Los antipopulares y su miedo a la gente

29 octubre, 2022

Quienes antes nos gobernaron y ahora son oposición se caracterizan por la distancia con el común de la población, con ese pueblo que detestan pero que irónicamente necesitan para volver al poder.

@etiennista

En días pasados, en Madrid, Felipe Calderón se quejó de que López Obrador se refiriera a la oposición conservadora como fifís y (a quienes se oponen a recuperar la soberanía en materia eléctrica) como traidores a la patria. Esto, en el marco del foro internacional por el vigésimo aniversario de la Fundación para la Libertad que creó y preside Mario Vargas Llosa. Compartía el “Panel Presidencial” (¿qué afán si son ex?) con otros expresidentes: Ernesto Zedillo y el español José María Aznar, así como con el ministro brasileño Sergio Moro. Ahí Calderón dijo de todo. Aplicó a López Obrador el supuesto ‘test’ que Levitsky y Ziblatt proponen en su libro Cómo mueren las democracias, alertando que la mexicana “está a punto de caer. Quizá en un mes”, precisó. Claramente alterado en su participación, habló de “perseguidos políticos, como Ricardo Anaya” y se sumó: “Yo mismo tengo seis carpetas de investigación en mi contra de carácter penal por las cosas más ridículas”. Su ponencia fue una que, a mi juicio, no se atrevería a dar en México, al menos no es un espacio público o plural.

En dicho foro, el calificativo más usado por las decenas de ponentes para referirse a los gobiernos progresistas de América Latina (bautizada por la ultraderecha española como iberósfera), fue, por supuesto, populistas. Los ahí convocados tienen una misión. En palabras del senador argentino por la provincia de Mendoza Alfredo Cornejo: “tenemos la responsabilidad de batallar contra el populismo político, también cultural y económico, sabemos claramente hacia dónde vamos.” En el caso de México y para referirme a esa oposición que está en la disputa por México, me robo el término que como respuesta dio más de una vez Paco Taibo II. “Si nosotros somos populistas, ¿ustedes qué son? ¿Antipopulares? Lo que aquí planteo es hasta cierto punto una obviedad: esa oposición de la derecha en el país, los antipopulares, tienen un profundo miedo a la gente. A la gente ordinaria, de a pie. A la plaza, a la calle, esa desconocida como lo pone Violeta Vázquez-Rojas. A los espacios no controlados por ellos mismos o sus organizaciones, como las que ahora se visten de sociedad civil.

La semana anterior en un ya distante 11 de octubre, luego de mucho bombo y platillo los patrones de la oposición Claudio X González y Gustavo de Hoyos lanzaron Unid@s, la suma de membretes con la que ahora busca avanzar la oposición conservadora ante la fracasada alianza Va por México. La estrategia de vestirse de sociedad civil es poco convincente y fue de inmediato desmontada por su afinidad y vínculos con el PAN. Como muestra está el caso de Sociedad Civil México, cuyo gran momento fue aquél espacio en Twitter cuando impulsaron la tendencia #TodosSomosLoret, y que está dirigido por la panista Ana Lucía Medina Galindo

El lanzamiento de Unid@s en el Poliforum Siqueiros de la Ciudad de México fue breve, estuvo lleno de lugares comunes y tuvo poca sustancia salvo consignas como la ‘defensa del INE’. Llamó la atención la escenografía y escasa iluminación, como si no quisieran que se identificara a los invitados. Ahí anunciaron una ‘gran conversación’ para construir un proyecto de nación y programa de gobierno, lo cual genera un montón de preguntas. ¿Cómo un programa de gobierno si, según ellos, ni son ni tienen que ver con partidos políticos que compiten electoralmente? Más extraño aún, ¿será que ya delegaron el PAN y sus partidos satélites la construcción del proyecto alternativo al obradorismo, ese que no han podido esbozar en años, más allá de eslóganes como el de ‘México ganador’?

