la justicia.

Una información incompleta

También se encuentra el análisis de Eleuterio Mayo Vargas, quien fuera secretario general de la FECSM, cuando Ayotzinapa tuvo el comité central.

“La información del libro está incompleta, no es imparcial porque protege a todas las instituciones del Estado que están instaladas en Iguala y que rodean la escena del crimen. Y un punto de vista personal: si se aspira a un cambio social en México, entonces se vuelve una necesidad que todos los crímenes que lesionan a su pueblo, queden en la memoria colectiva, y en este caso la educación. También ya quedará de los profesores cuando construyan los proyectos para abordar aborden estos crímenes de Estado, ya que éstos se podrán ver desde distintos ángulos e ideologías. 

“A mi punto de ver, es un crimen de Estado. Nunca se va a saber la verdad.  Ni el presidente […] abre las puertas para que los investigadores internacionales pudieran hacer su trabajo. Pero queda el trabajo áulico en las comunidades, contestando preguntas como:

«¿Están de acuerdo que el Estado mexicano siga cometiendo crímenes?

«¿Te gustaría que este genocidio se repita?

«¿Consideras que debe haber consecuencias ante estos crímenes de lesa humanidad?

La memoria de nuestros 43 hermanos menores

Adán Tlalmanalco Ramírez, egresado de Ayotzinapa de la generación 2001-2005, advierte que la inclusión de los “43 hermanos menores desaparecidos en la nueva propuesta curricular me hace sentir que de alguna manera se está rescatando la memoria histórica de sucesos que han lacerado los derechos humanos del pueblo mexicano, como en este caso emblemático”. 

Y agrega: “A pesar de que actualmente no se ha dado con el paradero de nuestros  43 hermanos menores, que no se ha hecho justicia; que los autores intelectuales y materiales directos de esta agresión en contra del movimiento estudiantil, del movimiento social y en específico de las normales rurales, pues es apenas un guiño de justicia incluir esto tema en la nueva propuesta curricular, en  los materiales específicamente. A pesar de que todos los egresados de las normales seguiremos exigiendo y pugnando por la justicia, consideramos al menos acertado que se retome para la propuesta curricular este tema”. 

«¿Orgulloso? No. Pero sí sorprendido»

Juan Felipe de los Santos es egresado de la generación 1999-2003. Aquella generación que egresó poco antes de la represión sufrida en la normal de Mactumactzá en agosto de 2003. Él resalta el trabajo de las personas que diseñaron la currícula.

“¿Orgulloso?, no. ¿Contento?, tampoco. Mis sentimientos florecen más como un reconocimiento a todos aquellos y aquellas que se atrevieron a diseñar y a integrar en los libros de texto gratuitos para la educación básica, acontecimientos de la historia actual de nuestro país. Pero es de resaltar el título con el que resaltaron el tema: ‘violencia de Estado’. 

«Como egresado de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, y maestro de sexto grado en el actual ciclo escolar,  2023-2024, me satisface que mis alumnos y padres de familia podrán conocer más a fondo sobre este hecho tan lamentable que mancha la historia de nuestro país. A pesar de que no se ha dado con el paradero de nuestros 43 hermanos, y las inconsistencias del caso, resalto que se menciona en el texto, la intervención de las autoridades de todos los niveles para entorpecer las investigaciones. Y como docente agregaría lo siguiente que a pesar no de tenerse una verdad histórica, se descartó por completo una mentira histórica”. Una  “que fraguó el gobierno en turno para tapar a una mierda de funcionarios. ¿Orgulloso?, no. ¿Contento?, tampoco. Sorprendido, sí. Lo reconozco también”. 

Reivindicar a Lucio, sin convertirlo en moneda de cambio

Eduardo Sánchez es egresado de Ayotzinapa. Nunca se fue de la región, vive cerca de la normal, cerca de Tixtla. Ha visto ir y venir innumerables generaciones.

“Siempre he sostenido que desde nivel básico se debe impulsar la enseñanza de los derechos humanos, así en cualquier condición de vulnerabilidad tendríamos un defensor de derechos en cada ciudadano”, advierte, al ser interrogado sobre los libros de educación básica que retoman el caso Ayotzinapa.

Pero tiene otras objeciones. Por ejemplo, “estamos a favor de reconocer a Lucio Cabañas pero no a que su nombre se coloque con letras de oro en el Congreso del Estado por ejemplo”. Advierte: eso iría en contra de los ideales del propio Lucio.

Los libros de texto: ocasión de guerras políticas

Desde otro punto del país,  Lésther Geovani Pérez da su opinión. Él es profesor de primaria designado en Michoacán, y orgulloso hijo de Ayotzinapa. Desde su perspectiva, que en Michoacán será raro si alguien se opone a los libros de manera frontal, como sí ha ocurrido en otros estados o regiones, por la simple razón de que gobierna Morena.

“Si hubiera una palabra con respecto a cómo me siento respecto a los libros, es que me siento identificado. Siento que el caso de nuestros hermanos de alma mater debe ser visibilizado por los libros de texto. Recuerdo que en libros anteriores se mencionaba la lucha de Lucio Cabañas o Genaro Vázquez, pero, si le daban dos párrafos, era mucho». Sin embargo matiza, no todo está ganado:

«Ahora bien, estos libros abordan [Ayotzinapa] de manera general, no tiene un contenido específico”.

