Texto y fotos: Darwin Franco Migues
GUADALAJARA, JALISCO.- “Estamos abandonados, traicionados… no hay nadie que nos respalde, no hay nadie que nos cuide (…) pero tenemos que buscar una solución (…) y hoy levantamos la voz porque no podemos quedarnos callados (…) Salomón, Daniel y Marco son tres chavos de mi edad que su vida apenas está comenzando, esperamos que vuelvan pero sabemos que aunque regresen ya no serán los mismos”.
Las frases de los estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV) están contenidas en un video que realizaron después de cinco días de la desaparición de sus compañeros Javier Salomón Aceves, Marco García y Daniel Díaz, todos estudiantes del segundo cuatrimestre de la licenciatura en Cine.
La noche del 19 de marzo, tras finalizar una grabación en el fraccionamiento Colinas de Tonalá -ubicado en el municipio del mismo nombre- los tres jóvenes emprendían el camino de regreso a casa cuando el vehículo en el que viajaban se averió. Al bajarse para identificar la falla mecánica fueron abordados por un grupo de hombres armados, presuntamente integrantes de la Policía Estatal, quienes los obligaron a tirarse al piso para después llevárselos por la fuerza a bordo de las camionetas negras en las que viajaban. Esta información fue confirmada por otros estudiantes que también habían acudido a la grabación y observaron a distancia lo que pasó con sus compañeros.
La desaparición movilizó tanto a los estudiantes del CAAV como a decenas de jóvenes de la Universidad de Guadalajara y el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), quienes el 22 de marzo recorrieron las calles de Guadalajara para exigir la búsqueda inmediata de los cineastas. Unos 800 estudiantes que se congregaron en el monumento de los Niños Héroes y corearon con fuerza: “Somos estudiantes, no delincuentes”.
Tras lo ocurrido, muchos jóvenes que acudieron a la marcha han dejado de pensar que las desapariciones sólo les ocurren a “estudiantes de otros estados”; por ello, la consigna de “No son tres, somos todos” se ha convertido en la principal demanda del movimiento estudiantil. La directora del CAAV, Margarita Sierra, dice que jamás imaginaron que tendrían que salir a las calles para exigir la presentación con vida de sus compañeros, tal y como lo hacen cada año, cuando salen a marchar para pedir la localización de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Javier Salomón Aceves, de 25 años, es originario de Mexicali, Baja California; Marco García Avalos, de 20 años, es de Tepic, Nayarit; en tanto que Daniel Díaz, de 20 años, nació en Los Cabos, Baja California Sur. Los tres migraron a Guadalajara para convertirse en cineastas y semanas antes de su desaparición sus sueños se revitalizaron tras escuchar a Guillermo del Toro en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
Sofía, madre de Marco García, asegura que su hijo es una persona sana y exige a las autoridades y a quienes se los llevaron que “los regresen con vida porque aquí los queremos y los amamos”.
“No se vale que una gente que no tiene corazón lo haya privado de su libertad. Ni mi hijo ni sus compañeros son delincuentes, todos son estudiantes”, dice la mujer.
Edith, madre de Daniel Díaz, encomienda a su hijo y compañeros a Dios y trata de mantener la calma: “Estos jóvenes son personas con talentos que serán encontradas, confiamos en que las autoridades harán su trabajo para que cada uno de ellos recupere su libertad”.
En Jalisco, hasta el 28 de febrero de 2017, existen 5 mil 392 personas desaparecidas; de ellas, el 36 por ciento tienen entre 16 y 28 años, conforme a los datos del Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas de la Secretaría de Gobernación y a los datos estadísticos de la Fiscalía General de Jalisco. Esto significa que una tercera parte de todos los desaparecidos en Jalisco son jóvenes como Javier Salomón, Marco y Daniel.
En un lapso de tres días en Jalisco se denunció la desaparición de seis estudiantes. Hasta ahora, sólo dos han regresado a casa en circunstancias que la Fiscalía General de Jalisco no ha logrado aclarar y en medio de un operativo de seguridad que incluye una bolsa de un millón de pesos para quien pueda dar información sobre la desaparición de los estudiantes.
El 19 de marzo, mismo día en que fueron desaparecidos los estudiantes del CAAV, César Ulises Arellano,estudiante del segundo semestre de Medicina de la Universidad de Guadalajara viajó del municipio de Tala hacia a la capital del estado. De acuerdo con la Fiscalía General de Jalisco, el joven sí llegó a Guadalajara, porque se le vio abordar el Macrobús en los cruces de las avenidas Lázaro Cárdenas y Gobernador Curiel; las cámaras de seguridad del sistema de transporte evidenciaron que subió y bajó varias veces de las unidades hasta que descendió en la estación de Huentitán. Esa fue la última imagen que se tiene de él y, hasta ahora, se desconoce su paradero.
