Con los demócratas, a los migrantes irregulares no les fue nada bien, al contrario, se multiplicaron las deportaciones y muertes bajo custodias en los centros de detenciones; y lo peor está por venir: el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca

Por Kau Sirenio / X: @kausirenio 

José Manuel Sánchez Castro falleció en el Centro de Detención de Noroeste de Washington (NWDC) el domingo 27 de octubre, donde se encontraba detenido por ser migrante irregular en Estados Unidos. 

De acuerdo a la información que obtuvo la organización comunitaria La Resistencia, Sánchez Castro ingresó a la instalación NWDC, el martes 22 de octubre, pero fue aislado por prescripción médico desde su llegada porque padece de trastorno de dependencia de opioides (abstinencia). 

A petición de La Resistencia, la Universidad de Washington rastreo la llamada al 911 para conocer que pasó el domingo y esto fue lo que encontró: “Una enfermera llamó al 911 en busca de asistencia médica para un hombre que ahora sabemos porque fue encontrado inconsciente y boca abajo con vómito”. 

Tras la muerte de José Manuel Sánchez-Castro suman dos casos en este Centro de Detención; El 7 de marzo, murió Charles Leo Daniel de  61 años y era de nacionalidad de  Trinidad y Tobago,  pese a que desde 2020, un juez de inmigración ordenó su deportación a su país.

La organizadora de La Resistencia, Rufina Reyes señaló en agosto de este años, que los funcionarios de la instalación NWDC dijeron que no tenían acceso a los medicamentos necesarios para tratar la dependencia de opioides. “Estos medicamentos están disponibles fuera del NWDC y se administran regularmente en el Departamento de Correcciones y otras instalaciones. De hecho, si el Sr. Sánchez-Castro hubiera experimentado sus síntomas de abstinencia de opioides en cualquier otro lugar que no fuera el NWDC, probablemente habría recibido tratamiento y estaría vivo”. 

“La falta de tratamiento proporcionado al Sr. Sánchez-Castro constituye una violación de las propias reglas el contrato de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) por su sigla en inglés y el Grupo GEO para administrar el NWDC y las mejores prácticas aceptadas en atención médica” denunció la activista. 

De acuerdo con las Normas Nacionales de Detención del ICE (PBNDS, por sus siglas en inglés) establece qué “los detenidos que experimenten intoxicación grave que ponga en peligro su vida o síntomas de abstinencia deben ser transferidos inmediatamente para una evaluación en el departamento de emergencias en el lugar o fuera del lugar” 

Además el contrato entre el ICE y GEO para la administración de los centros de detenciones se requiere que GEO cumpla con los requisitos de PBNDS, por lo que GEO violó los términos de su contrato. 

Las denuncias en contra de NWDC se basa en que tampoco cumplió con los estándares que establece la Comisión Nacional de Atención Sanitaria Correccional (NCCHC); ¿Qué es el estándar J-G-07 de la NCCHC: «La desintoxicación y la abstinencia se gestionan mejor por un médico u otro profesional médico con la formación y la experiencia adecuadas. Como medida de precaución, los síntomas graves de abstinencia nunca deben tratarse fuera de un hospital”.

Esta situación ha sido denunciado por Global Rights Advocacy ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Oficina de la Senadora Cantwell y la Oficina de Derechos Civiles y Libertades Civiles del ICE; señala que sus preocupaciones acerca del uso de la segregación y la falta de tratamiento adecuado en los  centros de detenciones para las personas que sufren adicción”. 

De hecho el día que Sánchez Castro ingresó al Centro de Detención de Tacoma, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) visitó por primera vez a este lugar para conocer el trato que se le da a los migrantes irregulares. 

La visita fue solicitada por las organizaciones como Global Rights Advocacy, La Resistencia y la Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Seattle, estuvo acompañada por un panel internacional de expertos legales de la Comisión.

Las visitas a centros de detenciones federales de Estados Unidos son bastante raras, porque es muy difícil que un organismo internacional de derechos humanos visite estos lugares donde a diario se violan los derechos humanos. En 2020, la Comisión emitió una orden de protección debido a las condiciones que lacera a los detenidos.

La CIDH inspeccionó las instalaciones y recibió información de varias ONG’s, defensores y académicos, quienes pidieron poner fin al contrato federal con la corporación GEO y el cierre definitivo de los centros de detenciones por las pésimas condiciones en que viven los inmigrantes irregulares. 

“Muertes bajo custodia, negligencia médica, detención prolongada, uso generalizado de la reclusión en confinamiento solitario, restricción en las comunicaciones, intentos de suicidio, uso de la fuerza por parte de agentes de GEO y represalias por quejas” señalaron las organizaciones gestoras ante la CIDH. 

Así las cosas, con los demócratas a los migrantes irregulares no les fue nada bien, al contrario se multiplicaron las deportaciones y muertes bajo custodias en los centros de detenciones; y lo peor está por venir, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. 

Ahora el llamado es para los migrantes mexicanos, centroamericanos, caribeños y africanos es la unidad y el trabajo organizativo con el fin de fortalecer las organizaciones comunitarias que trabajan por los derechos humanos de los migrantes irregulares.