Madres de víctimas de feminicidio reclaman a la UNAM actos de memoria para la no repetición y la reparación hacia las familias. Acusan que la Universidad hace caso omiso a sus demandas, aunque les prometió que las atendería

Texto y fotos: Andrea Amaya

CIUDAD DE MÉXICO.- En 2019, Verónica Soto fue asesinada. En ese año, ella ya había terminado la licenciatura en Enfermería y Obstetricia en la UNAM con el 100 % de sus créditos. Se encontraba haciendo su servicio social.

Tras su feminicidio su madre, Andrea Soto, comenzó dos batallas: una en las Fiscalías, y otra en la UNAM.

La batalla se ha extendido por más de 5 años, y en el caso de la Universidad es muy simple: exige que le den el titulo de su hija.

La UNAM, sin embargo, no ha querido hacerlo. Por eso, en una protesta frente a la torre de rectoría, Andrea Soto, acompañada de integrantes de la colectiva las Siemprevivas, así como de familiares y amigos de Vero, y madres de otras víctimas de desaparición y feminicidio que pertenecían a la comunidad universitaria, denunciaron que a pesar de las exigencias en sus casos, la UNAM sigue sin escucharlas.

El caso de Vero

De acuerdo con la señora Andrea, su hija ya no regresó a casa después del 1 de noviembre de 2019. Ese día, Vero acudió a cumplir su servicio social en el Hospital Militar de Especialidades de la Mujer y Neonatología. Salió, y después fue a casa de una compañera de la carrera porque iban a ir a una fiesta de Halloween en Naucalpan, Estado de México.

“Al siguiente día la encontraron en un terreno baldío sin vida, desde ese momento mi propósito es luchar por la memoria, verdad y justicia”, narra Andrea Soto.

Mientras Andrea estaba en el funeral de su hija, la directora de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia, Rosa Amarilis Zárate, se presentó para darle un sobre con dinero. Ahí mismo se comprometió a entregarle el título postmortem, y le aseguró que el departamento jurídico de la Escuela estaría en disposición de apoyarla.

Pero todo fue mentira.

La Universidad no se hace responsable

Confiada en la palabra de la directora, Andrea Soto acudió a la Escuela Nacional de Enfermería para solicitar el apoyo jurídico que le habían ofrecido. Al llegar, le negaron el acompañamiento, pero la directora le ofreció otro sobre con dinero. Le dijo que lo tomara como una beca para su hija:

“Me indignó el comentario, porque cuando ella estaba viva y estudiaba en la UNAM jamás le otorgaron una beca. Mi hija tenía buenas calificaciones y un nivel económico limitado y nunca la becaron”, dice enojada.

Además de esto, la madre de Vero acusa que la directora, Rosa Amarilis Zárate, quería realizar una ceremonia pública con fines políticos.

“La directora organizó una ceremonia, y una amiga de Vero iba a participar con un discurso, pero le prohibieron que exigiera justicia por su muerte a las autoridades de la UNAM”.

La ceremonia parecía un objetivo central para la dirección de la Escuela de Enfermería, pues aunque la madre de Vero dijo que no se sentía preparada emocionalmente para participar en esta ceremonia, le dijeron que la harían de todos modos, aún sin su presencia.

Al final, la ceremonia fue cancelada, y de las promesas de la directora ninguna se ha hecho realidad.

Ahora, las autoridades de la UNAM le ofrecen entregar a la madre de Verónica sólo un diploma, y no el título, como habían prometido.

Ante esto, los familiares de Vero pidieron apoyo a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México para que intervinieran en esta petición:

“El maestro Ulises Lara me hizo el favor de intervenir, e hizo la petición desde la  Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas. Después de unos meses recibí una llamada del  Departamento Jurídico de la Facultad de Enfermería y Obstetricia, específicamente del  Licenciado Edgar Bautista. Me dijo que, por órdenes del abogado general, se había hecho un diploma  para Vero que mencionaba su buen desempeño y que era postmortem”.

De nuevo, la UNAM se negaba a darle el título.

Dignificar la memoria de las víctimas

A partir de esta situación, Andrea Soto cuestionó a las autoridades de la UNAM, ya que el abogado general sólo quería entregarle un diploma con el argumento de que su hija no había concluido con las horas del servicio social y no había realizado el trámite de titulación:

«Ya está muerta, ¿cómo lo iba a hacer?», cuestiona la madre de Vero, y exige a la UNAM que reconozca el esfuerzo y dedicación de su hija para dignificar su memoria y para no normalizar estas violencias feminicidas: 

“Reparar los daños de la violencia es una de las tareas más apremiantes que como sociedad  debemos emprender sin más dilaciones. La familia de Veronica Soto Hernández exigimos: Una reunión, a la brevedad, con el Abogado General de la UNAM para exponer de  manera personal mi solicitud de la expedición pronta y una entrega digna del título de  mi hija Veronica”. 

Todo esto lo expresaron en la torre de rectoría, y de nuevo, una comisión la recibió con su petición. Sin embargo, su caso no es aislado, pues como a Verónica, la UNAM le niega el título a otra víctimas de feminicidio y desaparición.

No es un caso aislado

Durante este acto de exigencia pública para honrar la memoria de Verónica Soto Hernández y exigir su título universitario, se unieron madres de otras víctimas que acompañaron y acuerparon a la familia de Vero:

“Exigimos este título porque nuestras hijas se esfuerzan por estar aquí, ponen todo de su parte para obtener un título a pesar de las adversidades. Le exigimos al señor rector que ponga todo de su parte para que su madre reciba ese título”.

Uno de estos casos es el de Mariela Vanessa Díaz Valverde, estudiante de la Facultad de Filosofía, quien el año pasado recibió una disculpa pública del antiguo rector, Enrique Graue. Ese día, recuerda su hermana, Gabriela Díaz, la rectoría se comprometió a darle el título de Mariela. Ya pasó un año, y no ha pasado nada.

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“Es muy difícil que, a pesar de ver tantas exigencias, las omisiones continúan y las palabras que se han dicho públicamente no se han visto reflejadas en acciones”.

La madre de Campíra Lissandra se une a este reclamo. Su hija es víctima de feminicidio, y estudió Veterinaria en la UNAM. Ella, como las otras madres, exigió a las autoridades de la UNAM que se dejen de burocracias:

“Es mucho el desgaste de nosotros como familias que buscan justicia y ustedes están muy tranquilos sin resolver nada”, cuestionó.

Esta madre se unió a la búsqueda de la entrega del título de Vero como acto de memoria:

“Vero terminó sus créditos, se ganó ese título. Le exigimos que entreguen a su mamá ese título”.