Un día después, el 20 de marzo, Pedro Ruiz Guerrero, de 14 años y estudiante de la Secundaria Técnica 45, desapareció en el municipio de Zapopan. Se dejó de saber de él cuando salió rumbo a su escuela. La mañana del 24 de marzo, a través de la cuenta de Twitter de la Fiscalía, se anunció que Pedro había sido localizado. Su madre, Martha Ruiz, confirmó esta noticia pero prefirió no dar detalles de la localización de su hijo; sin embargo, aseguró que fue localizado con vida.
El 21 de marzo, se denunció que la estudiante de la Universidad de Guadalajara, Susana Carolina Gutiérrez Flores, de 20 años, había desaparecido en el trayecto entre su casa en la colonia Oblatos y el Centro Universitario de Ciencias de la Salud, ambos en ubicados en el municipio de Guadalajara. Los familiares de Susana comenzaron a buscarla cuando, tras salir de casa, supieron que nunca llegó ni a la escuela ni a su trabajo.
El único dato que tenía su familia sobre ella es que al salir ésta de casa se escuchó el azote de la puerta de un auto y el arranque intempestivo del vehículo. Sin dar muchos detalles, a través de las cuentas de redes sociales del Gobierno de Jalisco, el 23 de marzo se informó que Susana había sido localizada con vida; lo que no se dijo es que ésta no apareció por las labores de búsqueda de la Fiscalía General de Jalisco sino porque sus captores decidieron liberarla en los cruces de las avenidas Cruz del Sur y Conchitas. El Fiscal General, Raúl Sánchez, precisó que lo único que la menor les mencionó es que fue privada de su libertad y que las 24 horas en que no se supo de ella: “se las pasó en el carro de sus captores”.
En rueda de prensa, el gobernador Aristóteles Sandoval dio el jueves 22 una explicación sobre lo que la Fiscalía General de Jalisco está realizando para buscar a los estudiantes desaparecidos. Dijo que comparte la rabia de la comunidad estudiantil pero aseguró que “el Estado estará a tope en la búsqueda de los estudiantes”.
“Emplearemos toda la capacidad de fuerza e inteligencia del Estado al tiempo que seremos y tendremos permanente comunicación con los familiares; los estudiantes de Jalisco no deben de tener ninguna duda de que estamos compartiendo la indignación… también compartimos esta rabia e indignación que sienten, y desde luego, a nosotros nos toca hacer justicia”, dijo.
«Mi gobierno ha determinado abrir recompensa económica a todas aquellas personas que con garantía de anonimato aporten datos veraces que nos lleven a la localización de los desaparecidos. Hemos destinado una bolsa que asciende a un millón de pesos para quien nos aporte información”.
Las labores de búsqueda de los estudiantes están a cargo de la Fiscalía de Derechos Humanos y su Fiscal, Dante Haro, quien ahora también está al frente de la Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas ante la ausencia de un Fiscal en esta dependencia desde noviembre de 2017.
La desaparición de estos seis estudiantes sucede en un marco de violencia generalizada que azota a Jalisco desde que inició este 2018; tan sólo en los meses de enero y febrero de este año se han presentado en la Fiscalía General de Jalisco 603 denuncias por la desaparición, de las que se desprende la desaparición de 631 personas; según la autoridad, 322 han sido localizadas (300 vivas y 22 sin vida), de tal manera que tan sólo en este año siguen sin aparecer 309 personas.
Apenas en enero, el estado se conmocionó con las desapariciones de Raffaele Russo, Antonio Russo y Vicenzo Cimmino, quienes fueron desaparecidos por policías de Tecalitlán el 31 de enero, para luego ser entregados al crimen organizado. En ZonaDocs y Pie de Página documentamos además las desapariciones forzadas de Ulises Adair Cardona Flores, por integrantes de la Marina, el 22 de enero en Tecalitlán; y de José Meléndrez Pineda y José Juan Santos, a quienes desaparecieron policías municipales de Autlán de Navarro.
Hasta ahora sólo han sido consignados cuatro policías municipales de Tecalitlán; en tanto que los policías de Autlán de Navarro siguen bajo investigación. El 22 de marzo, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco emitió una recomendación a diversas autoridades por la omisión en las labores de búsqueda de los desaparecidos, así como por la dilación de justicia en las investigaciones que realiza la Fiscalía. El Gobierno del Estado no se ha pronunciado al respecto.
Mientras tanto, las movilizaciones estudiantiles en Guadalajara continúan. “Vamos a seguir moviéndonos hasta detener esto. Invitamos a todos nuestros compañeros estudiantes, familias, amigos y organizaciones a que se sumen a este llamado nacional de búsqueda”.
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