Lo que ya ganamos con la consulta

29 julio, 2021

Ya hemos ganado, como sociedad, con la consulta. Las conversaciones sobre procesos de memoria, verdad y justicia dejaron de estar solo en la academia y las organizaciones, y ahora habitan también las calles y las plazas. Justo por la coyuntura de la consulta, se volvieron conversaciones populares, algo que, al parecer, a algunos irrita o descoloca

Twitter: @etiennista

A estas alturas y faltando pocos días para la Consulta Popular, muchas personas habrán tomado ya su decisión sobre si participar o no en el ejercicio ciudadano. También se ha dicho mucho, sobre todo por parte de comentócratas opositores que usando el amplio espectro de medios que dominan repiten y repiten que para qué, que la ley no se consulta, que es un circo, frases que muchos más regurgitan y avientan sin más en cualquier oportunidad. Y es que, claro, es difícil no ser cínico en el país donde ha reinado la impunidad y frente a una administración y una fiscalía general que tanto nos deben en el ámbito de la justicia. Luego están quienes dicen no estar de acuerdo con el método, argumentando cuestiones procedimentales sin percatarse del estorbo que puede ser el deber ser en la transformación de la realidad que tercamente es. Están también quienes todo lo ven con su lente de animadversión a López Obrador y su gobierno, y pues nada, no hay nada que se pueda hacer frente al uso colérico de la razón. 

Pero también hay quienes van descubriendo las virtudes de un proceso en construcción, que por cierto es de todas y todos, y lo atesoran, convenciéndose de que la sociedad mexicana está frente a una oportunidad histórica. Y está el EZLN, que le da una vuelta de tuerca más y nos recuerda que el presente será pronto pasado y que hay que participar así sea de manera “extemporánea”-recordándonos, a la vez del reclamo a la Secretaría de Relaciones Exteriores, que la oportunidad que tenemos va más allá del día y las formas de la consulta de este domingo y de su resultado inmediato. En efecto, como mentes muy lúcidas lo han expuesto desde hace meses, la consulta, entendida como un proceso, incluye lo que antecede al mero día, así como todo lo que vendrá después de este domingo 1 de agosto.

Más allá de lo que mueve a unos y a otros, pareciera que tanto tiempo de no habernos consultado nada, efectivamente nos atrofiaron, y hoy no pocas personas ven con suspicacia esta consulta que es inédita tanto por el mecanismo de democracia participativa como por el motivo de la consulta. Es interesante la cantidad de críticas a una de las primeras puestas en práctica de este derecho que es ahora constitucional, cuando durante largas y penosas décadas votamos aún a sabiendas de que los dados estaban cargados por la intromisión del gobierno en turno y de la gama de artimañas que desplegarían los partidos el día de la elección. También usamos las urnas para anular como una muestra de rechazo al juego de los partidos políticos o por la falta de opciones reales, y por supuesto están quienes no participan en las elecciones organizadas por el Estado porque viven otras formas de democracia, usualmente más vivas y directas que la democracia liberal representativa, en sus comunidades. Pero, por lo general, salimos a votar, así sea llevando a cuestas nuestras suspicacias, dudas y temores. En esta ocasión, entre puristas, mala leche, implicados y coludidos, se busca deslegitimar la consulta, olvidando que de lo que aquí se trata es de avanzar hacia la verdad y la justicia para las víctimas, que son tantas y por agravios muy diversos. Aunque claro, queda la opción, como lo pone el Sup Galeano, que esas personas rechazan la consulta porque están haciendo algo mucho más y mejor por las víctimas. 

En cualquier caso, y como cualquier persona atenta puede atestiguar, ya hemos ganado, como sociedad, con la consulta. Hay quienes dicen que no es la primera vez que se habla de procesos de memoria, verdad y justicia, que se han propuesto antes comisiones de la verdad, pero estas conversaciones dejaron de estar solo en la academia y el sector oenegenero y ahora habitan también las calles y las plazas. Es decir, justo por la coyuntura de la consulta, se volvieron conversaciones populares, algo que, al parecer, a algunos irrita o descoloca.

Sobre esto que ya está ocurriendo, y sobre lo que vendrá, hablé con Omar García, sobreviviente de Ayotzinapa. Omar y Ariadna Bahena, por cierto, son los promoventes legales de la Consulta Popular, apodada (por aquello del cambio a la pregunta por parte de la Suprema Corte) Juicio a Expresidentes. Y es que esto es algo que muchos (de)formadores de opinión, sea por ignorancia o mala fe, invisibilizan. Todo este proceso inició gracias a ellos, a su determinación por empujar la iniciativa de consulta popular y a su esfuerzo, que sumado al de muchas otras personas logró recoger más de dos millones de firmas en septiembre del año pasado. A esta iniciativa siguió la acción del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues simpatizó con el esfuerzo de las víctimas (Ariadna es víctima de desplazamiento por la violencia en Tierra Caliente, Guerrero) y envió, en respaldo, su propia iniciativa.

Omar y el grupo creciente de promoventes han estado recorriendo el país desde el 1 de marzo, a sabiendas de que el Instituto Nacional Electoral, obligado legal para su promoción, lo haría solo a partir del 15 de julio y que esta sería muy pobre, algo que todos hemos podido atestiguar. Viajan, por cierto, con el apoyo de la gente y de organizaciones –como fue cuando Ayotzinapa, recuerda Omar. Reciben ayuda para los viáticos y comen y duermen con quienes les invitan. Desde que iniciaron en Las Margaritas, Chiapas, de esta forma han recorrido todos los estados del país y algunos más de una vez. Cuando hablé con él la primera vez iba hacia Guerrero, para un evento junto con miembros del Colectivo Nacional de Sobrevivientes del Caso Ayotzinapa, quienes ahí, en la plaza de Chilpancingo, manifestaron su posición política y llamaron a participar en la Consulta Popular y a votar por el Sí. Omar me contó del entusiasmo e involucramiento de la gente en todos los lugares que visitan. “Salen a las calles, pintan bardas, gastan su dinerito en imprimir volantes. La gente ha escrito canciones y poemas”. Me contó también de lo que significó, en Ciudad Juárez, el respaldo y las palabras del activista don José Luis Castillo, padre de una joven desaparecida hace diez años: “cualquier rayito de esperanza, cualquier rayito de luz, que aparezca en pro de la justicia, ahí voy a estar”.

Pero ni Omar ni Ariadna ni el resto del grupo promovente tiene fe ciega en la Consulta Popular, ni sus acciones terminarán el domingo, sea vinculante dicha consulta, con la participación del 40% del padrón electoral, o no. Y no están solos. Son millones de víctimas organizándose, junto con organizaciones, sindicatos, colectivos y redes, y se tiene ya una reunión programada para el 3 de agosto. La mirada está puesta en la conformación de comisiones por la verdad y la justicia, porque los hechos del pasado se tienen que esclarecer. Esto pues, como lo puso el EZLN en su comunicado, para las víctimas no puede haber vida sin verdad ni justicia. Ojalá que todos los ciudadanos de buena fe salgamos a votar por el Sí y acompañemos a las víctimas en lo que viene, aunque sea, como también lo puso el Sup Galeano, en una suerte de “hoy por ti, mañana por mí”.

#JuicioSíImpunidadNo

Profesor de ecología política en University College London. Estudia la producción de la (in)justicia ambiental en América Latina. Cofundador y director de Albora: Geografía de la Esperanza en México.