Los Juegos Olímpicos son reconocidos como una muestra de los frutos de la paz social internacional, pero, los ojos del mundo en una ciudad, cómo no protestar por los crímenes humanitarios que no cesan en la historia
Texto: Camilo Ocampo
Foto: Fotograma del X de Luc Auffret
CIUDAD DE MÉXICO.- En los Juegos Olimpicos que se llevan a cabo en Francia mientras el mundo presencia un genocidio, ocho atletas de origen palestino buscan poner en alto la identidad de su pueblo, frente a un encuentro deportivo que durante décadas ha guardado silencio de masacres y matanzas, además de lavar la imagen de gobiernos que han cometido crímenes de lesa humanidad.
En los últimos 10 meses, en la Franja de Gaza han sido asesinados más de 300 deportistas y han sido destruidas más del 90 por ciento de las instalaciones deportivas a causa de la incursión militar de Israel, por lo que para el Comité Olimpico Palestino (COP), representar a su tierra, no solo es un tema de ganar medallas, sino que es una forma de mostrar su resistencia y su presencia en el mundo.
Aún, pese a los intentos del COP por restringir la participación de Israel en las Olimpiadas por los actos de lesa humanidad y porque miembros de la delegación olímpica israelí, han participado en campañas racistas, antipalestinas, antiárabes e islamófobas, además de fomentar crímenes de guerra, los organizadores del evento han decidido no sancionar a dichos atletas.
A estas exigencias se ha sumado la sociedad civil, con protestas en los recintos deportivos en los que se llevan a cabo las competiciones, como en la ceremonia inaugural en el Río Sena, mientras la delegación israelí desfilaba, fue abucheada e insultada por el público presente.
Mientras, se esperan protestas propalestina en el interior y exterior de las distintas sedes donde se llevarán a cabo las competiciones.
La respuesta del comité organizador y el gobierno francés fue blindar la seguridad a lo largo y ancho de París, con más de 44 mil vallas y un proceso de limpieza social, que más que solo limpiar la imagen de la ciudad, busca limpiar la imagen del genocidio cometido por Israel.
No es la primera ocasión que los Juegos Olímpicos han servido para limpiar la imagen de un gobierno frente a una masacre.
En 1936, durante las olimpiadas en Berlín, la Alemania nazi utilizó este encuentro deportivo para impulsar una campaña de blanqueamiento frente al mundo, de todos los crímenes que cometió contra el pueblo judío y difundir propaganda.
Por dichos sucesos la ciudadanía de Estados Unidos y Europa comenzaron con una campaña de boicot denunciando las diversas violaciones de derechos humanos que llevaba a cabo el régimen nazi. No obstante fracasó el boicot, sentó bases importantes para las protestas siguientes que envuelven a la gesta deportiva.
Posterior a los juegos de Berlín 1936, fueron suspendidas las olimpiadas de 1940, a causa del desarrollo de la segunda guerra mundial. Fue hasta 1948 que se retomaron de nueva cuenta, luego de 12 años sin que se celebraran.
En 1951 la Unión Soviética se unió al Comité Olímpico Internacional, sin embargo, poco antes de los Juegos Olímpicos de Melbourne en noviembre de 1956, la Unión Soviética lanzó una invasión en Hungría. En respuesta, los equipos de Holanda, España y Suiza decidieron retirarse de la competición como protesta contra la intervención soviética. Además, los equipos de Egipto, Irak y Líbano también se retiraron en señal de desacuerdo con la invasión del Canal de Suez por parte de Inglaterra y Francia, así como con la participación de Israel en los Juegos
En la capital mexicana 10 días después de que el gobierno, utilizara toda su fuerza represiva en la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco, el régimen del PRI, dirigido por el presidente Gustavo Díaz Ordaz, utilizó los Juegos Olímpicos como una plataforma para mostrar una imagen de modernidad, estabilidad y desarrollo del país ante el público internacional. Mientras en México la guerra sucia cobraba la vida de estudiantes y opositores al regimen.
7 meses antes del comienzo de la XIX edición de los juegos, había sido asesinado Martin Luther King y Estados Unidos se encontraba en medio de una invasión a Vietnam, por lo que los velocista Tommie Smith y John Carlos, en forma de protesta inclinaron la cabeza y con los puños en alto, realizaron el saludo del Black Power. Un acto de protesta por la violación de derechos civiles en Estados Unidos.
Durante los juegos de 1976 organizados por Montreal, Tanzania organizó un boicot para expresar su rechazo al hecho de que el equipo de rugby de Nueva Zelanda había visitado Sudáfrica durante el régimen del apartheid. Además, Tanzania protestó porque Nueva Zelanda estaba programada para participar en los Juegos Olímpicos.
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