¿Luchar por una diferencia cultural o por la igualdad en lo nacional?

25 septiembre, 2024

Por Luciana Oliver Barragán

El pasado 18 de septiembre del 2024, se discutió en la cámara de diputados el dictamen que reforma el artículo segundo constitucional en materia de pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas. El martes 24 de septiembre, la discusión pasó a la Cámara de Senadores durante su sesión vespertina.

A pesar de no haber sido bienvenida antes en la estructura institucional, en esta coyuntura fue aprobada, en la Cámara de Diputados, por unanimidad: con 492 votos a favor, 0 en contra y 0 abstenciones. Y entre los y las Senadoras la aprobación fue de: 127 votos a favor, 0 en contra y 0 abstenciones. Históricamente, lograr una reforma de este alcance ha sido motivo de lucha para los diversos pueblos indígenas y las comunidades afromexicanas.

En la sesión del 18 de septiembre, no pasó desapercibido el debate que surgió a raíz de la participación del diputado Gildardo Pérez Gabino, de Movimiento Ciudadano –quien llegó a su cargo a través de acciones afirmativas, planteadas para candidatos y candidatas indígenas, afromexicanas, con discapacidades, de la diversidad sexual y migrantes– en su caso, la acción afirmativa que le llevó a registrarse como candidato fue la de «personas afromexicanas».

El discurso del diputado fue parte de los diversos turnos concedidos a los grupos parlamentarios para fijar su postura; en él, después de leer la definición constitucional que se le da a las personas afromexicanas, mencionó: «Ustedes, esta mayoría, quiere llevar a la constitución que soy diferente, sólo por mi color» y a continuación, concluyó: «Se tiene que quitar este prefijo afromexicano; si nací en México, mis padres nacieron en México, mis abuelos nacieron en México, mis tatarabuelos nacieron en México, soy mexicano. Nada más mexicano, no afromexicano. Simplemente y llanamente mexicano. Se tiene que descolonizar la constitución; no pueden ustedes traer sus prefijos y sus complejos racistas, clasistas, de querernos diferenciar».

Las posturas del diputado generaron un intenso e interesante debate entre participantes del movimiento afromexicano sobre la autoadscripción, que dicho movimiento viene discutiendo desde el 2011 cuando, en Charco Redondo, Oaxaca, se llevó a cabo una reunión en la que las principales organizaciones de la Costa Chica adoptaron, a través de un consenso explícito, la autodenominación como afromexicanos.

Para entender con mayor profundidad el contexto del debate, suscitado en la Cámara de Diputados, entrevistamos a Celeste Sánchez –activista y exsenadora afromexicana por la Ciudad de México (Morena) que inició su carrera en movimientos sociales desde hace más de diez años y hoy es directora ejecutiva de la Asociación Civil Afrodescendencias en México Investigación e Incidencia.–

Al preguntarle sobre la organización del movimiento afromexicano, en torno a la reforma del artículo segundo constitucional, Celeste afirma su importancia:

«La verdad es que se habla muy poco acerca de que, pues, esta reforma obviamente va a incidir y va afectar la vida de los pueblos y comunidades afromexicanas”.

“Antes de que en 2019 se diera el reconocimiento a la población afro a nivel federal, ya se había buscado en varias ocasiones, en varias legislaturas, el reconocimiento, pero siempre se nos ignoraba. Pensando en que no existíamos, diciendo que ¿cuántos éramos? que si éramos tres o cuatro”. A partir de esto, comenzó en la Costa Chica de Guerrero y de Oaxaca un recorrido en el reconocimiento y visibilización de la población afromexicana que llevó a que en 2020, el Censo Nacional de Población mostrara que 2.5 millones de personas se reconocen como afromexicanas, es decir, un 2 por ciento de la población mexicana.

En este sentido, reformar la constitución – sostiene – sería el primer paso para el acceso a derechos, aun reconociendo que faltan diversos procesos por ejecutarse, como las leyes secundarias y el trabajo de bajar la reforma a políticas públicas.

Al responder acerca de la intervención del diputado, la exsenadora comenta que le pareció incongruente. “La forma en la que hemos vivido, la población afromexicana, el racismo aquí en nuestro país es por medio de la invisibilización, por medio de que no nos han nombrado” y continua “si no hubiese habido un reconocimiento constitucional, no hubiésemos estado dentro de las acciones afirmativas”.

El diputado Gildardo Pérez Gabino coloca en su participación el ser mexicano, frente al reconocimiento como afromexicano y, en ese sentido, la pregunta que cabe es: ¿por qué es importante la lucha por la diferencia cultural y no por la inclusión a través de la igualdad?

A esto, la activista nos responde: “nosotros para nada queremos dejar de ser mexicanos, estamos luchando en contra de que nos digan que no somos mexicanos. Porque el perfilamiento racial, cuando vamos en la calle o cuando se detienen por la guardia nacional, por migración y te dicen: tú no eres mexicano, es porque no saben que personas mexicanas pueden ser tan diversas. (…) lo único que buscamos es visibilizar la diversidad de la identidad mexicana que existe desde la construcción de esta nación”.

Ya que el recorrido hacia esta visibilización, ha formado parte de una organización política que se viene formulando desde 1997, Celeste Sánchez concluye que la identidad afromexicana tiene más que ver con las necesidades de una colectividad que con la agenda personal de un diputado “que tiene la piel más oscura y tiene chinos. Pero la identidad, toda la consciencia identitaria, va más allá de tener un cabello chino o de tener un color de piel”.

El alcance de este debate es parte de un reclamo del movimiento en su integralidad. La exsenadora, en este sentido, hace énfasis en que no es algo personal. Para ella, tendría que discutirse en conjunto “creo que necesitamos organizarnos más, para que este tipo de cosas sean criticadas desde antes”, no solamente en coyunturas como ésta.

Para este movimiento etno-político, la raíz afro ha sido una forma de reconocer su historia y, la denominación como mexicanos, la pertenencia a un territorio. La reflexión que nos podemos hacer entonces, sería: ¿qué es entonces descolonizar la Constitución? ¿No sería, en todo caso, lo contrario a lo que enuncia el diputado? Tal vez, podría partirse del hecho de que nuestro marco constitucional ya no puede ser monocultural; porque esto no sólo invisibiliza la desigualdad y las opresiones existentes – desde antes de que surgiera la autodenominación como «afromexicanos» – sino que le quita toda potencia política al movimiento.

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