Pero no, esa gran conversación no tendrá lugar en las plazas del país o en foros públicos, ni siquiera en universidades que les son afines, sino que será virtual y, parece ser, bastante chafa. Compruébelo usted mismo entrando a su página. Unid@s invita a los ciudadanos a dar ideas a partir de doce temas (algunos que azotan al país, como la desigualdad, no les resultan importantes). La plataforma enlaza tu teléfono vía WhatsApp a una cuenta en la que no responden. Escribí hace días y hasta ahora no tengo siquiera un genérico ‘gracias, recibimos tu propuesta’, lo cual resulta extraño pues deben tener prisa para construir, en apenas unos meses, su propuesta de nación y programa de gobierno.

Podemos imaginarnos lo que sucederá. En su ciber utopía conservadora nos dirán que participaron cientos, miles, o decenas de miles; que de alguna mágica manera se produjo una suerte de deliberación pública virtual por lo que lo propuesto es producto de amplias discusiones y construcción de consensos, algo que, para los incautos, no ha ocurrido en ningún lugar del mundo. Habrá también uno que otro foro. Hace días tuvieron el primero, sobre seguridad, en un space de Twitter. Quienes no usan Twitter, ¿podrán leer una transcripción de lo ahí vertido, o de las conclusiones? ¿Se diseminó alguna grabación? Todo es sumamente pobre, lo que contrasta con la cantidad de recursos de que dispone la oligarquía. La cuenta de YouTube de Unid@s para Mejorar tiene hoy 364 suscriptores; el video más visto tiene 400 vistas, y todos tienen los comentarios desactivados.

Nada de esto es nuevo. Quienes antes nos gobernaron y ahora son oposición se caracterizan por la distancia con el común de la población, con ese pueblo que detestan pero que irónicamente necesitan para volver al poder. Podemos pensar en los supuestos recorridos por el país del ahora prófugo Ricardo Anaya, donde nunca vimos cuántos rechazaron aparecer en sus escenificados videos, o lo increparon, o se mofaron de él. A la derecha le gustan los espacios controlados, seguros, donde poco fuera de lo planeado llega a suceder, sobre todo si es de naturaleza incómoda. Algo así manifestó Sergio Aguayo, quien con Sabina Berman expresó, luego de aclarar que no es ni partidario ni enemigo del presidente, que prefiere los espacios académicos a foros más abiertos como el mismo programa al que asistió en Canal Catorce para discutir, con Olga Sánchez Cordero y Sabina Berman, la ‘militarización’. Pese a ello, la participación de estos actores tan preocupados por el rumbo del país en las universidades de México es esporádica pues, efectivamente, no son espacios que se pueden del todo controlar, como lo atestiguó recientemente en la UNAM el multimillonario consejero electoral Lorenzo Córdoba.

Eso sí, en el extranjero se puede decir cualquier cosa. Como en el foro de Vargas Llosa en Madrid, donde Calderón pretendió ser alguien que anda por la calle en su país y a quien la gente saluda y -claro- solicita también su intervención. ¡Haz algo! Dijo que le dicen. Zedillo, por su parte, fue más cauto, aunque no menos desvergonzado. Dijo que, a diferencia de Calderón, él no está más en la política. Para él, Zedillo, el problema de México radica en que no se completaron las reformas neoliberales, pese a que reconocer que estas tienen repudio popular. Lo que no entienden, o no quieren aceptar, es que la gran mayoría en México no repudia solamente sus políticas, sino a ellos mismos.

Pero bueno, tienen ya Claudio X y compañía su primera convocatoria desde la creación de Unid@s, ¡a las calles! Se trata de la ‘Marcha por la Democracia’ para ‘defender al INE’ el próximo domingo 13 de noviembre en la Ciudad de México. Ya veremos cuántos se suman, pero sobre todo si los patrones y los políticos que la mayoría repudia – así se vistan de sociedad civil – se animarán a ir a la calle.

Profesor de ecología política en University College London. Estudia la producción de la (in)justicia ambiental en América Latina. Cofundador y director de Albora: Geografía de la Esperanza en México.