Para asegurar el análisis de los posibles riesgos a la salud humana, el medio ambiente, la alimentación y la economía, potencialmente generados por esta y otras biotecnologías, es urgente que en México se actualice la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados
Por Emmanuel González-Ortega
Una de las propuestas más recientes de la biotecnología moderna es la llamada, edición genómica. Mediante esta técnica molecular es posible intervenir -insertar, eliminar o modificar- el material genético (ADN o ARN) de los seres vivos en regiones genéticas determinadas. Se ha promovido internacionalmente a la edición genómica como una biotecnología que podría imitar a la naturaleza, sin alterar a los organismos modificados. Dado que, con esta biotecnología técnicamente no se producen organismos transgénicos, se promueve como una alternativa para mejorar cultivos de importancia alimentaria, como estrategia para prevenir o curar enfermedades con implicación genética o hereditaria, o incluso para el control y eliminación de especies animales que pudieran ser indeseables (por ejemplo, plagas). En la actualidad, la herramienta molecular de edición genómica más destacada es la denominada CRISPR-Cas9.
Se asume normalmente que los experimentos de la ingeniería genética se producen en los laboratorios, sin embargo, muchos de los desarrollos biotecnológicos hechos con edición genómica están pensados para ser liberados al ambiente, sin analizar previa y profundamente los riesgos ecotoxicológicos, lo cual implica que no se tendrá control del efecto de las variables ambientales sobre el comportamiento del desarrollo biotecnológico, los impactos sobre los ecosistemas y otros seres vivos, sobre la salud humana y, de forma importante: una vez liberados los organismos modificados genéticamente, muy probablemente no podrán ser extraídos o recuperados de los lugares donde fueron liberados, e inevitablemente se propagarán sin freno.
Una de las propuestas biotecnológicas que implican grandes riesgos potenciales para el ambiente y la salud humana son los “plaguicidas genéticos” con capacidad de editar -modificar- genes directamente en el ambiente usando la tecnología CRISPR-Cas. Además, se dice que son más “ambientalmente amigables” en comparación con los plaguicidas químicos (herbicidas, insecticidas, fungicidas) sin haberse determinado previamente los efectos colaterales que podrían provocar. Por sus características, los plaguicidas biotecnológicos podrían modificar genéticamente a organismos que no son el objetivo a controlar. El “editar” genéticamente a esos organismos implicaría alterar o silenciar el funcionamiento normal de algún o algunos genes de los organismos, lo que modificaría el comportamiento de dichos organismos, y podría alterar la estabilidad de los ecosistemas o la salud humana.
Un estudio científico internacional analizó, por medio de modelos computacionales predictivos, los posibles efectos de los plaguicidas genéticos basados en edición genómica (CRISPR-Cas) en varios organismos a los que no estarían dirigidos dichos plaguicidas. Para el estudio computacional se eligieron genomas de especies que frecuentemente se encuentran en ambientes agrícolas: ganado, pollos, ratones, dos especies de abeja, maíz, frijol, soya, algodón, lombriz de tierra y hongos benéficos para el suelo. Se consideró también a los humanos. Se eligieron tres especies que son plaga para diferentes cultivos de importancia agrícola: el gusano de la raíz del maíz, el escarabajo “gorgojo de los graneros”, y el hongo Sclerotinia sclerotium. Se seleccionaron genes en estas especies que previamente habían sido identificados como candidatos para ser modificados por edición genómica y usarlos como plaguicida genético. Por medio de un programa computacional público, se comparó la similitud de las regiones genéticas de las especies a estudiar y los genes de las especies plaga que pueden ser modificados por edición genómica y convertirse en plaguicidas genéticos. Además, el estudio planteó que los plaguicidas genéticos pueden ser dispersados a través de tres escenarios: por riego, por fumigación o por aplicación directa (en esferas pequeñas, como los fertilizantes industriales), por lo que la exposición de las especies a estos desarrollos biotecnológicos podría ser a través de contacto, inhalación, o ingestión.
La investigación encontró que, el plaguicida genético de edición genómica podría modificar genes en 12 de las 18 especies analizadas y 155 vías metabólicas diferentes estaban afectadas por la edición genómica en las 12 diferentes especies. Los genes humanos serían los más afectados por la exposición a los plaguicidas genéticos, con 43 vías metabólicas alteradas. En el artículo científico que presenta los resultados de la investigación, se dice que la actividad de edición genómica podría tener efectos significativos en los animales y plantas analizadas: en mecanismos de respuestas inmunológicas, en la síntesis de moléculas importantes para la vida, o en el desarrollo y mantenimiento del sistema nervioso central. En resumen, un ligero cambio en la expresión de un gen podría tener consecuencias en el organismo en efecto cascada.
La relevancia de este estudio radica en que se identifican ex-ante los posibles riesgos del uso de tecnología de edición genómica como pesticida. La capacidad de realizar este tipo de estudios se basa en la existencia y accesibilidad a bases de datos sobre genomas de las especies que no son objetivo del control por los plaguicidas. Sin embargo, dado que no hay bases de datos para todas las especies existentes, puede asumirse que los posibles efectos eco toxicológicos de biotecnologías como la edición genómica estarían sub representados. Dicha sub representación implica incertidumbre científica, que no debería ser un pretexto para someter a la edición genómica y otras biotecnologías potencialmente peligrosas a un análisis de riesgo integral.
Otras investigaciones han documentado que el uso de sistemas de edición genómica no es preciso, ni “editan” puntualmente los genes que se desean modificar genéticamente, como se ha promocionado. Estudios han reportado grandes deleciones, reordenamientos, así como cromotripsis (rompimiento irreparable de los cromosomas en donde se hace la edición genómica) en muchos modelos experimentales, tales como cigotos de ratón, embriones humanos, células madre embrionarias humanas y células hematopoyéticas humanas, así como inserción de fragmentos genéticos provenientes de otros organismos, empleados durante el proceso de edición genómica.
A nivel de legislación, promotores de este tipo de biotecnologías están cabildeando en diversas partes del mundo para que no exista regulación de la edición genómica y los productos puedan comercializarse sin previamente someterse a un análisis de riesgo profundo y multi dimensional, ni que se discuta la pertinencia socio ambiental de dicha tecnología: en el organismo modificado, considerar aspectos genéticos, metabólicos, fisiológicos. En el ecosistema en el que será liberado el organismo modificado: analizar aspectos ecológicos, poblacionales y eco toxicológicos. A nivel de comercialización y consumo del organismo genéticamente modificado: impacto a la salud humana, impactos económicos, sociales y culturales. Para asegurar el análisis de los posibles riesgos a la salud humana, el medio ambiente, la alimentación y la economía, potencialmente generados por esta y otras biotecnologías, es urgente que en México se actualice la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados.
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