Advierte:

“Me hubiera gustado que abarcara más aspectos. Sobre todo que no sólo narcotraficantes y policías municipales mataron a 3 y desaparecieron a 43. Hay más actores, sobre todo políticos y fuerzas castrenses que no son mencionadas. Entiendo que se es políticamente correcto con estos libros, y pues, en solo dos párrafos, siento que no se aborda la problemática, y hasta donde los he leído, no se mencionan los avances avances ni el compromiso  por saber dónde están nuestros hermanos”.

En Michoacán, explica, sí se aceptaron los libros, pero no han llegado todos. Los faltantes son los libros multigrado de «México, grandeza y diversidad» (que aborda Ayotzinapa) y «Un libro sin recetas para la maestra y el maestro» (que además menciona a Lucio, Genaro y Othón). Algunos muestran su extrañeza respecto a que tampoco se han repartido en la Ciudad de México.

Lo que comenta el maestro Lesther Pérez da pistas sobre todo lo que se pelea detrás de los libros de texto. Otro profesor, esta vez, de educación media superior, en la zona aguacatera, tiene otra lectura. Él, si bien no es normalista rural, sí ha tenido mucha cercanía al movimiento normalista rural desde hace años. Al estar en una zona compleja por la gravedad del narcotráfico, omitimos su nombre:

“Hay como un cierto cuidado porque están los ojos, en este región cristera, el catolicismo está muy fuerte. Hay mucho cuidado de la sección XVIII, quieren hablar de Ayotzinapa, pero con mucho cuidado. Un hecho histórico, sí, para niños. Pero con pincitas, para que no haya bronca”.

El tema político es observado también desde Guerrero:

“Una oportunidad para demostrar de qué estamos hechos”

Anuar Nacif, también egresado, centra su crítica al desprestigio que partidos políticos contrarios al gobierno actual hicieron contra los contenidos durante agosto. Esta campaña, advierte, se realizó justo durante el periodo vacacional, cuando las y los profesores estaban de vacaciones. Ahí aprovecharon para hacer propaganda en contra de los libros. Anuar recalca que antes del periodo, la actitud de los padres de familia era distinta en torno a los libros. Pero cambió radicalmente. 

“Estamos molestos por el uso electorero político que le dio la parte que está en contra del gobierno actual”, ataja.

Sin embargo, algo que sigue muy vigente es la satisfacción de ver reivindicado el magisterio en los libros de texto. «Los normalistas aprovechan para reivindicar el magisterio. Un magisterio que ha sido muy maltratado mediáticamente. Es una oportunidad, pues, de  “demostrar de qué estamos hechos”. 

El maestro Anuar advierte que si bien el normalismo rural  no se encuentra únicamente en comunidades rurales, sigue en pie sus fundamentos.  

“Tenemos en claro esa parte que nos enseñó Lucio Cabañas y otros egresados del pasado: además de la parte pedagógica, trabajamos la parte social, la parte política. Y lo hacemos incluso en las zonas urbanas: organizando a nuestros padres, y teniendo sensibilidad por los problemas que rodean a nuestras escuelas”.

  Destaca en particular el libro Sin recetas, dedicado a los profesores. No se trata de materiales para la infancia, sino para docentes. Advierte que precisamente ese libro le da un lugar al magisterio. «Por años nos lo han negado». Recupera, por ejemplo, a Othón Salazar, normalista que viene precisamente del sur del país. El libro, advierte, reconoce el trabajo que el magisterio han realizado. «[El libro] nos dice: ‘no estás tan mal. No estás tan mal. Y si vos te estás reconociendo, pues adelante,  puedes seguir’”. 

Por eso advierte, “recibimos con gusto esta propuesta y la vamos a seguir defendiendo”. 

También desde Guerrero, Agustín Solano, otro egresado de Ayotzinapa observa lo que pasa a nivel telesecundaria. Esta es la modalidad educativa, una de muchas carencias y complejidades en la sierra. Él advierte:

“En el caso de Telesecundaria, y en la medida de lo posible, son aceptables. Es necesario aplicarlos, pero que también los docentes traten de proponer alternativas y evitar una simple reproducción de las ideas y contenidos de los libros”. El problema que él ve es la dificultad de modificar la información, el entorno, en tan pocos meses.  En otras palabras, se requiere de un esfuerzo para modificar los contenidos y adaptarlo a las necesidades de estos grupos.

Y es ahí donde se están preparando. Algunos y algunas maestras están proponiendo hacer mesas de análisis, talleres, sobre cómo enseñar a las niñas y niños sobre estos hechos. Cómo hacerlo de acuerdo a su edad. Porque, advierten, se trata sí, de enseñar, y de cuidar el interés superior de las y los niños mexicanos.

La nota del NYT

En este mismo periodo, el diario estadounidense New York Times publicó una nota en la que refiere haber tenido acceso a miles de mensajes que criminales y miembros de la policía y el ejército intercambiaron la noche del 26 de septiembre de 2014, en Iguala. La nota advierte que esta información fue recabada por la DEA (la agencia estadounidense de combate contra las drogas), pero que no habría entregado esta información al gobierno de México, por “falta de confianza”. Algunas fuentes consultadas al respecto aseguran que esto no sería verdad, que esa información ya estaba en manos de la FGR desde meses atrás y formaría parte de las investigaciones.

Lydiette Carrión Soy periodista. Si no lo fuera,me gustaría recorrer bosques reales e imaginarios. Me interesan las historias que cambian a quien las vive y a quien las lee. Autora de “La fosa de agua” (debate 2018).